Queridos amigos del vinilo, hoy esta entrada va a tener cierto regusto a consultorio sentimental de Elena Francis. Todos –quien más, quien menos- tuvimos en nuestra adolescencia desengaños amorosos que nos dejaron cicatrices en el alma. Muchos de vosotros los superasteis sin mayor problema –ese dicho de un clavo saca otro clavo-, pero a algunos nos gustaba recrearnos en la tristeza encontrando consuelo en el victimismo y en autoflagelarnos con tozudez. Y ese fue mi caso durante una temporada, cuando me dio por compadecerme de mi mismo escuchando una y otra vez Tearin’ out my heart de Rainbow, uno de los temas de este fabuloso Straight between the eyes del que os hablo hoy. Lo sé amigos, por muy extraordinaria que sea la obra musical de Blackmore y los suyos, es algo enfermizo hundirse en la miseria lloriqueando por un amor malogrado, peeeero... bueno, estamos hablando de la adolescencia y siempre será mejor eso que machacarse con Chimo Bayo. Total, que de todos los álbumes de Rainbow, si este no es el que más me marcó musicalmente, sí es el que sentimentalmente me dejó un recuerdo más profundo, por lo expuesto y porque es uno de los que formó parte –grabado en mi TDK de cromo de 90 minutos- de la banda sonora que me acompañó en mi viaje de fin de curso –ese COU del 85, amigos- a París.
Editado por Polydor en 1982, Straight between the eyes fue el sexto álbum de estudio de Rainbow y el segundo elepé de la trilogía producida por Roger Glover con Joe Lynn Turner a las voces, un cantante de New Jersey que reemplazó al británico Graham Bonnet en la transición entre la primera época de la banda con Ronnie James Dio al frente y esta –que sería la última-, con un sonido más americanizado. El grupo lo formaban Ritchie Blackmore a la guitarra, los mencionados Glover y Turner al bajo y la voz respectivamente, Bobby Rondinelli a la batería y David Rosenthal a los teclados, y el track list era el siguiente:
A
Death alley driver
Stone cold
Bring on the night (Dream chaser)
Tite squeeze
Tearin’ our my heart
B
Power
MISS Mistreated
Rock fever
Eyes of fire
Para terminar el repaso, deciros que la fantástica portada fue obra del ilustrador Jeff Cummins con diseño –una vez más- de Hipgnosis sobre una idea original de Ritchie Blackmore y que el álbum fue grabado digitalmente en el canadiense Le Studio, en la turística localidad quebequesa de Morin Heights.
Y para poner fin a la entrada –como siempre- os adjunto una selección de los –en mi opinión- mejores temas de la obra, Death alley driver en un clip que nunca antes había visto y en el que Blackmore tiene una pinta de enterrador que encajaría más en un vídeo de King Diamond -¡hala!, ya sabemos de dónde sacaron Judas Priest la inspiración para Freewheel Burning-, el baladón Stone cold, la no menos emocionante MISS Mistreated, esa Eyes of fire con sonido típico Rainbow y –cómo no- mi fetiche sensiblero, la emocionante Tearin’ out my heart.
Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Me encanta Rainbow, no puedo más que aplaudir esta entrada. Y eso que este no es de mis favoritos, pero ¡estamos hablando de Blackmore, Glover y Turner! Larejostia, vaya.
ResponderEliminarTampoco es de mis favoritos de Rainbow, pero es Rainbow! Y ese Stone Cold es un baladón mítico!
ResponderEliminar¿Le parecerá bonito ir a Paris escuchando a estos melenudos de Rainbow en lugar de a Jacques Brel? Gran disco y portada, con el detallito del arco iris junto al ojo izquierdo del menda.
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