Todos amamos la música con la que nos criamos, aquella que escuchamos con diez, quince, veinte años, cada uno tiene su época. Algunas veces, esa música se pierde en el tiempo, la abandonamos, por mala, por que cambiamos de gusto, por que crecemos y nos sentimos otra persona. Pero en ocasiones, al volver a escuchar una canción con la que bebíamos, reíamos o intentábamos llevarnos a alguien a la cama (para dormir, ojo) hace muchos años se nos curva el bigote y nos bota un poquito el culo. A mí me pasa con un par de canciones de este Open up ane say... ahh! de los archifamosos y multidespreciados Poison. Comienzan los acordes de Nothin' but a good time o Fallen angel y me pongo a cien. ¿A quién le importa que sea de una calidad ocho o cuatro? Me molan. Adoro esos riffs, esos estribillos, esos vídeos ridículos y vacilones, esos cardados, esa voz, esa producción tan L.A.80s. No se puede explicar: o lo amas o lo odias. Y yo amo a estos tipos.
¿El álbum? Ah, claro, que esto es un blog de vinilos y no de confesiones a lo Pablo Coelho. Un disco de follar y corazones rotos, básicamente. El amor como algo pasajero, la mujer como algo usable, el sexo como la diversión al final de la fiesta... "Tienes que ser mala para ser buena" "No quiero otra cosa que pasar un buen rato" "Ella es mi chupito, amor con hielo" "Si quieres hablar, bien, pero esto se mira y no se toca" Letras de profundo calado. Aunque, claro, también hay sitio para los corazones rotos "Todas las rosas tienen espinas, yo sigo sintiendo el dolor como si me hubiera cortado un cuchillo" o la pérdida de sueños "El ángel caído de mamá, perdió todo apostando a los dados de la vida". Extraordinaria portada. Y qué sepáis: del estilismo se responsabiliza la propia banda.
Se editaron cuatro singles: Nothing but a good time, Fallen angel, la balada Every rose has its thorn y Your mama don't dance. Junto a estos, destacan Look but you can't touch y Love on the rocks, con su juguetón estribillo, Good love es una pasada por su sencillez y su gancho y el excelente cierre de la car aA con una de esas favoritas (que no sabes por qué te gusta, hasta parece mala, pero te gusta) de título Tearin' down the wall. Ahora está sonando Back to the rocking horse y me pone también.
En resumen, un disco de rock festivo ochentero LA (estilo genuino) para tomarse unas cervezas y contar viejas historias mitad verdad mitad mentira de aquellos maravillosos años (para quien lo fueran).
La edición que traigo es la original española de Hispavox, con su encarte y su colorido morado.
Pasad un divertido fin de semana, gente.
En efecto, hay que reconocer la valía de los -como dices- multidespreciados Poison. Me pasó con ellos lo mismo que con Europe y tantos otros, pero ahora con los años -y la madurez- he de decir que me encantan y que C.C.Deville es un guitarrista injustamente infravalorado. Puro 80s, una gozada. Abrazos.
ResponderEliminarPues eso, para paladares ochenteros. A todo volumen hay que escucharlo. Abrazo de vuelta.
EliminarPues eso, rock festivo ochentero que nos gusta más ahora que antes... c'est la vie. Me lo pincho hoy fijo. Saludos
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