Por estos lares, además del hard rock, veo que también
proliferan discos de lo que se dio en llamar rock progresivo o incluso
sinfónico. Y me sorprende que entre los Yes, Pink Floyd, Camel, King Crimsom y
compañía, sólo hay una referencia a Supertramp. Es posible que sea porque a
los grupos con un desmesurado éxito comercial se les pone la cruz. O quizás
porque su rock progresivo tiene tintes de pop progresivo. O que la imagen de
sus dos líderes no sea, precisamente, deslumbradora ni cercana a la de los rockeros
clásicos. El caso es que esa ausencia me permite poder compartir con vosotros
uno de los discos más importantes de la maravillosa década de los 70.
Tengo que confesar que, en mi adolescencia, no tenía mucha
idea de quiénes eran estos británicos. Mis referencias de ellos se limitaban a
los videoclips que veía en los programas musicales. Y por aquella época, los
discos que publicaba Supertramp no eran de sus mejores trabajos y ya no
contaban con la participación de Roger Hodgson. Conocía a Hodgson pero ni sabía
que había sido integrante de Supertramp. Pero aprendí a amarlos gracias a Dire
Straits. Me explico. Los de Knopfler sí me gustaban mucho y los conocía. Y fue
el grupo que teníamos en común un grupo de chicos que empezamos a forjar en el
instituto nuestra amistad para toda la vida. Luego, cada uno aportaba la música
que nos cautivaba y así íbamos aumentando nuestra sapiencia musical. Nada que
no sepáis los más viejos de por aquí: los que crecimos sin mp3, Napster, Megaupload,
Spotify o Youtube; los que conocíamos la música a través de las cintas que nos
grababan nuestros amigos o de los discos que nos pasábamos unos a otros. ¿Cuándo fue la
última vez que prestaste o te prestaron un disco? ¿Cuánto tiempo hace que no le
decís a un amigo: “Vente a casa a escuchar un disco que te va a flipar”? (no
valen las veces que lo habéis usado para ligar). Eran otros tiempos. ¿Mejores?
¿Peores? En todo caso, distintos.
Retomo, que me pierdo. En aquel grupo, la aportación de mi
amigo César fueron los Supertramp. Bueno, en realidad su banda de cabecera eran
los Beatles, pero todos conocíamos a los de Liverpool por lo que eso no valía.
En aquella época en la que todo era fácil y el destino aún no se había empeñado
en ensombrecer parcelas de nuestras vidas, él fue el que me prestó los vinilos de
Supertramp que tenía en casa para grabarlos. Y como conocedor de los de Davies
y compañía, el primero que me pasó fue este Crime of the Century. Luego
vendrían más. Y, poco a poco, los fui incorporando a mi propia colección de
vinilos y Cds.
Además de las puramente musicales, con la chapa que os he
metido no hace falta que os narre las otras sensaciones que me transmite la
armónica con la que comienza el disco y hacia qué época viajo. A César le tiene
que ocurrir algo parecido porque hizo un dibujo hace poco sobre esta canción. Ah
sí, mi amigo César es un artista no reconocido que dibuja todos los días en la bolsa de
almuerzo de su hija alguna viñeta (deberías seguirle en su Instragram o twitter, donde es conocido como @OttoComic,
y ser de los que puedan decir “yo ya le seguía de antes” cuando salga en los
medios y haga alguna exposición, porque es carne de ello: no creo que nadie haga
algo parecido y se merecería ese reconocimiento).
El primer corte, "School", como ya os he dicho comienza la
armónica y va increscendo. Cantan las dos primadonas del grupo: Rick Davies y
Roger Hodgson. Hacia la mitad del tema entra el piano de Davies. El mismo con
el que comienza la siguiente canción, "Bloody well right", en el que se turna con
la guitarra de Hogson durante casi dos minutos hasta que empieza la letra. Esta
vez sólo la voz de Davies. La siguiente, "Hyde in your Shell", la canta Hogdson
con protagonismo del saxo y para cerrar la cara A, alternando de nuevo en el micro,
toca el turno de Davies con "Asylum".
La cara B comienza con uno de los temas más famosos del
grupo, "Dreamer". "Rudy" y "If everyone was listening" nos llevan al gran final: al tema
que da título al álbum, "Crime of the Century". Una obra maestra para cerrar otra
obra maestra global. Siempre me pareció curioso que el disco terminase como empieza:
con el sonido de una armónica, en este caso, que se aleja…
No he querido entrar al detalle de las canciones porque es
un álbum tan conocido, tan reseñado, que iba a caer en repeticiones y plagios y
no iba a aportar nada nuevo. También podía haberos contado la historia previa
al disco, cómo les costó llegar a la aceptación, cómo perdieron a su mecenas, cómo
uno de sus integrantes tuvo que cambiarse el apellido para burlar al servicio
de inmigración británico. Incluso cómo se retiraron a un caserón de campo para
dar rienda suelta a su creatividad. Pero eso lo han hecho ya otros, mejor
escrito y mejor explicado de lo que yo pudiera nunca. Me basta con haberos
transportado, durante un rato y gracias a la música, a otro tiempo y a otro lugar,
como me sucede a mí cada vez que pincho este plástico, edición española del 77
que conseguí de casualidad gracias a un vecino.
