Pues sí, amigos del vinilo, además de los famosos Loudness y los menos conocidos Earthshaker –de ambas bandas niponas ya os he hablado en este blog-, también adquirí en su día un vinilo de estos japoneses, aún menos recordados a nivel mayoritario, tanto por su discografía reducida como por la época en la que quisieron lanzarse internacionalmente. Me estoy refiriendo a EZO y en concreto a su segundo álbum, el muy recomendable Fire Fire. Los orígenes del grupo los encontramos a principios de los 80 en su Sapporo natal –de hecho, el nombre de la banda tiene su raíz en un antiguo nombre de la isla de Hokkaidô- cuando bajo el nombre de Flatbacker, la banda formada por Masaki Yamada a las voces, Shoyo Iida a la guitarra, Taro Takahashi al bajo y Hiro Homma a la batería editó algunos álbumes que solo tuvieron repercusión en Japón. Sin embargo, en 1987 desembarcan en los Estados Unidos y gracias a Gene Simmons –que está a punto de crear Simmons Records- consiguen un contrato con Geffen, que está a punto de convertirse en la discográfica del momento por razones harto conocidas. Su primera obra homónima –ya con el nombre de EZO- no es en mi opinión demasiado redonda en composición y producción, pero sinceramente este Fire Fire tiene ya un nivel bastante aceptable.
Con portada de Michael Levine, producido por Stephen Galfas –manager, productor, ingeniero y otro de los nombres míticos de la industria discográfica moderna- con la ayuda de James Palace y Jody Gray en composición, melodías y arreglos –lo que nos da una idea de la razón por la que la segunda obra de los EZO quedó más redonda que su primer álbum- y grabado en los Atlantic Studios de Nueva York, este Fire Fire contó también con el talento de John Mahoney –reputado teclista, ingeniero y productor que había trabajado con Billy Joel, Roberta Flack, Barbra Streisand y más tarde en remasters de Elvis Presley, Johnny Cash o Led Zeppelin- en la programación de synclavier.
El track list era:
A
Love junkie
Night crawler
Fire fire
Wild talk
Burn down the night
B
Black moon
Back to zero
Cold-blooded
She’s ridin’ the rhythm
Streetwalker
Million miles away
Sin embargo, pese a que Geffen parecía apostar por ellos y la calidad general de Fire Fire hacía presagiar una prometedora carrera internacional, las típicas diferencias en el seno del grupo –es decir, que no se aguantaban- dio al traste con la banda. Y ya que al principio os he mencionado a Loudness, deciros que la conexión entre los de Osaka y los de Sapporo es bastante estrecha ya que Masaki Yamada reemplazó en Loudness a Mike Vescera cuando dejó EZO y dos años más tarde fue el batería Hiro Homma el que entró en el grupo.
La selección de canciones que os acompaño incluye la que da título al álbum –un tema que sobrepasa al resto en duración y en el que destaca una batería machacona y un riff repetitivo, además de una bonita melodía y un final épico-, la hardrockera Night crawler y la pegadiza Million miles away, uno de esos temas con los que no se pueden mantener los pies quietos.
Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Gene Simmons se cruzó en el camino de tantos grupos y me temo que, no siempre por su culpa, a ninguno acabó bien. Estos EZO los tenía escuchados pero olvidados. Su conexión japonesa les da nueva vida, je, je. La verdad, suenan muy bien.
ResponderEliminarLo que intentó con Doro fue patético, lo de House of Lords acabó mal, estos EZO tampoco llegaron a nada, a Silent Rage los destruyó... solo fue positivo para Van Halen y para Black'n Blue (que se lo pregunten a Thayer sino).
EliminarSe nota que le va el rollito nipón. Tomo nota de estos EZO.
ResponderEliminarEl rollito nipón me va, pero mucho. He estado allí, sueño con regresar algún día (utopía), me van sus películas, sus artistas... y de la misma manera que hay bandas en USA, UK, Alemania, etcétera que son muy buenas, también en Japón hay grupos enormes. Pero -como en todas partes- tampoco es todo bueno. Eso sí, buena parte de la discografía de Loudness, el primero de Earthshaker o este segundo de EZO son muy recomendables ¿no cree?
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