Ir al contenido principal

Saraya – Saraya (1989)


Queridos amigos del vinilo, a finales de los 80 todos los sellos ofrecían en su catálogo a alguna banda de chicas –o capitaneada por una– luchando por el cetro de la comercialidad. RCA tenían a Lita Ford sonando en la radio con su Close my eyes forever, MCA a Femme Fatale con la siliconada Lorraine Lewis al frente haciendo morritos –por cierto, que sólo grabaron un álbum pero hay que decir que actualmente se han reformado como grupo femenino–, EMI a sus Vixen y Shrapnel a Phantom Blue –en ambos grupos tenemos que lamentar la triste desaparición de Jan Kuehnemund y Michelle Meldrum, respectivamente–, Vertigo a Doro en Europa y en Canadá Lee Aaron seguían en Attic records. Hasta en el mundo del sleazy, Capitol tenían a Princess Pang con Jeni Foster a la cabeza. Y PolyGram, –que se habían hecho de oro con Bon Jovi a través de Mercury– también querían un grupo así. 

Así, cuando Sandi Saraya y el teclista Gregg Munier –que venían de un grupo llamado Alsace Lorraine– regresaron a New Jersey tras pasar un tiempo en Los Angeles buscando infructuosamente la fama y montaron una nueva banda con el nombre ya cambiado a Saraya, PolyGram no tardó en ficharlos con vistas a lanzar su particular versión femenina de Bon Jovi. Una señal de que el foco de atención estaba puesto en Sandi y no en su grupo –que tenían la función de dar apoyo instrumental a la chiquilla– es que Saraya aparecen con la preciosa canción Timeless love en la banda sonora original de Shocker, de Wes Craven, cuando en realidad sólo cantó Sandi la parte vocal mientras que Steve Lukather de Toto grabó las guitarras, Myron Grombacher del grupo de Pat Benatar tocó la batería y el bajo corrió a cargo de John Pierce, de los Huey Lewis and the News


Mientras tanto, el grupo formado por Sandi, Gregg, Tony Rey a la guitarra –uno de esos estupendos instrumentistas que sin embargo no alcanzaron el estatus de guitar hero–, Gary Taylor al bajo y Chuck Bonfante a la batería, grababan entre los Bearsville studios, A&R studios, Studio D y la House of music este homónimo Saraya con producción de Jeff Glixman que, con portada fotografiada por Frank OckenfelsDavid Bowie, Roger Waters, Alanis Morrissette, Nirvana o Iggy Pop entre muchísimos más– y diseño de Margery Greenspan, contaba con el siguiente track list

A 
Love has taken its toll 
Healing touch 
Get U ready 
Gypsy child 
One night away 

B 
Alsace Lorraine 
Runnin’ out of time 
Back to the bullet 
Fire to burn 
St. Christopher’s medal 
Drop the bomb 

Love has taken its toll es un estupendo hard rock ochentero al que sigue Healing touch, otro temazo agradable de escuchar y sin complicaciones de este álbum injustamente infravalorado y semi desconocido que goza de ese hard rock melódico desmonchaildiano de la época, tan resultón. Get U ready es un hard rock con coros y la voz un pelín rasgada –me recuerda un poco a una versión feminizada de Eric Martin de Mr. Big– de Sandi Saraya. En Gypsy child, unas líneas de bajo con sintetizador de fondo dan comienzo a un tema en el que, en mi opinion, las lineas vocales no acaban de encajar del todo con las instrumentales. Es un pop-rock melódico normalito que no tiene mayor importancia. Por contra, One night away es otro hard rock más que aceptable, con un buen trabajo de guitarras y teclados. 

Alsace Lorraine, el nombre de la primera banda de Sandi y Gregg, da nombre a esta breve instrumental de piano que inaugura la cara B del álbum. Runnin' out of time es otro temazo de hard con guitarrazos cortesía del solvente Tony Rey y le sigue Back to the bullet, que es el más hard pop melodico del álbum, aunque con ramalazos a –por ejemplo– lo que Whitesnake hacia en aquellos momentos. Y hasta aquí lo destacable, porque Fire to burn está en la línea general del disco, pero sin destacar demasiado, St. Christophers medal es una baladita floja y prescindible y Drop the bomb es un tema difícil de clasificar, aunque posee un final guitarrero en el que tiene especial protagonismo Rey

En resumen, un –en general– recomendable y disfrutable álbum de hard rock melódico con la estupenda voz de Sandi al frente, unos coros que no resultan cansinos ni pastelosos y unas remarcables guitarras y teclados de Tony y Gregg, quien por cierto falleció hace unos años. Pese a todo, el experimento no salió como PolyGram o la banda deseaban y tan solo grabaron un elepé más. De hecho, lejos de convertirse en la Bon Jovi femenina, apuesto a que pocos de vosotros conocíais su existencia. 


Para todos, acompaño el álbum enterito así como el tema de la BSO de Shocker, que inexplicablemente no se incluyó en el lanzamiento original de Saraya y que apareció como cara B del single de Sword & Stone de Bonfire, que también poseo y del que ya os hablé aquí

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla



Comentarios

  1. Pues cierto es que no recordaba nada de Saraya. La banda sonora de Shocker la tengo por aquí y aprovecho para recuperarla. Muy acertado eso de "hard rock melódico desmonchailiado". Un sub-estilo en sí mismo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una definición un poco patillera, lo sé, pero es que -si te fijas- hay algo en la mayoría de temas de este tipo -como pasaba con la producción de guitarras de Michael Wagener, por ejemplo- que rápidamente te indica de quien es su autoría.

