Me encanta descubrir música nueva. Y debo decir que por aquí ando muy feliz con la música que he descubierto estos últimos meses. La que poco a poco voy recuperando de años anteriores (hay tantos miles de excelentes canciones por ahí sueltas en sesenta años de rock...). La que se va editando nueva. Porque, aunque le rock, y el metal, como fenómeno cultural y artístico no está muerto, conviene recordar que económica y socialmente hace muchos años que desapareció del mapa. No pasa nada. Mientras grupos nuevos y viejos se esfuercen en ofrecer sus canciones al mundo y queden orejas como tú y yo que les presten atención (y un poco de dinero) el rock, y el metal, no morirán, realmente, nunca.
Y ¿por qué nos cuentas esto, abuelito? Porque de vez en cuando uno se encuentra con discos que le arrancan una sonrisa, como el tercer largo de estos escoceses, joyita de hard rock blues, que hoy traigo.
Comienzan con Caugh in the middle, aguerrida, Built in forgetter, salvaje, y Love and devotion, vacilona al estilo Black Crowes, para caer en la acústica y sensible A deeper cut. Solo con eso ya han enganchado tu atención. Pero aún faltan los mejores temas. Blackwater zoo y Beast nation con su inspiración southern, Another spiral y Children con ese poso blues acústico, o la fantástica There's still time.
Que sigan empapándose de buenas influencias y componiendo barbaridades como esta.
El grupo lo forman Phil Campbell a la voz y el piano, y principal compositor, Nick Fyffe al bajo, Simon Lea a la batería y Paul Sayer y Matt White a las guitarras. Lo grabaron con Sam Miller a los mandos. El arte, sencillo pero elegante, corre a cargo de Stewart Chown.
La edición viene muy bien acabada, con portada gatefold, encarte con letras y créditos y un acabado del vinilo bueno.
Dadle una escucha, si aún no lo habéis probado, y disfrutad del fin de semana.
Lo he escuchado entero y... no es mi estilo. Y es que nunca me atraparon los Crowes.
ResponderEliminarEso lo suponía, pero está bien intentarlo al menos. Nunca se sabe.
EliminarLo único que no me mola es la portada, porque el disco es cojonudo. Los Black Crowes ahora mismo me parecen palabras mayores en comparación con estos, pero en unos años quién sabe...
ResponderEliminarEs un parecido. Los Crowes consiguieron editar varios discos enormes hasta que para mí perdieron la inspiración. Este álbum está a muy buen nivel y no tendría mucho que envidiarles si se hubiera editado a la par. O eso creo. Claro que el tiempo da perspectiva. En fin, un saludo.
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