Ir al contenido principal

Quique González - Me Mata Si Me Necesitas (Cultura Rock Records, 2016)

Este viernes 18 es uno de los días grandes del año en cuanto a música se refiere, y es que no todos los días salen nuevos LPs de artistazos como los 091 y Quique González, que además ayer precisamente soplaba 46 velas. Como todavía no tengo el nuevo disco, le voy a dedicar unas líneas al que, hasta hace unas horas, todavía era su último trabajo: Me Mata Si Me Necesitas.
Los que no entendemos la vida sin música, y utilizamos los auriculares como salvavidas en este mundo carapijo y feliz, sabemos que hay discos que eligen quedarse con nosotros. Así, sin más, porque son las canciones las que destrozan hasta el más sucio rincón de tu negro corazón, y también las que te hacen sentir en casa sin importar los miles de kilómetros que te separen de lo que consideres hogar. Qué quieren que les diga, en este mundo de fronteras, yo prefiero vivir en mis discos.
Podría escribir millones de líneas más, y creo que jamás sería capaz de transmitir lo que este disco significa para mí. Desde que lo compré al poco de que saliera en Bajoelvolcán (larga vida a las tiendas de discos) ha flotado en la memoria de los días grises, pero también cuando quemé mi Capri del 82 y solo salvé el CD del Último Vals. Desde que con los primeros surcos resuenan los compases de Detectives, la sensación de casa ya me atrapa.


Me encanta la furia de Sangre En El Marcador, con esa navaja sin una sola hoja cerrada y su juramento de mejoría firme incluido. La voz de Nina (Morgan, no tardaré en traerles por aquí) en Charo no se entiende sin el objetivo de conquistar el alma de todos sus oyentes. Amo el intimismo acústico que rodea el aura de Ahora Piensas Rápido, con uno de esos punteos irresistibles que Quique parece sacarse de la manga. Las teclas de César Pop, al que nunca está de más reivindicar, tienen un alto grado de responsabilidad en conseguir que Relámpago sea tan adictiva. Aunque son los dos últimos cortes del disco los que más alto vuelan en un hipotético ascenso hacia la inmortalidad: No Es Lo Que Habíamos Hablado y aún así, me quedaría, es un maravilloso canto a la improvisación como forma de vida; por otra parte, todavía no se han inventado las palabras adecuadas que casen bien con una canción tan desgarradora como La Casa de Mis Padres, dedicada a la memoria del padre de Quique, muerto poco tiempo antes de la salida de este LP.
Un disco para escuchar a fuego lento y con las emociones a flor de piel. El mundo sería un lugar mejor si estas canciones se quedasen a vivir en muchos corazones. Hace un tiempo, una de las personas más importantes de mi vida hizo un comentario con el que me identifico absolutamente: "cuando escucho a Quique González, siempre me acuerdo de ti". Música, canciones, vida...





Comentarios

  1. dicen que la cultura rock la programan desde torrejon

    ResponderEliminar
  2. mejor no doy mi opinion del album xDD porque me voy a liar lo se, las letras uff me ha dado por oirlo por curiosidad, estan en la matrix. Muy metidos. Pero bueno son felices. Parece.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Da tu opinión hombre, que para eso es este blog. Quique es uno de mis músicos favoritos y este disco uno de los que más me gusta, pero siempre se admiten comentarios, para eso es este blog. Me has dejado con la curiosidad jajaja saludoss

      Eliminar
  3. Nunca me ha enganchado Quique González. Lo he intentado pero no alcanzamos ese feeling ninguno de los dos para establecer una relación estable. Ahora, excelente entrada; eso me gusta de ti, que escribes por aquí con pasión y sinceridad bárbara. Enhorabuena. Le daré otra oportunidad, aunque ya te digo que somos Universos paralelos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se agradece mucho el comentario Manu. Somos humanos, y lo bonito de esto es poder comentar nuestras opiniones y gustos sin miedo. Viva la música, y abrazoss

      Eliminar
  4. Este ha sido el primer disco de Quique que me ha gustado desde la primera escucha. Me pasa un poco como Manu, que Quique no termina de engancharme e, incluso a veces, pienso que está un poco sobrevalorado. Pero este disco hizo reconciliarme con él. Gran entrada.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Liar - Set the world on fire (Bearsville Records, 1978)

  Hoy os voy a contar la pequeña historia de una pequeña banda que pudo reinar hace muchos, muchos años en un reino junto al mar, pero que acabó siendo tan conocida como cualquier otra banda de null-hit-wonder. Aunque, en su caso, los malvados genios de la industria musical deben recibir la culpa de su fracaso y olvido, pues su música está a la altura de la leyenda que quisieron alcanzar. Liar se formó en una pequeña ciudad inglesa llamada Maidenhead comandada por el jovencísimo bajista Dave Taylor. Corría el año 75 y el picor roquero gemía por sus venas. Con el baterista Clive Brooks, el guitarrista Paul Travis y Dave Burton a la voz grabaron un iniciático Straight from the hip dos años después. Tras el fichaje de Steve Mann se embarcaron en una intensa gira con Slade por Europa que completaron con un curioso periplo de tres semanas por la Hungría comunista de la mano de Piramis (banda local). De vuelta a casa, su mánager les consiguió un contrato con la pequeña Bearsville Rec...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Ghost – Skeletá (Loma Vista, 2025)

Debo deciros que Ghost son la única banda actual –es decir, nacida bien entrado el siglo XXI y aún en activo– de la que me compro casi todos los álbumes que edita. La satisfacción que me transmiten su sonido, melodías y concepto se mantiene con cada obra y opino que con cada nuevo lanzamiento han superado al anterior. Hasta ahora... o quizás también. Me explico. Cuando escuché este Skeletá por primera vez no tuve la sensación habitual de que la banda había escalado un peldaño más en calidad desde el disco anterior. Es lo malo de acostumbrarse a recibir dosis cada vez mas altas de genialidad y creatividad. Sin embargo, cada vez me gusta más, es uno de esos discos no tan inmediatos que ganan con cada escucha. Y es que las composiciones de Tobias Forge están llenas de matices diversos y pese a que los puristas del metal acusan a la banda de ser poco menos que ABBA con máscaras, lo que es innegable es que las raíc...