Cuando os traje el disco de Alannah Myles, ya os dije que hubo una época en la que me cautivaron las voces fuertes de cantantes como la propia Alannah, Cher, Belinda Carlisle y la protagonista de la entrada de hoy. De hecho, tuve este disco, pero en versión cinta. Por desgracia, me deshice de todas mis cintas en un alarde de impaciencia y falta de espacio en uno de los pocos brotes de síndrome de Tirógenes que me puedan dar. No es de extrañar que, cuando estas vacaciones lo vi a un precio muy interesante en la tienda Tipo de Santander, se viniera conmigo a casa.
Melissa Lou Etheridge (con ese nombre no tenía más remedio que salir artista country como poco) nació en Lavenworth, Kansas, hace 60 años. Publicó su álbum de debut en 1988 y llegó a la cima de popularidad en 1993, con su disco más vendido, Yes I Am y un Grammy. También en aquel 1993 salió del armario y se convirtió en uno de los mayores iconos lésbicos y una figura de referencia en el mundo LBGT por su lucha y visibilidad.
Bien, tras el éxito menor de su primer disco homónimo, y con una nominación al Grammy de Mejor interpretación vocal de rock femenina por su canción “Bring me song water”, se encerró en el estudio con su colaborador habitual, Kevin McCornick, bajista y productor junto a ella de sus primeros cuatro discos y, en dos sesiones de tres días en enero y mayo de 1989 en los estudios A&M de Hollywood, junto al batería Maurico Fritz Lewak y el guitarrista Bernie Larsen, alumbraron este trabajo. Melissa se encargó de la acústica de 12 cuerdas. Por cierto, en los colaboradores podemos ver como Bono está acreditado en la armónica.
Las canciones van sobre el amor, la pérdida, el dolor y la reflexión ... y sin importar cómo te identifiques o cuál sea tu preferencia. Ya, ya sé que es una obviedad remarcarlo, pero tened en cuenta el momento en que se hizo el disco en la vida de Etheridge. Y cometeríamos un error si primero hablamos de Melissa como lesbiana y luego como rockera, como ha pasado muchas veces desde entonces.
En algún sitio he leído que su música se encuentra dentro del denominado Heartland Rock americano. Es decir, una especie de mezcla entre hard rock y folk rock con gotas de country y R&B. En verdad, si tuviera que explicarle a alguien qué tipo de música hacía Melissa en aquel momento, la equipararía a John Cougar (o Mellencamp), por ejemplo. En mi caso, creo que me llamó la atención esa mezcla o equilibrio entre hard y soft rock y la emoción que trasmite su voz ronca, que me encanta y fue lo que más me sedujo en su momento. Reconozco que luego le perdí la pista y sólo he vuelto a sus trabajos para escuchar su “Greatest hits”, ya en la época del mp3 pero eso no quita que piense que sus composiciones sean aburridas o malas, todo lo contrario…sólo que a veces quejamos aparcadas músicas hasta retomarlas en el momento adecuado. En fin, no es su mejor trabajo, quizás le falta la fuerza de su debut y el equilibrio de su madurez, pero es un LP perfectamente disfrutable, sin saltarse ninguna canción, aunque sólo un par de temas puedan dejarte un poso indeleble en tu memoria. Intentaré ser rápido en su descripción.
El primer corte es de los que más me gustan: “No souvenirs”. De hecho, es la canción que hizo que me comprara la cinta tras verla/escucharla en mis cintas VHS de videos musicales. Una de las más optimistas del disco. Pasamos a la que da título al LP, “Brave and crazy”, con un bajo que suena muy funk y contrasta con el estilo general rock/country que destila todo el trabajo.
“You used to love to dance” es una balada melancólica sobre la juventud y cómo te cambia la vida cuando creces. “The angels” es un melódico tema de desencuentros. Otra balada para terminar la cara A, “You can sleep while I drive”, que me recuerda a Springsteen , sobre todo por la temática de coches, viajes y libertad.
Damos la vuelta al plástico y tenemos el palpitante “Testify”, la única canción no acreditada sólo a Melissa, pues su productor, McCornick también colabora en su composición. He de decir que me gusta mucho más esta cara que la primera, creo que es más rockera y más divertida.
“Let me go”, con guitarras más afilidas y Melissa rompiéndose la voz para pedir que la dejes ir. Pasamos a “My back door”, más reflexiva, pero sin caer en la balada.
“Skin Deep” es un buen tema de rock clásico que nos conduce a un cierre más que digno de este LP.
“Royal station 4/16” es mi favorita del disco, con el toque de Bono a la armónica. Como curiosidad curiosa, hay que mencionar que este tema, junto a “You can sleep while I drive”, “Testify” y otras dos canciones de su primer LP, aparecen en la banda sonora de “Donde te lleve el día”, primera incursión de Will Smith en la pantalla grande, allá por el 92.
En fin, un disco potable, para escuchar en la mecedora del porche viendo atardecer con un whisky en la mano un día de caluroso verano. Y sí, la Etheridge puede que sea un icono lésbico, pero antes de eso es un jodido icono rockero.
Una escucha muy entretenida. Si tiene otros discos más apetecibles, según comentas, la pondré en la lista de escuchas futuras. Ha estado sonando esta tarde tranquila y eso creo que ha ayudado a que me entre. Siempre gusta recuperar música que has dejado en el pasado. A veces uno no tiene el momento o las ganas, pero ya vendrán. Artistas o discos que en su momento dejé de lado o directamente no escuché hoy en día están entre mis favoritos. Así somos. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro que te suene bien. Felices vacas!!
ResponderEliminarVeo que tú mismo has puesto soft rock en los tags, así que coincidimos en que estamos ante un disco blandengue... aunque escuchable. Con la ventana entreabierta, dejando que la corriente -hoy no muy cálida- circule y mientras voy escribiendo las entradas que dedicaré en el blog a mis recientes vacaciones, resulta un acompañamiento agradable. Eso sí, no creo que busque nada más de la dama ni que le dedique demasiada atención en el futuro. Un abrazo.
ResponderEliminarNo es Mellencamp pero se deja meter mano. Saludos
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