      Eliminar
    2. Sin duda. Habría que hacer una sección solo con los discos donde metió mano el Sr. Desmond.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Rainbow – Down to earth (Polydor-1979)

Sin vinilos raros o exóticos para comentaros esta semana, echo mano de mi fondo de armario vinílico y como en mi anterior visita, dedico la reseña de hoy a otra de esas obras incontestables de finales del siglo XX de las que nadie quiere hablar porque todo cuanto pueda decirse, sobra o es redundante. Pero para eso estoy yo, para redundar en lo obvio. Y para dar a la reseña un enfoque diferente, más que del álbum –que también–, os hablaré de su vocalista. Total, que después de saber de él en Alcatrazz [ aquí ] o MSG [ aquí ], hoy os traigo de nuevo al incombustible Graham Bonnet para presentaros otro enorme disco en el que participó aportando su personalísimo estilo. Poneos cómodos.    Érase que se era el británico Graham Bonnet , un adolescente nacido en una localidad costera del condado de Lincolnshire que se ganaba unas libras cantando jingles para la radio. Su primo Trevor había emigrado con sus padres a Australi...

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Helloween - Pink bubbles go ape (1991, EMI)

  Aprovecho la reciente visita a nuestro país de la banda multigermánica Helloween para compartir aquí contigo, lector con orejas inquietas, otro de esos discos que me gusta catalogar con la etiqueta de “síndrome del disco de después”: aquella obra musical editada tras un pelotazo, éxito o gloria en forma de DISCARRAL y que palidece a su sombra independientemente de su calidad o éxito. Discos que han sido “un fracaso” porque vendieron la mitad que su predecesor o porque, simplemente, no respondió a las expectativas. En este contexto, queda claro que casi cualquier cosa que nuestros protagonistas hubieran editado después de “Keeper of the seven keys II” (más aún si lo consideramos un solo disco con su primera parte) iba a ser valorado con el rasero de una(s) obra(s) catalogadas aún hoy como Obras Maestras del Discarralismo (OMD para los entendidos). Si añadimos que las acciones (o inacciones) de algunos de los protagonistas de la banda y alrededores contribuyeron a dificultar la pr...

Mötley Crüe - Too Fast For Love (Leathur Records,1981)

  Mötley Crüe en los días en los que grabaron " Too Fast For Love " vivían como auténticos vagabundos, de casa en casa de quien tuviese las pocas luces de dejarles entrar, lugares abandonados, furgonetas cutres y un sinfín de cuchitriles a cual peor donde los cuatro solían dejarse caer totalmente colgados de caballo.  No era algo exclusivo de ellos, así coexistían muchas de las bandas de la ciudad de los Angeles justo cuando entraron a grabar su debut en Octubre de 1981. La cosa fue muy rápido, en cinco días ventilaron las canciones en una vieja consola API de 24 pistas con Michael Wagener de ingeniero de sonido, el alemán venía directamente de terminar con Accept su tercer disco en estudio " Breaker" .  La grabación se la costeo el propio manager de la banda, y les costó unos cinco mil dólares. Vince, Nikki, Mick y Tommy no tenían casi ni para comprar hamburguesas, pero se las arreglaron para prensar inicialmente 900 copias de Too Fast For Love y venderlas con ...

Megadeth – Peace sells... but who’s buying? (Capitol records-1986) [Resubido]

Hay álbumes que se resisten a aparecer por estos pagos porque son obras tan incontestables y sobre las que se ha dicho y escrito tanto que parece que sobra regresar a ellas. Pero hoy me siento en la necesidad de que eso no me afecte y he venido a expresar obviedades. Creo que no miento si os digo que descubrí a los Megadeth con el So far, so good... so what! [ aquí ] y es un disco que adoro, como otros de la banda. Sin embargo, creo que es en este Peace sells... but who’s buying? en el que se sientan las bases de la carrera de Dave Mustaine y sus Megadeth . Y sí, desde un punto de vista comercial o de calidad compositiva o de sonido, quizás otros álbumes están por encima... pero la importancia de esta obra es capital (sí, yo también utilizo mucho los tres puntos), desde su icónica portada hasta su última nota. Por eso, aunque Omar Sandoval ya comentó [ aquí ] hace más de una década este disco desde una apro...

Asteroid B-612 - "Roads, Stars" (2025)

…guitarras distorsionadas, más sutiles y cromáticas creando un paisaje más amable que el poderoso y furibundo bramido de antaño… Por  Jorge García . Cuatro discos como cuatro soles en la década de los noventa, cuatro toques de queda indispensables para aquellos que gustan del rock de fuerte pegada con ascendentes de Detroit y de su Australia natal. Un cuarto de siglo de silencio discográfico, y ahora podemos  decir con pruebas físicas y sonoras en la mano, que  Asteroid B-612   ha vuelto.   Para este retorno, que según palabras de la propia banda  ha nacido del simple deseo de subirse a un escenario con viejos amigos , publican un nuevo álbum titulado  "Roads, Stars"  que ha sido grabado en Australia y España durante el año 2024 y que ha mezclado  Pepe Gomar  y  Mike Mariconda . Por supesto  Johnny Spittless  en la guitarra y el vocalista  Grant McIver  continuan capitaneando la nave junto al batería  Ben Fo...