Ir al contenido principal

Boston "Third Stage" (1986)


No hay duda que Tom Scholz es un personaje único en la historia de la música rock. Un músico absolutamente perfeccionista, no sólo en lo que concierne a la composición de las canciones sino (y sobretodo) en el sonido. Scholz es un ingeniero que trabajó en Polaroid, donde aprendió las pautas básicas de ingeniería de sonido y, como hobbie, se montó un estudio en el sótano de casa: el Tom’s Hideaway Studio. Es allí donde él solito grabó y re grabó la música que formaría parte del homónimo primer disco de Boston, que tras más de 6 años de trabajo, finalmente vio la luz en 1976. La discográfica quiso aprovechar el enorme éxito del primer disco y, en tan solo dos años, Boston ya editaban su segundo entrega, el también excelente Don't Look Back. Scholz, recalcitrante perfeccionista, nunca se sintió satisfecho con el sonido del segundo disco y se juró que nunca más se precipitaría a la hora de editar otra obra. Así fue como tardó ocho años en publicar su tercer disco, este Third Stage.

El hecho de retrasar tanto la publicación del tercer disco le costó una demanda por parte de CBS por incumplimiento de contrato, lo que aun dilató más la edición del disco. Esta vez Scholz quería asegurarse que el disco fuese impecable, tanto por las canciones como por el sonido. Completar el álbum con el mejor sonido posible se convirtió en una verdadera obsesión para Scholz. Él mismo reconoció haber pulsado hasta un millón de veces el botón de record y haber grabado más de 100 bobinas de música. Scholz rehusó utilizar cualquier tipo de sintetizador, orquestación o sincronizador MIDI para preservar al máximo la integridad del sonido. Durante los casi ocho años que duró el proceso de grabación Scholz inventó el Rockman, un mini amplificador multi efectos capaz de producir una amplia gama de efectos como compresión, distorsión, simulación de altavoz, chorus o reverb



Con el Rockman consiguió crear un sonido único y novedoso para la guitarra, el típico sonido Boston. Otro ejemplo de este sonido se encuentra en el Hysteria de Def Leppard.
Una vez Scholz ganó la demanda de CBS pudo fichar libremente con MCA con quienes en 1986, finalmente, editó el tan esperado disco. ¿Y cuál fue el resultado? Pues un disco enorme, claro está, repleto de potenciales hit-singles que, a día de hoy, aún suenan en las FMs de medio mundo. Amanda abre el disco y es la canción más popular del trabajo. Con ella Boston consiguieron el primer número 1 en las listas americanas. Un medio tiempo precioso con la hermosa voz de Brad Delp y las mágicas guitarras de Scholz. Una fórmula infalible, simplemente perfecta.
Curiosamente el tema My Destination, que cierra la primera cara, es una bonita variación de Amanda con letra, piano y solos diferentes.

Tom en su estudio
Son muchos los seguidores que opinan que hay un exceso de medios tiempos en el disco pero, a pesar de no suponer ningún problema para mí, también encontramos grandes momentos rockeros en We’re ReadyCool The Engines, I Think I Like It (una verdadera maravilla tanto en lo vocal como en lo instrumental) o A New World. Temas todos ellos que recuerdan a los Boston de siempre.

Third Stage tiene un toque conceptual donde cada canción sirve de introducción a la siguiente y todas juntas cuentan la historia de un viaje hacia la tercera etapa de la vida.
Como curiosidad en los créditos se incluyen unas interesantes notas técnicas bajo el titulo de “cómo hacer un disco en tan solo seis años”. Como veis a Tom tampoco le falta sentido del humor.
Boston no consiguieron quizás alcanzar el altísimo nivel de los dos primeros discos, pero no hay duda de que es una gran obra. Con Third Stage cerraron su mejor trilogía dejando para la posteridad una colección de temas perfectos e irrefutables números uno en todas las radios del Mundo.

Comentarios

  1. Pues voy a ponerme a escucharlo. Qué bien lo pasamos en este blog, coñe. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mi un disco perfecto (no tan bueno como los dos anteriores, pero muy bueno).

      Eliminar
  2. Bien viene recordar la historia de este tipo, que sacrificó el éxito comercial por su obsesión artística. Los tres primeros discos de Boston son excelentes. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Belleza de produccion

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura