Ir al contenido principal

Olivia Rodrigo - Guts (2023, Geffen Records)

 


Con veinte velas recién sopladas en su último cumpleaños, Olivia Rodrigo tiene ya dos discos en su haber que están entre mis favoritos de lo que he escuchado en los últimos años. Ella no inventa nada, no se dedica a fusionar cincuenta estilos añadiendo un toque personal que recuerda a los Grateful Dead del American Beauty y Workingman’s Dead fusionados con la etapa berlinesa de David Bowie. En Guts, un título que no puede ser más apropiado, Olivia saca toda la mierda que tiene dentro y consigue facturar unas composiciones escritas junto a su productor Dan Nigro que son, como ella cantaba en la canción que abría su primer disco, brutales. Canciones que reconectan con lo mejor de tu adolescencia, en un viaje al más puro estilo Regreso al Futuro, y también con los momentos más jodidos de tus años de instituto. Y ahí radica la magia de su música. Está claro que una cosa es componer mano a mano con alguien, una persona que aporta su visión, que complementa tus ideas, y otra muy distinta es un éxito cualquiera de los de usar y tirar, con diez o doce nombres figurando en la lista de créditos.

All-American Bitch comienza pausada, con la suave voz de Olivia rezumando inocencia en cada rasgueo de las cuerdas hasta que hace explosión en un estribillo al más puro estilo Blink-182, donde el momento día de furia queda bien claro. La coda final, con Olivia casi susurrando, es de las que no tienen piedad con nada ni nadie. Bad Idea Right? es una oda a una de las historias más viejas de la humanidad, tan adolescente y real que asusta. Tú sabes que esa pareja no te conviene, que ya te la ha liado más de una vez, y con todo y con eso le vas a ver esta noche. Mención especial para los amigos, que obviamente no aprueban la historia. “I only see him as a friend, biggest lie I ever said”. No hay más preguntas, señoría. Vampire es una de las grandes gemas del disco, una balada con una seria vocación de inmortalidad donde sale a relucir la excelente capacidad vocal de Olivia, algo que no siempre se valora en su justa medida por lo explícito de sus letras. Todos los elogios que reciba esta joya me parecen pocos, aunque igual debería dejar de dar la turra con la canción veinticuatro horas al día, siete días por semana. Lacy es un tema donde es fácil descubrir la pasión de Olivia por el uso del oxímoron en sus letras, de manera que en una balada aparentemente inocente te suelta un aren’t you the sweetest thing on this side of hell? Ballad of a Homeschooled Girl saca a desfilar a todas las inseguridades que pueden tener cabida en un ser humano en un tema que se marca un Smiths en toda regla: una melodía alegre para que la letra se vista adecuadamente con sus mejores galas de funeral. Making The Bed habla de esos momentos tan jodidos donde, quizá de manera inconsciente, te dedicas a apartar de tu lado a esa gente que te conoce mejor que nadie y te quiere de verdad. Como no puede ser de otra manera, hace acto de presencia el alcohol y sientes cómo no hay nadie al volante de tu vida. Muy jodido escribir de sentimientos así con veinte años. Logical es una canción dedicada a esa persona tóxica que todos hemos tenido a nuestro lado en algún momento de la vida, y Olivia tira de ironía para cantar cómo esa persona sería capaz de convencerte de que dos y dos son cinco, que el sol no brilla y que es el amor de tu vida.

 

La carpeta gatefold, bien mona
 

 

La cara B arranca en una onda similar con Get Him Back, donde la tónica es planear la venganza contra el tóxico de la canción anterior, rumiando maldades y torturas que harán que Guantánamo se convierta en un juego de niños. Love Is Embarrassing es una crítica al amor, pero claro, a ver quién es el guapo que deja de jugar, como cantaba Freddie Mercury en Play The Game. Uno de mis estribillos favoritos del disco, adictivo como el infierno en todos los sentidos. En fin, a estas alturas de la peli, si es que sigues leyendo esto y ves que la siguiente canción se titula The Grudge (el rencor) te puedes hacer una idea de la temática de la canción. Básicamente, no creo que Tippi Hedren se sintiera mucho menos incómoda en el rodaje de los Pájaros de lo que se pueda sentir el protagonista de la canción. Pretty Isn’t Pretty recuerda mucho y muy bien a la Lana del Rey del Ultraviolence, con una letra que habla de lo complicado que es nunca sentirse suficiente para nadie, empezando por uno mismo. Teenage Dream vuelve a apuntar, como ya lo hiciera con Brutal, sin piedad hacia esa falsa idea del sueño adolescente lleno de rosas y momentos preciosos donde todo es perfecto. No, ella no está preparada para eso, y la letra es como un puñal que se clava sin piedad alguna o como un arma que se dispara primero y se disculpa después. Mi parte favorita llega cuando canta When am I gonna stop being great for my age and just start being good?

