Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen, hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions, otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout, el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí– y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks, dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA– pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico de sesión a Jimmy Bain, entonces en Dio. Por otro lado, Herman Rarebell se pidió unos días de descanso a causa de sus problemas con el alcohol y –no se sabe si porque el alquiler del estudio era caro o cual fue el motivo real– la banda decidió seguir adelante con Bobby Rondinelli de Rainbow a la batería. La realidad fue que el cambio de aires no sirvió de nada ya que se desecharon todas la partes grabadas en Suecia y la banda, con Buchholz y Rarebell de nuevo en sus filas, entró a grabar en los habituales Dierks studios.
Total, que con Klaus Meine a las voces y coros, Rudolf Schenker a las guitarras y coros, Matthias Jabs a las guitarras, Herman Rarebell a la batería, Francis Buchholz al bajo y pedales y producción de Dieter Dierks, Scorpions pusieron en las tiendas este Love at first sting con una estupenda portada diseñada por Karlheinz Kochlowski, Steffen Missmahl y Joachim Pieczulski que fotografió el mítico Helmut Newton, exponente del erotismo elegante e icono de la fotografía de los 70 y 80. Como era de esperar en el país de los mojigatos palurdos que temen más a un pezón que a un AR-15, tras haberse vendido varios miles de copias, Walmart obligó a PolyGram a prescindir de una más que inocente portada, que cambió por una foto del grupo que ya aparecía en la funda interior.
A
Bad boys running wild
Rock you like a hurricane
I’m leaving you
Coming home
The same thrill
B
Big city nights
As soon as the good times roll
Crossfire
Still loving you
Lo primero que escuchamos es Bad boys running wild, que me parece un temazo estupendo para iniciar el disco, con un riff repetitivo, un estribillo resultón, una base rítmica fantástica y un solo de Jabs de cuando aún tenía inspiración y una forma de tocar que me resultaba atractiva y muy personal. Lástima que con los años, a partir del Crazy World sobre todo, se perdió la magia. Le sigue el pelotazo Rock you like a hurricane, con fuerza, otro estribillo inolvidable –y el vídeo, quién no recuerda el vídeo– y un solo estupendo. I’m leaving you sigue la misma tónica, con un Meine que ha dejado atrás sus problemas de garganta, coros radiables pero rítmicas poderosas, un bajo y batería muy sólidos y un trabajo a la guitarra de Jabs más que remarcable, sin duda en el momento más inspirado y hábil de su carrera. Entonces nos sorprende ese inicio de Coming home, delicado, con ese sonido de la guitarra de Schenker recordando al estilo de su hermano Michael y el Moog taurus de Buchholz de fondo, que de pronto se convierte en un hard rock rapidísimo en el que de nuevo Jabs se puede lucir. Y para finalizar la cara, una ida de olla totalmente espídica con estribillo repetitivo y un Jabs tan desatado y excesivo que lleva el tema hasta un caótico final algo abrupto. Yo creo que Dierks no sabía cómo terminarlo después de esa cabalgada adrenalínica guitarrera. Menuda cara, cómo me gustaba –y me sigue gustando– este álbum, amigos.
Y si hasta ahora no ha habido tema malo, Big city nights es otro pelotazo radiable con voluntad de single, de inolvidable estribillo, estupenda melodía y un solo más que aceptable a cargo de Schenker. El medio tiempo As soon as the good times roll es uno de esos temas que quizás no llaman la atención a la primera escucha por faltarle espectacularidad pero que con el tiempo alcanzan el reconocimiento que merecen. La interpretación vocal, la melodía, las líneas de bajo y las guitarras cargadas de sentimiento... todo encaja estupendamente. Una joyita escondida entre tanto hit. Le sigue Crossfire, quizás la que, con ese ritmo marcadamente militar, menos me encaja entre el resto de canciones del álbum y aunque para nada me resulta prescindible, creo que no sigue el mismo estado de ánimo fiestero del resto del disco. No obstante, resulta un inmejorable preámbulo a la power ballad por excelencia, la BALADA con mayúsculas, Still loving you, el temazo que provocaba que gente que no sabía quiénes eran Iron Maiden, Judas Priest o Deep Purple, soltasen frases tan hostiables como –léase con voz agilipollada– “los jebis son los que hacen mejores baladas” o “los jebis no sólo hacen ruido”, gentuza que durante años me hizo odiar Still loving you si os soy sincero. En fin, uno también era bastante talibán en esa época.
En resumen, otra obra imprescindible de la música del siglo XX y el álbum
que convirtió a Scorpions en estrellas internacionales y que en calidad
musical y emoción nunca fue superado, pese a que Savage
amusement me encanta y Crazy world tuvo un enorme éxito internacional. A
partir de entonces, las cosas –en mi opinión, seguramente desautorizada– ya
fueron de mal en peor, salvo contadas excepciones. Así pues, recordemos como
se merece a este hito del hard rock ochentero.
Y como bonus, el Gold Ballads (Harvest-EMI, 1984), editado a rebufo del Love at first sting para capitalizar aún más el aplastante éxito de Still loving you y con portada nuevamente de Helmut Newton, supongo que de entre las descartadas para el Love at first sting. Fue un regalo de mi hermana –otra que cayó rendida ante el temita de marras, además de por los huesos de Matthias Jabs–, que ni pensó en que yo ya tenía el Love at first sting, el Blackout y el Lovedrive. Claro que por entonces no tenía el Animal magnetism (acabé comprándomelo en cedé) por lo que al menos me sirvió para conocer Lady starlight.
@KingPiltrafilla
Para mi este disco fue la entrada en Scorpions. Aunque en realidad el disco me lo compré varios años después, porque cuando salió yo era un crio, y no tenía dinero para discos. Pero lo que si tenía era un video VHS con una cinta preparada para cualquier video o actuación de cualquier grupo heavy que apareciera en la TV. Y así es como recuerdo esa mítica actuación de Scorpions en el programa "Tocata" donde, si no recuerdo mal, tocaron (en play-back, claro) "Big City Nights", "Bad Boys Running Wild" y "Rock You Like a Hurricane". Casi nada. Así que ese fue el momento donde me enamoré del sonido de esta banda. Al año siguiente le regalaron a mi hermano el "Word Wide Live", y claro, ahí ya entré de lleno en todos sus clásicos. Claro, por eso para mí el "Coming Home" era la versión en directo (sin la parte lenta), y mi versión de referencia del "Still Loving You" también era la de este directo. Batallitas aparte, este disco en un clásico imprescindible. Hoy, después de mucho tiempo, lo he vuelto a escuchar entero, de una tacada, y no ha perdido un ápice del nivel que le recordaba. Buenísimos músicos Rudolph Schenker, Mathias Jabs, y Klaus Meine (solo hay que verlos en directo). No conocía la historia del bajista y batería. Excelente reseña de un disco obligatorio. Lo de las típicas frases de las baladas me ha hecho mucha gracias, porque efectivamente era así. Añado otra: "Yo no soy heavy, pero me gusta esta canción de Scorpions ...".
ResponderEliminarSi es con discos como éste, puedes seguir trayendo aquí más clásicos (yo aún les tengo demasiado “respeto”). Saludos.
Pues nada, otro acierto. Gracias. Yo soy mayor que tú y también tenía siempre el VHS preparado por si caía algún artista 'de los míos'. Y entonces los jebis nos quejábamos de que ponían poca música de la nuestra en TV. Si nos hubiesen enseñado cómo está el panorama hoy en día, nos hubiésemos dado con un canto en los dientes. Subscribo la cutrefrase que añades. Un abrazo. KING
EliminarCojonudo post, compañero. Tanto por las historias y tu personal análisis como por el disco en sí. Para mí, uno de esos discos perfectos. Que sí, que hay un par de canciones que bueno, están un pelín por debajo del resto, pero estamos hablando de cuatro/cinco canciones top de la HISTORIA del hard&heavy. Y, la verdad, poco más tengo que añadir a lo que tú y Diskobox en el texto anterior ha escrito: vivan los 80s. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias... y sí, imaginaba que contigo también iba a acertar este viernes. ¿A quién no le va a gustar un discazo del siglo ochentero, a quién no le va a gustar? En fin, obra imprescindible. Un abrazo. KING
EliminarPoco que añadir al disco y al post. Los dos que comentas estaban en la colección de mi hermano y fueron escuchados hasta el cansancio (del Still loving you, claro). Como sabéis, no soy un melómano a vuestra altura y conozco su discografía a cachos, pero solo digo que mis dos canciones preferidas de ellos están aquí. Y ahora mismo las escucho.
ResponderEliminarPues eso es hacer un pleno. Dos de dos. No está mal. La verdad es que soy fan de la banda de los 70 y 80. A partir de los 90 comencé a no tragarlos. Si no lo has hecho ya, te recomiendo empaparte del Tokyo Tapes y el World Wide Live. Un abrazo. KING
EliminarEl world wide también lo tenía y me acuerdo de los vídeos que sacaron jeje
EliminarRecuerdo la rivalidad con los Maiden, que se incrementó cuando ambos publicaron sus discos en vivo tras "Powerslave" y este "Love at First Sting". Yo estaba enganchado a ambos pero este disco me gustaba más que cualquiera de los de los británicos, en especial "Coming Home" que sigue siendo mi tema preferido del grupo.
ResponderEliminarGran reseña/análisis.
Salud.