Ir al contenido principal

Bruce Springsteen - The River (CBS, 1980)

 
Año 1980. El inicio de los repudiados años 80, musicalmente hablando, (nunca entenderé por qué) fue realmente bueno para el Boss, arrancando con la fuerza doble de este discarral llamado The River, uno de mis favoritos de su discografía.
Bruce Springsteen ha sonado desde siempre en mi casa, gracias a que mis padres no conciben la vida sin música (cuánto tenemos que agradecerles a esos padres que nos han puesto música con mayúsculas) y el Jefe siempre ha sido una de sus debilidades personales. Como no solo lo malo se pega, mi adicción a los discos del Boss data de tiempos inmemoriales, y con la excepción del High Hopes lo cierto es que el resto de su discografía tiene su sitio en mi patata. Ahora bien, The River siempre tendrá un sitio especial.
Si tuviera que elegir el comienzo de un disco como banda sonora para momentos importantes, sin duda me quedaría con la primera cara de este disco. Nunca un acelerador se pisó con la intensidad que rodea a The Ties That Bind, un tema feroz de los que arranca sonrisas en los días más jodidos. Como si no hubiese sido suficiente, Sherry Darling llega para reclamar un protagonismo que acapara con un estribillo tan luminoso como humano, de esos que recuerdan aquello de que, muchas veces, menos es más: "Well I got some beer and the highway's free, and I got you and baby you got me". Para qué más.


El caso es que esas dos canciones son una excelente carta de presentación para lo que nos vamos a encontrar en el resto del disco. Los temas acelerados tienen un protagonismo destacado en este doble LP, y combinan a la perfección con los medios tiempos y baladas, que también los hay y de un nivel acorde a lo que cabe esperar del Boss. Un ejemplo de ello lo encontramos en la maravillosa Independance Day, con una letra de esas suyas tan desgarradoras: "There's a lot of people leaving town now, leaving their friends, their homes". Pero como digo, son las canciones aceleradas las que más abundan en este inmenso disco. Out In The Street se encarga de romper una lanza a favor de la idea de que las canciones de amor no tienen por qué ser baladas, mientras que la legendaria historia de la canción homónima sigue erizando la piel cada vez que suena. Qué decir de esa canción que no se haya dicho ya.


Momento de presentar a la bandaza que grabó junto a Springsteen este tremendo disco: 
Al piano en todos los temas, coros y órgano en I'm A Rocker, el gran Roy Bittan.
Al saxo inmortal de la E Street Band, además de percusión y coros, Big Man Clarence Clemons.
Al órgano, Danny Federici.
Al bajo, imposible pensar en otro, Garry Tallent.
A las guitarras acústicas y eléctricas, voces y coros, Steve Van Zandt.
A la batería, Max Weinberg.


Hay dos momentos donde Big Man Clarence Clemons hace de las suyas con el saxo que me recueran al momento de Sultans Of Swing cuando Mark Knopfler canta "They don't give a damn about any trumpet playing band, it ain't what they call rock and roll". Salvando las distancias entre una trompeta y un saxo, los dos momentos a los que me refiero son sus solos en Cadillac Ranch y The Price You Pay. Será un saxo y no una guitarra, pero si lo de esas canciones no es rock and roll entonces Bruce Springsteen nació en Madagascar.
Una de las cimas absolutas de la carrera del Boss, un disco doble que no siempre está en las listas de LPs dobles, pero que es historia de la música y, lo más importante: de la vida de millones de personas. Long live Bruce Springsteen.

Comentarios

  1. Qué voy a decir yo, más que adoro este álbum. No sé realmente si es "el mejor" de Springsteen. Quizá su obra perfecta, la más completa, la que contiene todos sus lados y sus inspiraciones. En fin, un imprescindible se mire por donde se mire. Este me falta aún en vinilo. Ya caerá. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que elegir un solo disco de Bruce Springsteen, de Dylan, de los Kinks, de los Beatles, los Who... es prácticamente imposible. Yo a este le tengo un cariño especial, y es realmente lo que tú dices, es un disco esencial. Saludoss

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Varios - Rock Del Manzanares. Visca El Rollo Vol. 2 (Chapa Discos, 1978)

Si no conocéis el significado de la palabra “tronco”, “pasota”, o no sabéis lo que es ser un “enrollao”, quiere decir que sois insultantemente jóvenes. No solo la generaci ó n "Z"  tiene su propio lenguaje. Cada generación ha tenido también una manera de expresarse, y hoy nos acercamos con este disco a finales de los años 70. Una época marcada musicalmente en España por una corriente que se denominó “Rock Urbano”. Aunque, como con cualquier tipo de etiqueta, nos podemos encontrar dentro de este saco grupos de muy distinta índole o con diferentes influencias, por lo general compartían una estética (musical y visual) muy particular, y sobre todo, una actitud vital marcada por las circunstancias sociales de la España de finales de los 70. Como con cualquier etiqueta que se otorga a un movimiento musical, donde muchas veces el mero hecho de nacer en una determinada época o cuidad te hace merecedor de esta etiqueta, se pueden encontrar dentro de este saco una mezcla de estilos q

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Storm – Storm (Capitol records, 1983)

Pues nada, ya estoy aquí con un nuevo caso de compra a ciegas.    Lo primero que me llamó la atención del disco fue la colorida y enérgica portada de Gary Ruddell –autor también de la del Battle hymns de Manowar según supe luego–, con lo que parece un avión de combate rompiendo los cristales de una casa, destrozando el tendido eléctrico y haciendo volar las hojas de los árboles con su vuelo rasante. O sea, portada molona, años 80 y melenudos en la contraportada con el añadido de frontwoman liderando el cotarro... Y lo segundo que me llamó la atención es que se trataba de una edición venezolana. No recuerdo tener ninguna de ese país en mi colección, así que se trataba de otro punto a favor. ¿Cuánto es, amable vendedor de vinilos mallorquín? Pues, por nueve euritos, a la saca. Y así es como ha llegado a casa un nuevo plástico con el que me dispongo a escribir esta reseña en modo unboxing total. Vais a

CJ Ramone "Last Chance To dance" (2014)

En 1989 poco después de la publicación de   Brain Drain ,  Ramones  se encontraban en un momento de crisis interna. El bajista y principal compositor del grupo, el carismático  Dee Dee Ramone , abandonaba el combo definitivamente. Para cubrir su plaza  Johnny  reclutó al joven  Chris Ward , rebautizado para la ocasión como  CJ Ramone . Al principio, como es normal, costó que los fans del grupo lo aceptasen pero a lo largo de los siguientes siete años  CJ  llegó a tener un fuerte rol dentro del grupo, llegando a grabar hasta cuatro temas en  Adiós Amigos  (1995), el disco póstumo de  Ramones.