Ir al contenido principal

Alannah Myles - Alannah Myles (1989, Atlantic Records)

 


Si en mi anterior entrada os traje a Black, hoy me descuelgo con “Black velvet”. Y al igual que al bueno de Black con su “Wondeful life”, a Alannah Myles se la considera una de las grandes representantes del “one-hit wonder” gracias a este legendario “Black velvet”. Quizás injustamente, como también lo escribí aquí de Colin Vearncombe aka Black.

¿Cuál es la razón de que este vinilo esté en mi colección? Lógicamente, “Black velvet” tiene una gran parte de culpa porque fue todo un pelotazo en su momento. Además, en aquella época me cautivaban las voces femeninas fuertes, casi cazalleras, se podría decir: Melissa Etheridge, Belinda Carlisle, Alannah Myles. Vale, sí. Reconozco que también las hormonas que nadaban locamente por mi torrente sanguíneo tuvieron algo de culpa: la tía estaba que lo rompía. Estoy convencido de que no fui el primero ni seré el último que se deja seducir por el atractivo físico de un artista para seguirlo...y más con esa edad. Que está mal hecho, pues sí. Pero es así y así hay que contarlo. Al hilo del indudable magnetismo de esta morena, recuerdo haber escuchado contar al Pirata, en alguna de sus Emisones que, además de pensar que de ella habían bebido muchas voces femeninas de éxito de los 90, su belleza era tan deslumbrante que le hacía quedarse embobado a la vez que era consciente de estar al lado de una de las personas más bordes del planeta.


 

Originaria de Ontario, la canadiense Alannah Myles nació el día de Navidad de 1958 y poco más de treinta años después, estaba en la cima de las listas de éxitos con su power ballad o quizás, mejor dicho, country-rock ballad, “Black Velvet”. De hecho, había estado grabando desde los 18 años, pero tuvo que esperar hasta los 31 para irrumpir en la escena y sacudirla con ese “little boy’s smile” y ese “slow southern style”. Unos años antes conoció al cantautor canadiense Christopher Ward y consiguieron firmar con Atlantic Records en 1987, tras enviar a la disquera una maqueta con tres temas compuestos por Ward y el productor David Tyson. La producción de su álbum debut tardó dos años en completarse. Finalmente, en abril de 1989, su sencillo debut, "Love Is ...", vio la luz. La canción alcanzó el número 16 en su país de origen, el número 36 en Estados Unidos y fue un éxito menor en algunas partes de Europa. Su debut homónimo de larga duración siguió poco después, pero sin elogios inmediatos. Todo eso cambió con el lanzamiento del segundo sencillo, "Black Velvet", en julio de 1989, cuando la canción encabezó la lista de los 100 mejores de Billboard y la lista de rock de Estados Unidos. Curiosamente, el lanzamiento de "Black Velvet" se hizo de forma escalonada en todo el mundo durante un período de siete meses, con un lanzamiento inicial en Canadá en julio (donde alcanzó el puesto número 10), Estados Unidos en diciembre, Australia en enero de 1990 y finalmente, el Reino Unido el siguiente mes. “Black Velvet” se ubicó entre los diez primeros en dieciocho países de todo el mundo y eventualmente se ubicaría en el número 2 en Gran Bretaña y el número 3 en Australia, convirtiéndose en uno de los sencillos más vendidos del año, con más de dos millones de copias en todo el mundo. El video, que nos muestra imágenes de la cantante en el rancho familiar y en una actuación en directo, también colaboró para situar la canción en lo más alto.  El éxito de "Black Velvet" catapultó su álbum a las listas de éxitos, vendiendo más de un millón en Estados Unidos y Canadá y más de seis millones en todo el mundo. Se sacaron dos sencillos más del álbum, "Still Got This Thing" y "Lover Of Mine", que llegó al número 2 en Canadá, el sencillo con mejor rendimiento del álbum allí. Y todo esto gracias a una canción que lleva por título el nombre de un tinte de pelo. Ward tuvo la idea tras volver de un viaje en un autobús abarrotado de fans que habían ido Memphis para celebrar el décimo aniversario de la muerte de Elvis. En la letra se hace referencia a canciones de Elvis. Y ese “terciopelo negro”, el tinte que el rubio Presley usaba para teñir su pelo…¿o quizás hablan de la suntuosa voz del Rey? El caso es que Alannah llegó a ganar el Grammy de 1991 a la mejor interpretación femenina de rock, por delante, nada más y nada menos, de Melissa Etheridge, Tina Turner, Stevie Nicks y Janet Jackson. Y fue la cantante canadiense que acumulaba más ventas hasta la irrupción de Alanis Morissette.




 

Alannah volvió a la cima dos años más tarde con el sencillo principal de su segundo álbum, Rockinghorse, "Song instead of a kiss", al menos en su tierra natal. Aunque Rockinghorse no logró entrar en las listas de Estados Unidos y el Reino Unido, sí llegó al número 9 en Canadá, donde se lanzaron y se colocaron en las listas cuatro sencillos más. Y volvió a ser nominada al Grammy aunque, curiosamente, por el tema que figuraba en la cara B del primer single, de mismo título que el LP, “Rockinghorse”. Lanzó su tercer álbum, A-lan-nah, en 1995, el último con Atlantic, con los que no mantenía buena relación desde que a finales del 89 le dieron “su canción” a la cantante country Robin Lee, que la publicó con dos meses de diferencia. Afortunadamente para la canadiense, fue su versión la que triunfó. Liberada de Atlantic lanzó el álbum A Rival en 1997, en el que encontramos la colaboración de Desmond Child, entre otros. En 2007, Myles lanzó un EP de canciones de Elvis para conmemorar el 30 aniversario de su muerte. Regresó en 2009 con su quinto álbum, Black Velvet, que, no os lo podréis creer, contenía una nueva versión de su mayor éxito. Su sexto álbum de estudio, 85 BPM, fue lanzado en 2014. Hoy en día, Alannah continúa actuando y ganando pasta por los derechos de autor de una de las canciones más radiadas en las emisoras de rock. Eso es vivir de las rentas.


 



 

Para no perder la costumbre, os anexo también una versión metalera de “Black Velvet”, en este caso de los hardrockeros canadienses Kobra and the Lotus, de la fantástica Kobra Paige.

 


Para terminar, y más que nada por curiosidad, la versión en español que hizo Lara. No está mal.

 


Comentarios

  1. Entrada completita y currada, pero el disco... Pop Rock tardochentero mainstream con voz femenina y producción impecable. Aséptico, fácil de escuchar pero de usar y tirar. Y aunque acostumbro a defender los originales a las copias, la versión de KATL de Black Velvet es muy superior a la original. Feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por algo he puesto lo de la maravillosa Kobra. Buen finde!!

      Eliminar
  2. A mi esta mujer me encantaba y sí era un pibonaco!! Me gustan tanto original como versión. Muy buena la entrada, lo de Ward no lo sabía y me mola bastante!!! Feliz finde!!!

    ResponderEliminar
  3. Pues yo no conocía nada sobre Ward antes de buscar info para la entrada. Al parecer, ha hecho canciones para un montón de gente. De su propia carrera, tampoco sé nada, porque a principios de los 80 dejó de publicar, aunque en el 87 sacó un tema que se llama Boys and girls y en el video salen Alannah y Mike Myers, con el look de Wayne Campbell que tanto éxito le dio más adelante.

    ResponderEliminar
  4. ¿Qué tiene de malo comprarse una tarta por el aspecto? Pues lo mismo con la música. ¿Por ser guapa no va a poder triunfar? A ver si ahora vamos a ser tan asépticos que nos va a dar igual. Influye, influyó e influirá. Eso sí: la música por delante. Que por ser guapa no significa que te queramos más. Igual te queremos antes. Pero si luego no cantas bien o no nos gusta, puerta y a otra cosa. No soy fan de esta señora, pero me voy a escuchar el disquito, como de costumbre. Excelente entrada, máquina. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Está claro que si algo entra primero por los ojos (tanto por estética o por atractivo) al menos ya lleva algo ganado porque lo vas a escuchar. Y más siendo joven,jejeje. Espero que algo disfrutes.

