Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire, además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.
Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando durante horas, no inundara de fraseos innecesarios las canciones. Estas se mantenían solas pese al virtuosismo de los tres instrumentistas.
El primer lp, en estudio, es mi favorito. Empezar el disco con ese White Room, un clásico no solo de la banda si no del rock en general, es jugar a ganar. Creo que es la canción que mejor representa el sonido de la banda, o una de las que mejor lo hace. El blues que tanto gustaba a los integrantes tiene su representación en Sitting on the top of the World y Born under a bad sing, ambas canciones "creamtizadas", muy bien adaptadas al estilo de la banda. Entre mis favoritas se encuentra As you said, con un estilo muy noventero que me recuerda por momentos a los Smashing Pumpkins (llamadme loco), aunque mas bien habría que decir que es lo contrario. La lisérgica Passing the time es otro ejemplo de cómo le gustaba al grupo jugar con los contrastes y con los compases irregulares. Those where the days, pese a los arreglos instrumentales, se acerca a la faceta más rockera de los ingleses, siendo una canción directa con un solo muy potente. Mención especial a la muy, muy inglesa Pressed Rat and Warthog, que, según tengo entendido, no aparece en la edición española del lp, aunque en el mio si que está.
Sobre la parte en directo, tengo mis contradicciones. Me encanta cómo suena el grupo en directo, eran tres que parecían el doble, y reconozco que las orgías musicales que representan las versiones tan extendidas de Spoonful y Toad son espectaculares, pero no me entran en cualquier momento. Son perfectas para entrar en éxtasis, sin duda, pero me superan un poco. Ideales para sentarse a deleitarse con la increíble pericia instrumental de la banda y escucharlas con atención.
Resumiendo, creo que Cream y este disco en particular, bien merecen una buena escucha, poniendo en contexto la obra creo que se puede disfrutar muchísimo. Poneos vuestra chaqueta de flecos, el pelo a lo afro y disfrutad de Baker, Clapton y Bruce.
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