Ir al contenido principal

Volbeat - Outlaw gentlemen and shady ladies (Universal Music, 2013)

 


Me acerqué por primera vez, de manera consciente, a Volbeat a través de King Diamond; el vocalista danés canta en el tema Room 24, una historia de terror sobre un riff heavy al puro estilo Denner/LaRoque "will someone hear me crying out for help in room 24". Diamond y Michael Poulsen, cantante y guitarrista, intercambian estrofas y adornos sonoros dando un maravilloso tufo a oscuridad y metal a todo el tema. Lo siguiente que me llamó la atención al acercarme al disco que contenía esta canción fue Rob Caggiano; el guitarrista había producido a bandas de diverso pelaje peliagudo, como Craddle of Filth, Machine Head, Ill Niño o mis adorados Anthrax (We've come for you all). Así que pinché este Outlaw gentlemen & shady ladies y encontré un enorme álbum del que disfruté mucho en su momento y del que estoy volviendo a gozar estos días mientras preparo esta entrada. Una mezcla cuirosa de estilos, con canciones muy pensadas para tener éxito comercial, de cuidados arreglos, sencillas melodías y buenos estribillos, junto a otras más pesadas, similares a su trabajo anterior, que tampoco descuidan esas líneas melódicas, y alguna rareza donde mezclan country o sonidos rockabilly con las guitarras hevies.


Varias de estas canciones nos hablan de andanzas de personajes en lo que solemos llamar el Lejano Oeste, esos caballeros fuera de la ley y esas damas llenas de sombras. Uno de los momentos brillantes se titula Lola Montez, equilibrado juego de rock comercial y toques metaleros con protagonismo absoluto de Poulsen y un estribillo muy bien arreglado: la historia de Elisabeth Rosanna Gilbert, díscola joven que acabó convirtiéndose en bailarina exótica bajo el seudónimo de Lola Montez y conquistando con su arte ("shady and a tempered dame/blinding your eyes with her spider dance") a hombres de todo tipo (Franz List, Alejandro Dumas y Luis I de Baviera entre otros muchos). Forzada por sus exagerados escarceos, emigra a Estados Unidos en plena fiebre del oro para hacerse un nombre como bailarina y engañar a cuantos varones se cruzan en su vida hasta conseguir el saloon más famoso de San Francisco, lleno de hombres influyentes. Se dice que, a su muerte, estaba organizando una rebelión con ellos para independizar California: "wherever she walks/she sill be captivating all the men"). Otra mujer poderosa protagoniza Pearl Hart, ladrona famosa del siglo pasado. "The young lady Pearl was dressed/in a man's jeans and a shirt"  que entraba y salía frecuentemente de la cárcel "Lady Pearl in jail/you'll rise". La canción tiene un tema melódico que se repite en la guitarra y el estribillo, pegadizo a más no poder. Otro atracador famoso, Charles Boles, el ladrón poeta, protagoniza, con su apodo, Black Bart, más rítmica, con una batería contundente, dobles guitarras lanzándose pequeños riffs. El tercer forajido de este álbum protagoniza Doc Holliday (pistolero, tahur y dentista, casi nada): "an outlaw walking through the valley of men". Comienza con un banjo (que reaparece en la parte central) al que se va sumando la banda hasta arrancar con un fiero riff y una estructura muy Metallica. En este saco podemos incluir Lonesome rider, con un ritmo y unos arreglos cercanos al rockabilly y la voz de Sarah Blackwood como contrapunto de un diálogo de enamorados que la guerra separó y la muerte volvió a juntar. Ella dice "reaper please take him home/he's been wandering for far too long" pero la muerte no le escucha y el canta "where have you gone my baby blue/I'm here all alone I've been bleeding too" y "the dark reaper led the cowboy ahead into his final sunset". Ella quedó esperando, él cabalgó la eternidad.


Otro grupo de canciones reflexiona de forma más o menos directa sobre momentos vitales. El primer single, Cape of our hero, comienza con una preciosa guitara para dar paso a una sencilla estructura de estrofa-estribillo, muy recargado este de guitarras acústicas para dar fuerza al mensaje: "you tell me how I can fly away/and believe that all the angels are coming". Esta frase la pronuncia el cantante hablando de su padre, preguntándose dónde quedó aquella emoción de respirar las cosas por primera vez "when I can wear the cape". La curiosa versión de My body, editada unos años antes por Young the Giant, con un ritmo sincopado y una batería machacona, trae otro buen estribillo "my body tells me no but I won't quit/'caus i want more". Poulsen en The sinner is you se pregunta: "what's life without a little pain" y se responde "the good thing is on a little break/you'll be fine and up again". El tema juega con una intro melódica, una estructura de tres guitarras que intercambian protagonismo y un juego de estrofa que acaba en la frase-estribillo. Muy sentida, también, Our loved ones, con introducción acústica, armónica incluida, otra buena muestra de dobles guitarras y un tono de decepción en la composición y la letra: "I hold the key but where's the door".


A estas alturas queda claro que el estilo vocal de Poulsen da el toque particular a Volbeat, y cómo trabajan con él las melodías. Suena a Elvis Presley, en el sentido en el que también Glenn Danzig suena, otro adorador de "El Rey", mezclado con el James Hetfield de los noventa y un poco de Phil Lynnot. Además tiene un excelente registro que hace grande una canción como Dead but rising, con un toque melancólico rudo: el alma que se eleva después de la muerte para seguir con nosotros "the rebirth of man heals a bleeding heart/the eagles of kings wears my father's soul". También de muertos habla The nameless one, con mayor deje rocanrol en la voz si cabe; los habitantes del cementerio te llaman "long time ago/you called upon the tombstone/gambling with your soul for nothing" y es hora de que vengas con nosotros "hold on to me baby/his bony hands will do you no harm". Más rápida, y también llena de muertos, The hangman's body count representa la escena del condenado que debe pagar por su crimen al comenzar el día "get out of your bed/go up to he hills/the raven will lead" porque "the only friend you have is standin all the gallows end". Un excelente solo de Caggiano, por cierto.

Jundo a Poulsen y Caggiano, en Volbeat encontramos al bajista Andres Kjolholm y al batería Jon Larssen. Colabora en la producción Jacob Hansen, habitual en los cuatro discos anteriores de la banda. Lo grabaron en los Puk Studios de su Dinamarca natal. El work art corre a cargo de Karsten Sand siguiendo las ideas del propio Michael Poulsen.

El álbum alcanzó el número uno de ventas en Alemania, Dinamarca, Austria, Noruega y Suiza, con un notorio noveno puesto en el Billboard estadounidense. Al finalizar el año 2013 recibió el disco de oro en Estados Unidos y Canadá, el de platino en Suecia y Dinamarca y un doble platino en Alemania. Su trabajo de mayor éxito hasta el momento. El que abrió la lata del gran público y los grandes eventos. 

La edición que traigo se publicó el mismo 2013 e incluye el cedé "de regalo" y un tema extra, Ecotone. Carpeta gatefold, doble vinilo de 180 gramos y una presentación excelente.

Pasad buen fin de semana y siempre con buena música.


















Comentarios

  1. Antes de nada, felicitarte porque -de no ser por ti- el viernes hubiese quedado desierto y con la de colaboradores que ya vamos siendo, es algo que no se debe permitir. Keepin' the flame, amigo. Respecto al disco, decirte que no había dedicado ni un momento de mi vida a escuchar a esta banda. Y la verdad es que, si bien no creo que vaya a convertirme en fan, me han sorprendido agradablemente y temas como Doc Holiday, la estupenda Room 24 o ese trallazo titulado Dead but rising -el inicio es totalmente thrash- se han llevado la palma de mis preferencias. Eso sí, el artwork no me gusta nada. Entretenidos y de nivel, por de pronto, me he quedado con su nombre y quizás vaya rebuscando en su discografía otros momentos de asueto. Un abrazo y el viernes que viene prometo publicar yo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sobre el disco, tiene sus buenos momentos y, como siempre, es cuestión de gustos, pero esos temas que nombras seguro que son los que más se adaptan a tu gusto. Te invito a escuchar el anterior "Beyond hell/Above heaven" donde colaboran Mille Petrozza o Michael Denner entre otros. Más contundente. Respecto a la llama vinilera: muchos somos pero no siempre podremos venir aquí, aunque llevamos muchas semanas inmaculadas. Un abrazo.

      Eliminar
    2. "Muchos somos pero no siempre podremos venir aquí"

      Ya veo, ya. Ni a comentar se han dignado, panda de haraganes. Y luego tenemos que leer y escuchar sus discos blandengues jajajajaja

      Eliminar
    3. Voy a cambiar y dejar de llamar blandengue a cierto tipo de música. A partir de ahora, mis vinilos serán todo de rock. Algunos de hard rock otros de soft rock o, incluso, de soft soft soft rock. Te ha quedado un comentario muy de carroza, sólo te ha faltado decir: esta juventud no tiene respeto por sus mayores" jajajaj

      Eliminar
    4. Si es que salís el viernes encegaos y se os olvidan las cosas tol findesemana. Andá pa casa ya.

      Eliminar
  2. Pues para no conocerlos,me han molado los daneses estos. Incluso los más trash Dead but rising o Room 24 no me desagradan. Y fíjate que no soy nada de King Diamond (a mi hermano sí le gustaba y los Mercyful también). A veces me ha recordado la voz de Hetfield. Mis favoritas: Pearl Hart, Cape, Lola Montez y el medio tiempo Our loved ones (me recuerda a algo). Curiosa la casi instrumental Doc Holliday.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tiene un deje a Metallica en muchos momentos, tanto en la forma de construir las canciones como en la de entonar los versos de algunas estrofas. Creo que es el disco más accesible de ellos. Un saludo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura