—Mart, he estado trabajando sobre la canción que trajiste el otro día, la balada, la de “Words are very unnecessary, They can only do harm…” —Alan canturrea la letra y toca cuatro acordes en el teclado.
—¿Qué has hecho qué? —exclama Gore, atónito- ¿Pero tú para qué tocas mi canción?
—Tío, no te pongas así. Le he visto potencial, con una base rítmica creo que puede ser algo muy grande, escúchala por lo menos —Alan se pone a los teclados, toca y le mete una base de ritmo.
—Además, Mart, yo creo que si tocaras unos acordes de guitarra al principio, no sé, yo creo que le quedaría de puta madre —interviene Flood, poniendo paz entre ellos- ¿Probamos, a ver qué tal?
—Joder, sois dos contra mí, no sé, quizá podamos probar —dice Gore, aún con dudas, cogiendo su guitarra.
—Que sí -dijo Flood. Y creo que sería mejor que la cante Dave, y tú los coros con él. Puede quedar muy bien.
Prueban la base rítmica, los teclados y los acordes de guitarra.
—Tíos, tenéis razón. Esto va a ser algo muy grande.
Más información sobre esto, aquí.
Primera versión de Enjoy The Silence.
* * *
Hay discos y discos. Todos los artistas, o grupos, tienen “su” disco, ese por el que se les asocia de manera automática o se les recuerda siempre. Y en el caso de Depeche Mode, “su disco” fue este, el séptimo de su carrera.
Tan solo un año antes habían lanzado el magnífico “101”, que ya analizamos aquí, en el blog. Y tras el éxito del álbum en directo, el 28 de agosto de 1989, unos meses después, salía al mercado una de las dos canciones por las que serían recordados para la eternidad, “Personal Jesus”. En febrero de 1990 vendría la otra, “Enjoy The Silence”, y todo el mundo andaba como loco esperando el disco donde se incluirían ambas, este “Violator”, que por fin vio la luz el 19 de marzo de 1990. Es decir, que este año ha cumplido la friolera de 30 años. Y no ha perdido ni un ápice de calidad, si acaso gana en cada escucha.
En la entrada sobre “101” ya hablé sobre los comienzos de la banda. Ahora lo haré sobre la historia de este icónico disco y la consagración del grupo, a lo que contribuyó, sin duda, el buen gusto de Anton Corbijn y el acertado cambio de imagen que les sugirió a nivel estético y a nivel musical, por supuesto, la mano mágica de Alan Wilder y del coproductor Mark Ellis, “Flood”. Sin ellos “Violator” nunca hubiera sido lo que finalmente fue: una [puta] obra maestra.
Tanto Wilder como Gore tenían ganas de innovar y hacer cosas distintas. Así que, aunque Martin continuó siendo el compositor de los temas, los arreglos y la forma en que suenan fueron responsabilidad de todos, especialmente de Alan y de “Flood”, quienes, como ha reconocido Gore años después, convirtieron temas planos en “temazos”, como fue el caso de “Enjoy The Silence”. Entre otras cosas, “Flood” le quitó el miedo a meter guitarras en sus canciones lo que, sin duda, fue uno de los muchos aciertos que introdujo.
Depeche Mode y parte del equipo, durante la grabación de "Violator"
La portada
Lo digo sin miedo y con rotundidad: “Violator” tiene una de las portadas más bonitas de la historia de la música. Sobria, sencilla y preciosa, en cuatro colores (negro, blanco, rojo y gris) pero tremendamente visual y efectiva. La rosa roja con detalles en blanco partida justo a la mitad por el título del disco en una tipografía cursiva exclusiva en blanco y el nombre del grupo en una sencilla mancheta gris en la esquina superior derecha. Corbijn puede estar bien orgulloso de ella, fue un acierto, como todo lo demás.
