Ir al contenido principal

Bruce Springsteen - Darkness on the Edge of Town (CBS - 1978)


Encerrado entre dos monstruos como Born to run (1975) y The River (1980), este Darkness on the edge of town suele dejarse como un disco "menor", como si el Springsteen de los setenta pudiera haber hecho un disco menor, vaya, pero vive a la sombra de dos de los más grandes discos del Boss. Y debo decir que algunas de mis canciones favoritas de este tipo suenan aquí. Adoro Badlands, Adan armó las de Caín, La tierra prometida o Demuéstralo esta noche. ¿Cómo? ¿Que no tenéis una copia de Oscuridad al borde de la ciudad? Ah, que solo conocéis ese disquillo extranjero con los títulos en inglés. Pues no sabéis lo que os perdéis, porque en esta copia, la española de 1978, impresa en Offset ALG de Madrid, también contiene Algo en la noche, La habitación de Candy o la estupenda Carreras en la calle. Un clásico de las noches madrileñas, vaya.


La banda que acompañó al jefe fue la clásica The E Street Band, con Clarence Clemos al saxo, Danny Fedrici al órgano, Roy Bittan al piano, Garry Tallent al bajo, Max Weinberg a la batería y Steve Van Zandt a la guitarra. En los controles, junto a Springsteen y Jon Landau, Charles Plotkin y un tal Jimmy Iovine, que se haría famoso produciendo discazos para Tom Petty.

Del contenido poco voy a aportaros. Springsteen se muestra más desnudo y visceral que nunca y pasa del optimismo moderado (Badlands, The promise land) a la desesperación (Something in the night, Darkness on the edge of town), con un poco de juego sexual en Candy's room y referencias a su padre (Adam raised a Cain o Factory). Mezcla de su tendencia más roquera con ese sentido piano que, en ocasiones acompañado de una armónica, sabe meterse en nuestros sentimientos más básicos. Eso es lo que siempre he adorado de este disco (y de otros de Springsteen): la sencillez aparente de sus historias, la simplicidad y desnudez de sus personajes, lo elemental de las emociones, pero lo profundo del sentimiento que despierta.

Darkness on the edge of town sirvió para consolidar a Bruce y su banda como las estrellas que comenzaban a ser, no tanto por ventas, que fueron buenas pero un tanto discretas, como por críticas, además de mostrar la máquina musical que eran en el escenario.

Pasad buen fin de semana, gente.








Comentarios

  1. Mira que Bruce no es santo de mi devoción, no por nada sino porque nunca me ha llamado la atención lo suficiente, pero me ha encantado este disco. Sobre todo Adam raised a cain, quizás porque me parece -no sé si acertadamente o no- la menos Springsteen de todas. ¡Feliz finde!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En cierto modo este disco se resbala un poco de los discos más populares, sobre todo del sonido a partir de The River. Yo creo que intentó buscar otros sonidos, como en Adam raised a cain en lo rudo, pero también en las lentas y en la forma de meter el piano o de encarar los arreglos. De aquí al estrellato. Creo que es un disco importantísimo en su carrera, de la cual soy asiduo oyente (al menos unos discos concretos) hasta los 90. El finde va viento en popa.

      Eliminar
  2. Mira que es crítico este King, jeje. Pues, efectivamente, este disco lo tenía yo perdido entre los dos grandes discos que mencionas. Pero lo escuché detenidamente justo por la canción que indica King. Me quedé impactado al oírla en la serie de Sons of Anarchy, porque no me acordaba de ella. E hizo que me escuchara el disco completo. Genial entrada

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. La inclusión del tema en Sons of Anarchy fue todo un acierto. El disco merece un lugar más alto en su catálogo. Un saludo.

      Eliminar
  3. Yo efectivamente no incluiría este disco entre mis favoritos, pero es que el Boss en los 70 no tiene un disco que baje del notable alto. Badlands y Carreras en la calle me tocan la fibra sensible, pero en general no es de los que más me vuelan la cabeza. Mítica edición española la que comentas, por cierto. Saludoss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La edición tiene su gracia. Varias tengo, eran baratas en los noventa cuando adquirí varias. El caso, como digo arriba, es que comparado con discos de los mismos años se queda pequeño, pero no por deméritos. Desde hace treinta años no ha hecho un disco mejor que este. Ahí lo dejo. Un saludo de vuelta.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Varios - Rock Del Manzanares. Visca El Rollo Vol. 2 (Chapa Discos, 1978)

Si no conocéis el significado de la palabra “tronco”, “pasota”, o no sabéis lo que es ser un “enrollao”, quiere decir que sois insultantemente jóvenes. No solo la generaci ó n "Z"  tiene su propio lenguaje. Cada generación ha tenido también una manera de expresarse, y hoy nos acercamos con este disco a finales de los años 70. Una época marcada musicalmente en España por una corriente que se denominó “Rock Urbano”. Aunque, como con cualquier tipo de etiqueta, nos podemos encontrar dentro de este saco grupos de muy distinta índole o con diferentes influencias, por lo general compartían una estética (musical y visual) muy particular, y sobre todo, una actitud vital marcada por las circunstancias sociales de la España de finales de los 70. Como con cualquier etiqueta que se otorga a un movimiento musical, donde muchas veces el mero hecho de nacer en una determinada época o cuidad te hace merecedor de esta etiqueta, se pueden encontrar dentro de este saco una mezcla de estilos q

CJ Ramone "Last Chance To dance" (2014)

En 1989 poco después de la publicación de   Brain Drain ,  Ramones  se encontraban en un momento de crisis interna. El bajista y principal compositor del grupo, el carismático  Dee Dee Ramone , abandonaba el combo definitivamente. Para cubrir su plaza  Johnny  reclutó al joven  Chris Ward , rebautizado para la ocasión como  CJ Ramone . Al principio, como es normal, costó que los fans del grupo lo aceptasen pero a lo largo de los siguientes siete años  CJ  llegó a tener un fuerte rol dentro del grupo, llegando a grabar hasta cuatro temas en  Adiós Amigos  (1995), el disco póstumo de  Ramones.

Bonnie Tyler - Hide your heart (CBS, 1988)

  A principios de los ochenta Bonnie Tyler era una artista joven con cierto éxito en las listas de ventas, especialmente por algunos de sus famosos singles; un caramelo para cualquier discográfica. La CBS decidió apostar por ella con un gran contrato y mucho dinero. Dejó su primer álbum para la compañía en manos de Jim Steinman, por entonces un chico de oro gracias a sus megaéxitos con Meatloaf. Steinman compuso y produjo la canción más vendida de nuestra protagonista: Total eclipse of the heart. El álbum que la incluyó, Faster than the speed of light (1983), también llegó al número uno. Consagrada artista multiventas, Bonnie Tyler despachó temas en bandas sonoras (Holding out for the hero, en Footlose, 1984) y colaboraciones (Islands, con Mike Oldfield, 1987). El disco siguiente, Secret dreams and forbidden fire, de 1986, contó con la producción ejecutiva y la composición de Steinmann y el añadido de otros individuos: Roy Bittan Bryan Adams y un tal Desmond Child. Bonnie y “la compañ