 

Los himnos del disco
 

 

Como regalo con la edición física, cada una de las cuatro variantes del disco viene con un tema adicional. En mi caso es Obsessed, una canción que apenas habla de obsesionarse con nadie, y ese nadie apenas es un ex. Me encanta que los músicos cuiden sus ediciones de este modo, y este tipo de cosas contribuyen a que Olivia sea una de las artistas que más he escuchado este año, además de un disco que me ha reconectado con muchas etapas de mi vida que siempre estarán ahí, esperando a que una canción las vuelva a resucitar.

 

Olivia agradeciendo las cositas
 


 

Comentarios

  1. Escuchada tu propuesta. Como me pediste, he puesto a un lado mis filias y fobias. Algo difícil. Y debo confesar que entiendo perfectamente tu enganche con este disco. A mí me pilla un poco a trasmano, pero All-american bitch, Vampire (rollo The Black Parade), Ballad of a homeschooled girl (ojito la letra) y Love is embarassing me parecen excelentes. Y, de verdad, el disco está muy bien. La voz, los arreglos, la producción, todo encaja tanto en las canciones más "modernillas" cómo en las baladillas. No tardes tanto en molestar con tus cosas. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo la verdad es que estoy enganchado sin remedio, a saber la de vueltas que habrá dado este disco desde que lo pillé en cuanto salió en septiembre en Bajoelvolcán. Me encanta esta mujer y me encanta que tenga éxito su propuesta. No voy a decir que es un propósito de este año lo de escribir más porque los propósitos están para no cumplirlos, pero a ver si molesto con más frecuencia porque lo cierto es que me lo paso muy bien. Un abrazo!

      Eliminar
  2. A pesar de haber escuchado muy buenas críticas tanto de este como de su anterior álbum, no me había lanzado nunca a escucharlos. Tal vez por prejuicios, no lo niego. Pero no suena nada mal. También creo que es un disco que hay que escuchar detenidamente, así que lo escucharé más adelante con más atención. Pero en una primera escucha, hay que reconocer que es un disco con personalidad, y con buena producción. Merece al menos una escucha más. Muy buen aporte. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias por tus palabras, qué sería de nosotros sin los prejuicios, somos humanos al fin y al cabo. Ciertamente, es un disco con una personalidad arrolladora, una vez que caes en sus garras ya no puedes salir, esto es como una droga dura. Saludazos!!

      Eliminar
  3. Pues no tenía ni idea de quien era Olivia Rodrigo (pedazo ignorante), he brujuleado un poco y veo que está de plena actualidad. Lo mejor ha sido cuando mi hijo mayor me dice: ¡Estás escuchando a Olivia Rodrigo! jajajajajaja. Sin lugar a dudas me quedo con "Vampire", me encanta su inicio y como se va desarrollando. Música muy fresca, se nota la juventud, y con guitarrazos que beben del punk-pop de Green Day. A la cuarta canción mis "orejas" se han hecho al sonido y me he enganchado hasta el final. Si no es por ti, Alberto, no llego a este disco jamás. Está bien refrescarse de vez en cuando!! Muchas gracias por la propuesta. Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Muy buena entrada!! Me encanta acercarme a propuestas diferentes, aunque es verdad que no me hubiera acercado a este disco si no lo llegas a traer. Si, los dichosos prejuicios, tan negativos como (a veces) necesarios. Son los prejuicios los que nos evitan caer en errores que ya cometimos. Al adentrarme en este disco descubro que "Vampire" ya la había escuchado, pero no la había relacionado con la artista. El disco contiene canciones diferentes y si te gusta encontrarte varias propuestas musicales en un solo disco, aquí te vas a divertir. Olivia Rodrigo se mueve como pez en el agua entre diferentes estilos y los hace suyos, los adapta a su precioso mundo. Furia adolescente mezclada con calidez acústica y sensibilidad atmosférica. Te puede gustar o no, pero no se puede negar que está bien compuesto, bien tocado, bien cantado y bien grabado. Entiendo tu fascinación por la artista. Por cierto, la carpeta Gatefold es preciosa.
    Si, me ha gustado. ¿Lo volveré a escuchar? Lo dudo, no es mi rollo. Pero me ha encantado el viaje.
    Un saludo!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura