Pocas bandas hay con una colección de discos tan impresionante como la que Uriah Heep parió en apenas ocho años (del 70 al 78): doce de estudio y un imprescindible directo. Algunos de ellos excelentes, otros simplemente fantásticos. Y en esa colección jugaron con las historias mágicas, con los discos conceptuales, con los cuentos de carretera, coquetearon con el progresivo, con el heavy metal, con el hard rock de estadio, se dejaron seducir por las modas sonoras experimentales. Sufrieron cambios de miembros, crisis internas, problemas de adicción. Llenaron grandes recintos, se embarcaron en giras transoceánicas, subieron en las listas de todo el mundo, unas veces en Estados Unidos, otras en Alemania y los países nórdicos, otras en Nueva Zelanda y Australia, incluso en Japón. Y, sin embargo, hoy en día su legado es muy poco apreciado más allá de los locos de buen gusto que adoramos a esta banda y a esos años mágicos.
En esta ocasión traigo ese número doce, Fallen Angel, el tercero con el cantante John Lawton, quien se despediría poco después junto con el batería Lee Kerslake, otro clásico de la banda. Formaban Uriah Heep a su lado el bajo de Trevor Bolder y los jefes Mick Box a las guitarras y Ken Hensley a los sintetizadores, los pianos y hasta las guitarras adicionales. De hecho, Hensley es el protagonista del disco, pues compone seis de los diez temas y se encarga de la producción junto al imprescindible Gerry Bron. Por si no lo sabías, Lawton fue elegido cantante en sustitución de David Byron por delante de David Coverdale o Ian Hunter; curioso.
Apostaron en esta ocasión por canciones muy rápidas y directas, con mucho rollo hard rock e, incluso, AOR (de moda ya por esos años), con una excelente interpretación instrumental, buenos coros y curradas armonías.
En Save it se desmadran incluyendo un saxo y un final épico, la guitarra de Box se sale en Woman of the night, Lawton lo borda en I'm alive y la sesentera Love or nothing, se dejan de ruidos y bajan las revoluciones en Put your lovin' on me (con un rollo poppy) y Come back to me (un éxito en los paises helados europeos), rinden al máximo en One more night (last farewell), meten excelentes armonías en Fallen Angel y te menean el culo en Falling in love (con el rock and roll). No sé qué más se le puede pedir a un disco. Si puedes, escucha la reedición de 2004, que incluye tres descartes muy interesantes, en especial las caras B de los singles (Gimme love y Cheater).
El dibujo de la portada lo realizó Chris Achilleos, una impresionante amazona con los pechos al aire (¿hoy lo editarían?) y el diseño corrió a cargo de Chess Creative.
Una curiosidad de este álbum es que la edición USA y la edición Europea contaron con diferente orden de canciones. En este caso, traigo la edición USA con el encarte, incluyendo créditos y letras y una foto delo más fea. A todo volumen suena que atruena aún.
Pasad un buen fin de semana.
Pues sí, es un grupo que poca coba se les da. El año pasado, para una vez que voy con mi señora a un concierto con entrada comprada con mucha antelación (Dry River), resulta que tocaban en la sala de 100 metros más allá. Y se me quedó un regusto amargo, fíjate.
ResponderEliminarSeguro que el de Dry River lo disfrutaste, son excelentes en estudio y en directo. Hay bandas que por distintos motivos no han llegado. Por su falta de traumas (separaciones, muertos, etc.), por mantenerse siempre activos, etc. Otra banda que está valorada por debajo de sus méritos es Magnum, por ejemplo. En fin, que mientras podamos disfrutarlos qué más da. Un saludo.
EliminarHe escuchado solo el debut, Sweet Freedom y Demons And Wizards (este último me parece acojonante), y en base a eso me parecen de esos grupos que merecen mucho más reconocimiento. Le daré unas orejas a este a ver qué tal. Interesante lo que comentas de la portada, por cierto. Saludosss
ResponderEliminarNo has elegido malos discos, pero, como pasa en cualquier banda de dilatada carrera, tienen discos mejores que otros. Es como si de Deep Purple escuchas el debut o Strombinger. Te pierdes lo mejor. Añade, por ejemplo, The magician's birthday, Innocent victim o Abominog y te harás una idea de sus distintas épocas. Respecto a la portada, vivimos en el buenismo, el bienquedar y en la autocensura ligera, así que una mujer con pechos al aire sería descalificada seguro, quizá por el feminismo de pasarela o por los célibes vigilantes de facebook o twitter. Un saludo.
EliminarBuah hace mucho que no lo oigo, es cierto que es la etapa aor de Uriah Heep o por lo menos donde se iban encaminando hacia ello, tiene sentido en verdad, es una banda que me recuerda mucho a Deep Purple, muchos fans de DP encontraron en Uriah Heep la continuación a su sueño. Este album lo vi hace ya 4 o 5 años en mi tienda de confianza y se lo llevaron rapido, si es cierto que no estaba muy caro porque no es de sus mejores discos pero esta sin duda dentro de la atmósfera del metal de los 70s.
ResponderEliminarLos discos de los setenta son todos recomendabilísimos. Como toda banda de la época, de dilatada producción, unos mejores y otros peores. Este rollo más hard o AOR les quedó muy bien, aunque, quizá, con un poco más de tiempo habría redondeado las composiciones. Aun así, me encanta. Un saludo.
EliminarEste no lo conocía y esa I'm alive es una pasada ¿no te suena a Coverdale en algunos momentos?
ResponderEliminarEn NYC iba loco por encontrar Abominog, Head First -sobre todo este- y Equator... pero ni uno. Encontré Salisbury y Demons & Wizards, que estuve a puntito de llevarme pero dejé pasar porque el estado de la portada era malo tirando a deplorable. Además, tampoco podía llevarme todo lo que me gustaba jajaja. Abrazo.
Hubiera sido una compra estupenda, desde luego. Tengo pendiente rescatar aquellos discos de los ochenta. Yo me aficioné a Uriah Heep en realidad hace relativamente poco tiempo (teniendo en cuenta ya el tiempo que tengo, claro). Me gusta Abominog y Head first, aunque Equiator no tanto. Pero hace obligatoria una escucha para referescarlos. Abrazo de vuelta.
Eliminar