Quizá no haya un álbum de Queen más unido a mi acervo cultural. Porque con este disco "descubrí" a la banda. No directamente, si no por su participación en una película que me marcó: Los inmortales (The highlanders). En 1986 aluciné en el cine con las aventuras de Connord McLeod y sus trifulcas con el Kurgan, el "solo puede quedar uno", las decapitaciones (light) y sus historias de amor eterno y moderno. Pocos años después, gracias a un Erasmus, visité algunos de los escenarios, como el castillo de Eilean Donan o Glen Coe. La banda sonora de la película mezcla la música incidental de Michael Kamen (otro imprescindible de la época) con canciones compuestas e interpretadas por Queen. Ahí comenzó mi "acervo cultural" en relación a la banda. Poco tiempo después se editó este A Kind of Magic que contiene aquellas canciones en una versión diferente, más elaborada y, quizá, completa. De las nueve canciones del disco, seis aparecían en la película de un modo u otro.
El tema título, A kind of magic, es una frase que se escucha en varias partes de la película, y Roger Taylor (batería) la utilizó de leitmotiv y estribillo; para el disco, Freddy Mercury (¿hace falta decir quién es?) rehizo la canción. Who wants to live forever la compuso Bryan May (guitarrista) al visionar la escena donde Heather (el gran amor del protagonista en 1536) fallece en los brazos de su amodo; McLeod (el inmortal) tendrá que vivir para siempre con esa pérdida y May creó uno de los himnos más famosos del cuarteto. Brian compuso también una de las más potentes del álbum, Gimme the prize, pensando en Kurgan, el malvado que quiere ser el último inmortal y acabar con la cabeza de McLeod entre sus manos. Roger Taylor escogió una obsesión similar: cortar la cabeza del rival para sobrevivir como siniestro destino; así, Don't lose your head, muy rítmica, llena de programaciones y voces oscuras, advierte al participante en la contienda del riesgo que corre al enfrentarse con ¿la vida? ¿su rival? Por fin, Princes of the Universe (título inicial del film), esta de Mercury, se centra en la victoria, en ser el sobreviviente, pero, a la vez, en tener la responsabilidad de haber nacido para reinar, para triunfar. Curiosamente, el último tema que se extrajo de este disco fue la balada One year of love compuesta por John Deacon (bajista, entre otras cosas), contando la historia del inmortal en el siglo XX, enamorándose de nuevo cuatro siglos después.
No inspiradas directamente en la película, encontramos tres canciones. El primer single, One vision, se editó (aún sin saber si habría álbum) seis meses antes de la edición del largo. Formó parte, además, de otro taquillazo (Iron eagle, Águilas de acero). La banda se inspiró en las emociones del concierto Live Aid de unos meses antes para crear un himno sobre la unión y la fuerza del "todos juntos". El corte con un fondo soul titulado Pain is so close to pleasure, de Mercury y Deacon, quizá el más flojo, es una rareza en el conjunto, pero el ritmo y la esencia de Freddy lo rescata (si te gusta mover el culo en la pista). Y, por fin, otro de los imprescindibles de Queen: Friends will be friends, también de Mercury y Deacon.
El diseño artístico corrió a cargo de Richard Gray, la portada es de Roger Chiasson y el resto de las ilustraciones, además del nombrado, pertenecen a Mike Smith y Chuck Gamage.
Como curiosidad, fue el primer disco de una banda de rock "del otro lado" en ser publicado oficialmente en la Unión Soviética; y se convirtió en todo un éxito.
El vinilo que traigo, precioso, es una remasterización de 2009 editado en vinilo de 180 gramos dos años después y, de nuevo, este mismo año por Virgin Records. La banda presume de haber realizado el proceso de masterización con la tecnología más respetuosa con el original, en los Abbey Road (llamada Half Speed). En cualquier caso, suena a gloria de mojar pan.
Escuchado hoy en día, debo reconocer que no es de mis favoritos de la banda, aunque sigo relacionando con fuerza la música, las imágenes y las emociones de descubrir historias y recrearlas hasta el infinito. Como ya he dicho en otras ocasiones, a veces no escuchamos canciones, escuchamos recuerdos. Y eso me pasa con A kind of magic.
Disfrutad del fin de semana, lechones. Y que no os corte nadie la cabeza.
Yo también fui a Eilean Donan Castle empujado por la película. En cuanto al disco, bueno, es de Queen así que me encanta. Y aunque tampoco estaría entre mis preferidos, contiene Who wants to live forever que para mi es como el experimento de Pavlov y sus perros. Aunque no quiera, la canción me pone la piel de gallina y se me hace un nudo en la garganta. Tal es la unión mental que hago entre música y la sobrecogedora escena de la película. Abrazos y hasta la semana que viene.
ResponderEliminarPues compartimos sentimientos. Eso, de vez en cuando, viene bien. Abrazo de vuelta.
EliminarEs de los disco que más veo su portada por internet pero que menos veo en fisico ni si quiera en ferias del disco, qué le pasa.
ResponderEliminarSi lo quieres, que me extraña, lo puedes obtener en el enlace que he puesto en el texto. Un saludo.
EliminarOne Vision, also featured in GTA IV liberty rock radio and GTA IV TLAD*
ResponderEliminarMe encanta Queen, aunque este no es un disco que me muera de ganas por tener porque, más allá de varias canciones sueltas, no me llega a la patata. Muy muy de acuerdo con eso que comentas de que muchas veces no escuchamos canciones, sino recuerdos. Abrazoss
ResponderEliminarPoquísimo puesta en la discografía de Queen, otra de mis lagunas. Es hora de resolverlo. Vi Los inmortales en su día, una historia que nos marcó, sin duda. Muy buena entrada.
ResponderEliminarPoco que decir. Uno de los vinilos más pinchados en mi casa y por tanto, con más recuerdos asociados. Lo tengo en CD actualmente, cuándo salió la colección en algún periódico. Me tienta hacerme con el vinilo... Por cierto, Los Inmortales... Peliculón de nuestra generación.
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