Portada y contraportada
La contraportada es igualmente sobria, negra, y con las canciones en vertical a la derecha, con una letra muy pequeña que mezcla los títulos de los temas y parte de los créditos del álbum. En los singles que fueron lanzando incluyeron varias fotos del grupo, como por ejemplo, en la trasera del single de “Personal Jesus”, donde aparecen los cuatro miembros del grupo con la misma chica, ella desnuda y ellos vestidos, imperturbables, tras ella, en el vinilo de 7” está Martin Gore, en el de 12”, David Gahan, en el CD, Alan Wilder y en el casete, Andrew Fletcher.
En la funda interior, de brillante cartón negro, se puede ver la foto de una rosa con los colores invertidos, en blanco sobre fondo negro y en la esquina derecha, arriba, cuatro fotos pequeñas con las caras de los integrantes del grupo, de arriba abajo, Gore, Fletcher, Gahan y Wilder. Dándole la vuelta nos encontramos la misma foto más pequeña, las letras de las canciones y los créditos completos del álbum, igualmente, respetando el fondo negro y las letras en blanco.
Funda interior
Es una primera edición británica, que bien vale el dinero y el esfuerzo que me costó conseguirla (tras varias transacciones fallidas, por diversos motivos). Hace poco ha aparecido una preciosa caja (roja) con los maxis de 12” de este disco, que por supuesto ya está agotada y no se ve en el mercado de segunda mano por menos de 300 lereles. Yo me conformo de momento con esta primera edición, que seguramente alguien compró en su momento con la misma ilusión que yo escuchaba los temas en la radio y en los bares donde iba allá por el año 90, en ese momento, ya sabéis, los amigos eran oro y aquellas cadenas con pletina donde se grababan cintas, un lujo, a mí me pasaron una y la desgasté, por supuesto.
El título
Significa “violador”, pero en el sentido de “transgresor”, de romper esquemas. Martin Gore explicó que lo llamaron así “como una broma. Queríamos encontrar el título más extremo y ridículamente más de heavy metal que pudiéramos. Me sorprendería que la gente entendiera la broma”.
Pues no sé si se entendió la broma o no, Martin. Pero fue otro acierto: corto, sonoro, y efectivamente, transgresor.
Las canciones
La cara A arranca con “Word In My Eyes”, una canción típica de Martin, que habla sobre amor y sexo, ya sabemos que le pirra, pero esta vez de manera algo menos tortuosa que de costumbre, desde un punto de vista positivo.
Después, uno de mis temas favoritos del disco, “Sweetest Perfection”, cantada por Martin Gore.
Le sigue “Personal Jesus”, otra en la que decidieron meter un riff de guitarra característico que le dio el toque perfecto, y que fue inspirada por el libro de la ex del rey del rock, Priscilla, “Elvis and me”, transgresora, irónica y la más cañera del disco. Martin Gore dijo sobre ella “trata sobre ser Jesús para alguien más, alguien que te da esperanza y atención. Es sobre cómo Elvis fue su hombre y su mentor, y cómo eso pasa en tantas ocasiones en las relaciones amorosas; cómo el corazón de todos es en cierta forma como un Dios. Jugamos con estas partes de una persona que son como Dios pero las personas no son perfectas, y ese no es un punto de vista equilibrado de alguien”. También escondía un recadito para los predicadores religiosos en Estados Unidos, que explotaban y comercializaban con la religión, y Gore animaba a ser “tu propio Jesucristo, el que escucha tus oraciones, alguien a quien le importas, alguien que no te va a fallar”. Y que, de manera irónica también, fue el sencillo más vendido de Warner, el sello que comercializaba los discos de Depeche Mode en Estados Unidos. Ja.
“Halo”, donde Gore quiere transmitir un sentimiento de injusticia, de culpabilidad, ya sabemos que sus letras son atormentadas a veces, es un ser complejo. La maravillosa “Waiting for The Night”, tan sencilla, pero que funciona tan bien con sus misteriosos sintetizadores, habla sobre la alienación voluntaria y refugiarse en la oscuridad de la noche.
