El título da una pista de la situación en la que se encontraba la germana Doro Pesh; literalmente se traduce como "fuerza mayor", que, viendo el mazo y la maza, podría referirse al enorme potencial de nuestra protagonista, pero, sinceramente, creo que es una reflexión en voz alta: Doro "por fuerza mayor", por obligación. Y Doro aparece en la portada construyendo su nueva identidad, machacando a fuego y metal su propio nombre, empezando desde el principio. O más o menos.
Porque Force majeure continuó por el mismo camino que marcara Triumph and agony dos años antes: buen heavy con estribillos agradables, guitarrazos y un punto melódico en la composición. Los dos protagonistas principales siguen siendo Doro Pesch (cantante) y Joey Balin (productor): ambos compositores de ambas obras. Los dos se grabaron en Estados Unidos. Y, para más similitudes, ambos con portadas a cargo de Geoffrey Gillespie, de igual tonalidad azul protagonista.
¿Pero tan parecidos son? Este Force majeure estaba destinado a ser un álbum de Warlock, la banda que Doro encabezó hasta ese Triumph and agony. El nombre le pertenecía al manager de la banda, quien, fuera del negocio que se avecinaba, denegó su uso (imagino que no le querrían pagar lo que pedía). Con la música ya grabada, la compañía tuvo que darle una vuelta al producto, y lo que iba a ser el quinto de Warlock se convirtió en el primero de Doro. El comienzo (la continuación) de una leyenda (viva) del metal europeo. Mantiene el sonido de las guitarras, la forma de componer, las voces, buena parte de las letras, esa mezcla entre canciones rápidas desgarradas, baladas de piano y medios tiempos aguerridos entremezclándose. Añade ciertos toques más hard rock, menos pirotecnia, quizá, en los solos, una mezcla más limpia y falta un "pelotazo" como sí tenía su anterior entrega. A parte de esto, Force majeure es un fantástico disco de heavy metal.
Doro se trajo a esta aventura, además de a Balin, al bajista Tommy Henriksen, quien compone, además, cinco canciones. Sumaron al batería Bobby Rondinelli, un experto en eso de cambiar de grupo (Blue Oyster Cult, Black Sabbath, Rainbow, Scorpions y más), y al guitarrista Jon Levin, por entonces un chaval de 22 años que tocaba muy al estilo de George Lynch (Dokken). El quinteto se metió en el estudio a parir este álbum con doce canciones y un outro y la ambición de comerse "américa".
Abre el álbum la versión de A whiter shade of pale, primer single, una buena recreación basada en la voz de nuestra rubia protagonista, pero que poco más añade. En mi opinión, destaca extrañamente al compararlo con el resto de los temas. Quizá la compañía "animó" a encontrar algún "gancho" para las radiofórmulas y la MTV. Sigue Save my soul, ejemplo compositivo de los nuevos Warlock, manteniendo el uso de un riff principal, un ritmo machacón y un buen estribillo para esta historia de soledad "Love will save my soul someday". World gone wild da un poco más de caña, más velocidad, "ther's flamin' a hole in the society/a billion souls without destiny/livin' lovin' cryin". Tremendo puente-estribillo, buen solo. Es Mission of mercy el primer corte con esa mezcla lento/rápido que tan bien sabe interpretar Doro, comenzando con un sintetizador y una guitarra soltando acordes, ahora eléctricos, ahora acústicos, mientras la batería entra poco a poco; a medida que la letra narra la vida al filo en una sociedad vacía "waiting for the wonder/you could really lose yor mind" y llegamos al estribillo desgarrado "mission of mercy/rescue me and I will be your". Con un toque más hard rock, pero de genial riff, Angels with dirty faces tiene una interpretación clásica de Doro, fraseando muy bien las estrofas y jugando con la guitarra en el estribillo, una canción de amor "be my love/beware my love is strange". La cara A se cerraba con la breve balada Beyond the trees, piano y voz emotivos con adornos orquestales.
La cara B rompía con el segundo single Hard times, de nuevo un aire más americano tanto en las guitarras como en las melodías, un grito a la fiesta en estos tiempos duros "change the face of these/hard times yea!/everybody, everyday". De mis favoritas, Hellraiser comienza y crece misteriosa, con ese viento y esa campana solitaria, mezclando, de nuevo, los momentos calmados con los rudos; un canto a la comunión de la música: "If you feel what I feel/then we will learn how to fight/for what is real and what is right" para todos los que ascendemos desde el infierno del mundo. La intro de batería que Rondinelli se marca para I am what I am anticipa el tema más cañero del disco, con el bombo a toda velocidad y, quizá, las mejores guitarras y una gran Doro avisando "Cause I am what I am/and no one's gonna tell me where or when". Baja un poco de revoluciones en Cry wolf, otro medio tiempo sencillo de contenido estribillo que va creciendo hasta un final muy dinámico. Un riff que me recuerda a Accept y un buen guitarreo de Levin con Rondinelli de nuevo desatado dan un toque especial a Under the gun, buen heavy germano, algo opresivo en la letra "I believe we're under the gun/sold out to madness/prisoners of sadness". Cierra el disco con dos cortes tranquilos. River of tears, otra balada sencillita, en este caso con una guitarra semiacústica en las estrofas y una buena eléctrica marcando el estribillo, con voces dobladas "I'll fly cross this river of tears". Y el guiño a su lengua materna, a capela, en la breve Bis auf bluts ("hasta la sangre").
El disco que os traigo es una re-edición de 2017 en vinilo doble de colores (uno rojo y otro azul) con carpeta doble. La división de canciones, siguiendo el del original, muestra la coherencia con que fue pensada la edición. Buen encarte, con las letras y los créditos. Alguna foto extra hubiera venido bien, o notas sobre la grabación o la historia de la banda por entonces.
Pasad buen fin de semana.
Tengo todos los de Warlock y este -que me falta en la colección- es el que salvaría de una carrera en solitario posterior de la Dorotea que creo que pecó de demasiadas ganas de entrar en el mainstream comercial norteamericano (incluso pasó por las manos -no de forma literal- de Mr. Simmons), lo que la alejó del hard rock. Me lo pongo pero ya. Feliz finde.
ResponderEliminarCreo que tenía 22 años cuando grabó esto. Se dejó influenciar por un buen contrato y una perspectiva de futuro prometedora. Perdimos un montón de buena música metalera, pero, en fin, no es para nada censurable. Tiene un directo muy interesante (Doro Live, 93) que merece la pena. Y no estoy seguro que no pasara de forma literal por las manos de Gene. Disfruta del fin de semana. Un abrazo.
EliminarLa sigo teniendo pendiente, me hablo mucho la antigua camarera del pub Rainbow (Granada) una pena ya estará cerrado, me hablaba de ella cada vez que iba allí jaja
ResponderEliminarPues dale una oportunidad, aunque es demasiado heavy para ti quizá.
EliminarNo soy muy fan de la metal queen, pero si que tengo mis propios recopilatorios hechos tanto de Warlock como de ella en solitario. Voy a pegarle una oreja a este a ver qué tal. Buen finde \m/
ResponderEliminarEspero que haya sido de tu gusto, quizá poco rocoso para tu oído. Viene bien un recopilatorio de vez en cuando, desde luego. Un saludo.
EliminarMira que me gustan las voces femeninas duras. Pero nunca he sido de Warlock ni Doro más allá del All we are. La reedición está muy chula aunque me sorprende que al hacerlo doble no hayan incluido extras. No me mola nada la versión que escogieron para dar inicio al disco, por eso quizás me ha gustado más la segunda cara. Sea como sea, larga vida a la reina del metal.
ResponderEliminarLarga vida. Hay que rescatar de vez en cuando estos discos, que se olvidan con mucha facilidad. No te preocupes si no te entra la discografía de Doro. No es imprescindible, aunque tiene momentos muy disfrutables. Un saludazo.
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