Fichado en Twitter tu amigo César ;) No quisiera perderme su talento, y si encima te recomendó este disco, seguro que merece la pena seguirle.
ResponderEliminarSupertramp no son uno de mis grupos preferidos, pero sí que me gustan. Este no le he escuchado, y me lo apunto para ponerle solución.
Buen fin de semana.
Pues tienes que remediar el que no hayas escuchado este disco. Y más sin ya los conocías. En cuanto a César, harás bien en seguirlo, porque me parece de mucho mérito y muy original lo que hace con las bolsas de almuerzo.
Eliminar¿Quién no conoce el tema título o esa Dreamer, o la maravillosa Fools overture del Even in the quietest moments?. Pero es cierto lo que dices, a Supertramp quizás se los conoce mayoritariamente por ese pelotazo del Breakfast, que es más pop que rock. Sea como sea, me has hecho venir las ganas de darles un repaso. Saludos.
ResponderEliminarPosiblemente es la razón: el Breakfast es muy pop y quizás sature por lo conocido. Pero es un grupo muy aprovechable. El Fools overture es mi tema preferido a pesar de lo que dura...o quizás por eso mismo.
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EliminarSiempre me han empalagado muchísimo, más allá de alguna canción suelta. De todas formas, entradas como esta que te has marcado bien merecen que le de otra oportunidad al disco en cuestión. La música siempre será la mejor máquina del tiempo. Abrazos!!
ResponderEliminarSi te han empalagado quizás sea por lo que ha comentado King: el Breakfast es lo más conocido, muy pop y demasiado manido y usado en todos los medios. Dale una oportunidad a este disco. El Crisis y el Even in the quietest también son fantásticos.
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EliminarYo les conocí con la cassette del Breakfast in America ("el grupo de la camarera sin brazo" porque el formato cinta le recortaba el otro brazo a la protagonista de la portada) pero este le escuché después y me parece un discazo. Me gusta mucho cómo cuentas tus historias de los vinilos (como siempre). Un abrazaco!
ResponderEliminarGracias, Tina, pero eso es que me lees con buenos ojos. A mí me gustan más como obras completas la trilogía Crime, Crisis y Even in the quietest moments. El Breakfast es su obra más vendida pero más pop.
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EliminarMuchas gracias por tu post y por darme a conocer a tu amigo César. Por si quieres echar un vistazo yo también soy un aficionado de las reseñas musicales y por lo que dices con las mismas referencias vitales que tú en cuanto a música (quizás soy un poco más viejo). Aquí te dejo "mis" Dire Straits http://www.felixgjc.com/direstraitspal.html y "Supertramp" http://www.felixgjc.com/supertramppal.html y mi cuenta en twitter @felixgjc para cuando yo también me haga famoso. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarYa estás fichado en twitter. Ya he echado un vistazo a tu apartado Supertramp. Gracias por tu comentario. Busca mis otras aportaciones por aqui si quieres comprobar si tenemos más afinidades. Un saludo.
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EliminarSupertramp es una de esas bandas que se suele conocer más por canciones que por discos, o esa es mi impresión. Fenomenal que hayas traído esta joya por aquí, que no solo de macarrismo vive el blog. La delicadeza de Davies y Hodgson bien merece una escucha de vez en cuando. Un saludazo.
ResponderEliminarSí,y las canciones que se suelen conocer son las que nos hacen pensar que son muy poperos. Pero tienen grandes discos. Un saludo
ResponderEliminarEs sin duda mi álbum favorito de esta gente. A pesar de que está claramente diferenciada las composiciones de Davies y Hodgson, me atrevería a decir que tocaban como una banda y que los temas independientemente del escritor o del tono diferenciado todos hacían suyos los temas. Mis temas favoritos son Crime of the Century y School. Sobre está última siempre tuve una idea de lo que pretendía contar Hodgson, pensando inicialmente que era una canción que hablaba de la infancia y los problemas de adaptación al sistema educativo, pero no sé dónde leí que en realidad Hodgson habla de su compañero Davis, al cual le tiene por excesivamente dogmático y le insta a que rompa su academicismo. No sé.
ResponderEliminarSólo tengo una cosa que decir: gracias por hacerme quererlos.
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