El nuevo disco de Judas Priest es un compendio de toda su carrera, un repaso a casi todas sus épocas. Incluso la ilustración de la portada, obra de Mark Wilkinson, evoca a otras obras suyas como Sad Wings Of Destiny o Painkiller.
La baja de K.K. Downing y la substitución de éste por un joven Richie Faulkner fue un despropósito para sus seguidores más radicales. La pareja Downing-Tipton fue (y es) uno de los binomios más importantes dentro del género metálico. Se puede afirmar que ellos crearon un estilo propio con sus particulares duelos de guitarras, pura orfebrería musical. Todo ello sumado a que la voz de Rob Halford ya no tiene la fuerza de antaño hizo que el anuncio de un nuevo disco de los británicos me dejase indiferente.
Todas esas dudas e indiferencias desaparecen al pinchar el primer tema del disco, Dragonaut, con un riff netamente heavy que se abre paso entre rayos y truenos, como debe ser!!. Como los propios Judas comentan en los créditos del disco “Thank you so much and here’s to you Heavy Metal Forever” y eso mismo desprenden los tres primeros cortes del disco: Heavy Metal en estado puro. Y es que Dragonaut, Redeemer Of Souls y, sobretodo, Halls Of Valhalla son verdaderos libros de estilo de como se ha de componer un tema de dicho género.
La voz de Halford no alcanza ya aquellos agudos imposibles. Y es que han pasado 24 años desde que grabasen Painkiller y Rob Halford tiene 62 años, pero en estudio aún aguanta el tipo (en directo ya es otra historia). En March Of The Damned, donde canta en tonos más bajos, es donde se le nota más cómodo y, además, suena de maravilla. Un tema que, de haber aparecido en cualquiera de sus discos clásicos seria, a día de hoy, uno de sus himnos indispensables. A pesar de todo, el Metal God continua manteniendo un carisma y personalidad únicos, y eso es lo que cuenta.
El nivel de las composiciones baja un poco hacia la mitad del disco, cosa normal ya que es muy difícil mantener el nivel durante 13 temas, pero hay grandes momentos como Hell & Back, Metalizer o Crossfire (uno de mis temas preferidos, que podría haber aparecido perfectamente en el Hell Bent For Leather).
El disco lo cierra Beginning Of The End (un título muy acertado) un tema lento y oscuro, con una buena melodía que se te incrusta en la cabeza y aflora en cualquier momento del día. Recuerda vagamente a otros temas lentos de su discografía, al estilo de Before The Dawn.
Redeemer Of Souls no ofrece nada nuevo, lejos quedaron los años de Turbo, pero es que Judas Priest ya ha demostrado sobradamente todo lo que puede hacer. Aquí encontramos riffs incendiarios, twin guitars, solos de vértigo, la batería demoledora de Scott Travis y estribillos épicos...ah si!! y el impertérrito Ian Hill al bajo. ¿Qué más se puede pedir tras más de 40 años de carrera musical?
Redeemer Of Souls no ofrece nada nuevo, lejos quedaron los años de Turbo, pero es que Judas Priest ya ha demostrado sobradamente todo lo que puede hacer. Aquí encontramos riffs incendiarios, twin guitars, solos de vértigo, la batería demoledora de Scott Travis y estribillos épicos...ah si!! y el impertérrito Ian Hill al bajo. ¿Qué más se puede pedir tras más de 40 años de carrera musical?
En general es un disco muy superior a sus últimas entregas, es más, me atrevería a decir que es de lo mejorcito que han grabado desde Painkiller. En pleno 2014 me ha hecho ilusión salir de la tienda de discos con un vinilo de Judas Priest bajo el brazo…quizás sea la última vez y, si este fuese su último disco, sería un buen epitafio para una de las mejores bandas británicas de Heavy Metal.
Secundo todo cuanto dices. El vinilo no lo tengo... pero si encuentro una edición a color, por ejemplo, la decisión estará clara. De momento, la versión en mp3 me permite disfrutar de una banda de la que -no somos los únicos- pocos esperábamos algo a estas alturas. Gran sorpresa del año.
ResponderEliminarYo creo que es un buen disco, tal y como he escrito...pero ya se sabe que les caerán palos...la comunidad metalera es muy crítica.A estas alturas y teniendo en cuenta que estamos en 2014 y no en 1984 es un disco muy disfrutable.
EliminarMe uno. Es un disco con momentos bastante buenos. Aunque se hace largo. Creo que si hubieran dejado nueve o diez canciones hubiera sido mejor. El vinilo tiene muy buena pinta, igual se lo "robo" al King, jeje. Abrazos. Ah, y Judas Priest forever.
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