      Eliminar
  5. Estaba escuchando el disco mientras te leía, porque solo conocía la famosa, y meh. Mira que a mí el pop me gusta mucho, pero confieso que cuando he llegado a Black Velvet se me ha caído con todo el equipo.
    A pesar de todo, como dice Manu, por qué no va a influir de alguna manera la belleza en la música. Siempre y cuando la música prime sobre todas las cosas, entiendo tus razones para pillar el disco a esas edades que no siempre resultan del todo sencillas. La entrada, eso sí, maravillosa. 'Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Es un estilo fácil de escuchar que quizás llega un momento de tu vivencia musical en el que puede ser un lastre. Raro porque a casi todo el mundo le mola el Black velvet y no las otras canciones. Un abrazo.

      Eliminar
  6. El hecho de que hayas empezado hablando de "one-hit wonder", me ha tranquilizado porque en mi ignorancia sólo conocía el tema que todos conocemos. A pesar de no tener en mi mente otro tema de ella, por una extraña razón si tengo su nombre asociado a una trayectoria de rockera importante que he debido suponer, imaginar o autoinventarme. Es curioso, supongo que es una cuestión de como mi mente enfoca los recuerdos, aunque supongo que la repetición hasta la saciedad de su hit es lo que ha formado esa idea en mi mente. He escuchado los otros temas que has pinchado y no había oído ninguno antes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, poco conocida en nuestro país por lo que es de lo más normal no haber escuchado otro tema de ella. Oye, a lo mejor la habìas confundido con otra artista. Gracias por leer.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Ramoncín - Al límite vivo y salvaje (1990, BMG)

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Ilegales - Agotados de esperar el fin (Epic, 1984)

  Este es uno de los discos de mi vida. De esos que tienes tan metidos dentro de ti que no necesitas escucharlos con frecuencia. De hecho, hace muchos años que no lo escuchaba, y al volver a hacerlo para escribir esta reseña me ha provocado las mismas sensaciones que recordaba. Como suele pasar en estos discos, me sabía de memoria el orden de las canciones y hasta el tiempo que dura el espacio entre canción y canción. Esta nueva escucha me ha servido también para reafirmar mi opinión de que este es uno de los mejores discos españoles de la historia. Así de claro. Esta cinta (ya que primero fue una cinta grabada, antes de hacerme con el vinilo), fue una de esas que desgasté en mi radio cassette en mi época preadolescente. Ni siquiera tenía caratula, ni los títulos de las canciones, pero fue una de mis cintas favoritas durante esa época. Siempre me chocó el sonido tan especial del disco. Una “reverb” exagerada en la voz, el sonido de la batería super seco, casi cercano al de una ...

Los Ronaldos - Saca la lengua (1988, EMI)

      ¿Qué mejor excusa para escribir la entrada de hoy que Coque Malla da esta noche un concierto en el Wizink Center de Madrid celebrando el 40 aniversario de su carrera musical en el que sus ex compañeros de Los Ronaldos le acompañarán en el repertorio que rememore de aquella época? Pues es una fantástica excusa, pero yo tengo otra casi mejor para hablar de este disco: y es que el rock nos gusta y nos divierte. Nada mejor para escuchar rock and roll, yeah. Cuando empecé a escuchar música estaba influenciado por mi hermano mayor, que era un fanático del heavy metal anglófono y mi hermano Carlos, mucho más popero pero también con la mayoría de discos en inglés. Y por ello, yo no escuchaba música en español. Me sacaban 9 y 7 años por lo que iban mucho más avanzados y les seguía. Un ejemplo, en mis adoradas VHS’s con videoclips, apenas hay temas en español: directamente no se grababa si lo entendíamos. El caso es que todo empezó a cambiar allí por finales del 88 y ...