Pues sí, amigos del vinilo, después de todos estos años nadie ha hablado hasta hoy –alguien podría decir que por algo será– de Stormbringer , el noveno disco en estudio de la banda de Ritchie Blackmore y compañía, aunque en esta ocasión quizás deberíamos decirlo al revés. Y es que si en Burn , tras la marcha de Ian Gillan y la llegada a Deep Purple de Glenn Hughes y David Coverdale , la unión de diferentes visiones de sentir la música dio como resultado un álbum variado, riquísimo y genial, en esta ocasión los chicos nuevos del grupo se hicieron con el timón y condujeron la nave hacia mares en los que blues , soul y funk soplaban con más fuerza que los vientos de hard rock clásico. Hugues siempre ha alabado el trabajo de Blackmore en este disco pero, no nos engañemos, el peso de Ritchie en la composición y arreglos de los temas de Stormbringer –quizás porque estaba inmerso en un proceso de divorcio con Margit Volkmar , porque echaba de menos a Glover o porque veía como algun