“Enjoy The Silence” abre la cara B. Gore escribió una balada, y la llevó al estudio, tocada con un armonio, y cantada por él mismo, y Wilder y Flood la transformaron en lo que fue, un temazo. La letra habla sobre el poder de la música y del silencio, y su videoclip, dirigido por Anton Corbijn muestra a Dave Gahan caminando con un manto y una corona, como un rey, y una silla plegable, buscando la paz, el silencio. Gahan no entendió el concepto en un principio, pero cuando el holandés le mostró las imágenes se quedó conforme.
“Policy Of Truth” fue el tercer single lanzado del álbum, y contiene una extraña propuesta de mentir u ocultar siempre que sea necesario. Con un ritmo que se te mete dentro y una letra poderosa y pegadiza “never again is what you swore the time before”.
Con “Blue Dress” volvemos al erotismo y a escuchar la voz de Martin Gore, donde nos habla sobre su fetichismo y cómo le gusta ver a su chica con un vestido azul. Canción con veladas pinceladas bedesemeras, con esos versos donde le dice que se lo ponga “y no diga ni una palabra”.
“Clean” es la canción más oscura del disco, la que tiene sonidos más cercanos a lo gótico y de la que Alan Wilder contó que fue inspirada por el tema de Pink Floyd “One Of These Days”, de 1971.
Hace un mes que Depeche Mode ha ingresado en el Rock and Roll Hall of Fame, el 8 de noviembre. Signifique lo que signifique eso, sea como sea, no les hacía falta, ya estaban en el corazón de todos nosotros, con discos como este, redondos y perfectos en todos los sentidos, consiguieron la fama definitiva, desde el trampolín que supuso “Music for the Masses” en el 87, y que continuaría después de este “Violator” con “Songs Of Faith And Devotion” en el 93.
Dejo un documental, grabado en 2006, donde cuentan los entresijos y anécdotas de cómo se grabó y gestó este disco, se llama “If you wanna use guitars, use guitars”.
Reach out and touch faith… No seáis muy malos y pasad buen fin de semana.
Buff... entradaca y discazo. Cuando pensaba que este viernes iba a quedar desierto, lo has salvado con nota. Mañana cae para honrarlo como se merece. Que uno es muy jebi, pero Enjoy the silence... Feliz fin de semana.
ResponderEliminarMuchas gracias. Casi no llego, lo confieso, que el viernes iba más bien de cráneo, pero ya tenía ganas de subir vinilo 😉
Eliminar¡Espero que lo disfrutaras!
Dicazooooooooooooooo elemental y fundamental para tod@s, grandioso POST enhorabuena.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo, pero claro, qué voy a decir yo... 🤣🤣🤣
EliminarMuchas gracias, me alegra que te haya gustado la entrada. Saludos.
Grandioso disco que hacía siglos que no escuchaba completo. Entrada super currada, como siempre. Te dejo que me voy a aislar para escuchar el Enjoy...
ResponderEliminarGrandioso e imprescindible, otro disco que debería de estar en todas las casas. ¡Muchas gracias!
EliminarLeída la estupenda entrada no me queda más remedio que escuchar el disco. Al final me van a gustar estos tipos a base de tanta insistencia. La edición del álbum es preciosa, muy sencilla en los elementos pero muy bien combinados. Un abrazo.
ResponderEliminarAl final te van a gustar, tonto... 🤣
EliminarAnton Corbijn hizo un trabajo extraordinario con este disco, también con otros de otra gente, pero el puñetero tiene un buen gusto impresionante. Abrazo gordo.
Amor por siempre hacia este grupo
ResponderEliminarSiempre 🌹
EliminarMuy buen review! Hace unos dias hice un análisis de este discazo, pueden verlo acá: https://youtu.be/PZCX78qA8fE?si=rqIwysdbsqFunPl5
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te haya gustado el mío 😉
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