Ir al contenido principal

Uriah Heep – Innocent victim (Bronze, 1977)


Os traigo este viernes un nuevo vinilo de los británicos Uriah Heep, una de las bandas que más ha aparecido por estos lares, en una de sus formaciones setenteras con los habituales Mick Box a las guitarras, Ken Hensley a los teclados y guitarras y Lee Kerslake a la batería, con la adición de los entonces recientes fichajes –ambos ya habían grabado el anterior FireflyTrevor Bolder al bajo y John Lawton a las voces. Me refiero, como veis, a este Innocent victim, su undécimo álbum de estudio, un disco de estilo irregular que bascula entre el rock y el pop y tiene la pinta de una obra de transición hacia unos sonidos más AOR o de hard melódico que cristalizarían en los 80 con Peter Goalby a las voces y que particularmente es la época que más me atrae de la banda. Sea como sea, sólo por esa portada de John Holmes –pintor e ilustrador autodidacta londinense que había trabajado como portero en el mercado de la carne de Smithfield–, tan fea como llamativa, entre terrorífica y pueril, ya valía la pena hacerse con el álbum. 
 

Producido por Ken Hensley y el habitual Gerry Bron en los Roundhouse recording studios de Londres, el track list del álbum, del que poseo la edición alemana del mismo año de lanzamiento, es la siguiente: 
 
A 
Keep on ridin’ 
Flyin’ high 
Roller 
Free n’ easy 
Illusion 
 
B 
Free me 
Cheat n’ lie 
The dance 
Choices 
 

Se inaugura el disco con Keep on ridin’, un rock grandilocuente con coros de tinte gospeliano en el que destaca el vozarrón de Lawton y la dupla de bajo y batería. Le sigue Flyin’ high, un hard rock setentero, alegre y lleno de ritmo que precede a la algo diferente Roller donde, sin que la base rítimica pierda fuelle con un aire funky rock, tienen más presencia los guitarrazos de Box. Free n’ easy es espídica y potente, guitarrera y con unas líneas de bajo que seguro que son del gusto de Steve Harris en su vertiente cañera. Ponen fin a la cara A con Illusion, con marcada presencia de los teclados en un calmado inicio que da paso a una balada delicada, construida alrededor del bajo de Bolder y que tiene un solo de guitarra cargado de sentimiento. 
 

Free me comienza la cara B con regusto soul y Cheat n’ lie tiene un inicio space rock que me recuerda a sonidos de Uli Jon Roth con los primeros Scorpions, una vez más con el liderazgo del bajo de Bolder, en mi humilde opinión el verdadero protagonista del álbum junto con la voz de Lawton, algo extraño –o no, quizás es precisamente por eso– al ser los recién llegados al grupo. The dance es un bonito tema a medio gas, donde teclados y guitarra aportan capas a la base rítmica de Kerslake y Bolder y protagonizan un solo conjunto a la mitad y al finalizar el tema y para terminar nos encontramos Choices, un pop rock melódico con teclados, una sentida interpretación de Lawton y una enérgica contribución de Kerslake
 









En resumen, un estupendo disco de hard rock setentero sin una línea estilística clara aunque de lo más disfrutable y que esta semana he tenido a bien comentaros sin extenderme demasiado, que estos chicos ya son viejos conocidos del blog. Espero que le deis una escucha. 
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Me encanta la época Lawton, pero sobre todo el "Firefly"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también. Aunque seguro que ya os lo he compartido, dejo por aquí esto que escribí cuando do aún escribía en mi blog: https://rockologia.wordpress.com/2019/09/28/lo-mejor-de-uriah-heep-los-anos-con-john-lawton/

      Eliminar
  2. ¡Vaya sorpresa! Me alegro y me enfado a la vez; alegría, porque este disco es magnífico, divertido, rápido; enfado porque lo tenía en mi lista de futuras entradas para el blog 😜. Como curiosidad, yo lo tengo con una portada diferente. Cosas de los setenta. Esta serpiente es llamativa, pero bastante poco lograda. Aprovecharé para repasar la trilogía lawtoniana. Creo que ya están todos en el blog. Y, posiblemente, sea Uriah Heep una de las tres bandas más representadas en #FFvinilo. Por algo será. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lamento el enfado jejejeje El disco está muy bien, pero ya he dicho que no es mi época preferida. No obstante, el Head first no lo podía reseñar porque ya lo hiciste tú, creo. Así que...
      De todas formas, tampoco me quedan ya muchos vinilos para traer aquí, no creas. Cada vez es más difícil encontrar álbumes que no hayan aparecido por estos lares sin tener que pasar antes por alguna feria o tienda. Lástima de esos años en los que sucumbí al cedé en detrimento del vinilo. En fin. Abrazo de vuelta. KING

      Eliminar
  3. Los Uriah son un debe en mi lista. Siempre digo lo mismo y no lo soluciono. Porque me gusta casi todo lo que escucho de ellos pero me da pereza ponerme al tener una discografía tan extensa. La primera parte me recuerda a los Doobie Brothers aunque luego tiran más por el hard rock (curiosos los toques gospel y soul para estos británicos) Disco correcto que volveré a escuchar (espero). Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son de esas bandas que atraviesan diversas épocas en cuanto a sonido, por lo que siempre tienen discos atractivos. Gracias por comentar y abrazo de vuelta. KING

      Eliminar
  4. JP Soft Hand27/5/24 00:37

    Uriah Heep para mí es como ese amigo que no sueles ver ni quedar con él a lo largo del año, pero un día te lo encuentras por la calle y te alegras realmente de verle y te preguntas por qué no quedáis más a menudo porque es la caña. Aunque tengo algunos discos de ellos, éste no lo tenía muy escuchado y ha sido un agradable descubrimiento. Me han gustado especialmente "Ilussion", "Cheat n' Lie" y mención especial a "Choices", que empieza tranquila, pero va creciendo capa a capa con unos músicos realmente inspirados, para cerrar el disco de manera épica. La serpiente de la portada es más fea que un demonio, pero tiene su encanto y es atractiva. Yo veo esta portada en una tienda de discos sin saber de qué va la cosa (Old School Style) y este disco se viene para casa. La entrada, esta vez breve, pero igual de genial. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras y la verdad es que no puedo añadir más. Estoy totalmente de acuerdo con todo. Feliz semana. KING

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Alanis Morissette - Jagged Little pill (1995, Maverick Records)

  Me toca entrada de artista femenina. Y este mes de junio de 2024, concretamente el día 13, este trabajo que os traigo cumple 29 años. Podría haberme esperado hasta el próximo año para que saliese la cifra redonda de 30 (sí, a partir de esa edad la redondez suele apoderarse de alguna parte de nuestro cuerpo y ya casi ni nos da para luchar contra ella, total, son treinta años). Pero mira, ya lo he dejado demasiado teniendo en cuenta que fue un regalo de mi cumpleaños del año pasado y espero que este año me regalen algún otro vinilo para traerlo por aquí y se me van a acumular. El regalo estuvo genial, aunque, por una vez en la vida, casi que me lo imaginaba ya que poco tiempo antes, en alguna conversación con mi mujer, salió que siempre me fastidió no haberme comprado en su día este vinilo. Con los años sí me hice con la versión Cd pero aún no estaba la fiebre del plástico de segunda mano a tope. Y por eso he dicho que casi que me lo imaginaba, porque el regalo que recibí corresponde a

Peter Criss - Peter Criss (Casablanca, 1978)

  Todos conocemos a cantantes poco talentosos que han triunfado en esto del rock y sus derivados; por muchas razones: una buena imagen, un carisma arrollador, estar en el grupo correcto con las canciones correctas. También somos conscientes de las limitaciones de algunos músicos que mangonean sus instrumentos en nuestros grupos preferidos, de todo hay, pero subsisten ahí como parte del paisaje: molan sus pelos, sus gestos, son los más guapos o, en fin, por alguna razón que desconocemos. Al menos, si no cantan y no tocan bien sus instrumentos, sabrán componer; pues también tenemos ejemplos a miles de malos compositores, que lo intentan, ojo, le ponen su amor y su inteligencia, pero carecen de gusto, atino o, vaya por dios, conocimientos de solfeo. Y hoy traigo a un artista que combina todos estos elementos. No es un buen cantante. Ni tiene carisma. Ni siquiera aporrea bien su batería. Y, desde luego, ha demostrado ser un compositor mediocre. Pero en unos años de su vida fue uno de los p

The Kinks - "Misfits" (1978)

  ...el sonido y la producción se me antoja edulcorada en exceso, con una evidente falta de garra y un sobrante de elementos pop y AOR... Por  Jorge García . En 1977 la banda inglesa  The Kinks  daba por terminado su periplo con  RCA  para firmar un nuevo contrato discográfico con  Arista . Con esta nueva disquera el grupo ponía punto final a una etapa decepcionante, principalmente desde el punto de vista comercial. Los años en RCA estuvieron marcados por la fijación de  Ray Davies  con proyectos musicales basados en el musical, la ópera rock y el vodevil. El público afín a la marca The Kinks nunca conectó del todo con este formato musical y la banda vagó a la deriva, sin conseguir el éxito en ninguna de las intentonas teatrales que acometieron. Con el primer disco en Arista, el estupendo  "Sleepwalker"  (1977), volvieron los éxitos y la comunión de la banda con su público. Un año después insistieron con otro lote de canciones con las que dar continuidad a ese retorno a la pr

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

The Quireboys - A bit of what you fancy (EMI/Parlophone, 1990)

  Hoy toca traer al blog uno de los discos de mi vida. Tampoco sé si eso es meritorio, porque la lista de “discos de mi vida” no es pequeña. Y tampoco tengo claro las reglas para entrar en tan selecto club. En cualquier caso, este debut de los londinenses The Quireboys apareció en mi vida como una epifanía. Atención, se viene historia viejuna (ya sé que tú lo viviste parecido, pero hay gente joven también por aquí). En “aquellos años” uno descubría música por alguno de estos cuatro medios: algún programa de radio (casi siempre por las noches), las reseñas de las revistas duras, el contagio por algún colega con una cinta de casé o, como fue este caso, viendo un vídeo en algún garito o en casa de alguien con una parabólica (sí, que a veces nos pasaban actuaciones en la tele nacional, pero con cuentagotas). Había un garito llamado Fórmula 1 (o algo así) al que solíamos ir por las tardes para echarnos unas cervezas antes de “salir” (como si no estuviéramos ya en ello). En ese pub ponían, e