El día que nos enteramos que los Leño se separaban, a muchos nos parecía que se acababa el mundo, que llegaban las tinieblas al rock español. Pero no. Año y medio más tarde, ROSENDO, tras arreglar unos asuntillos con la anterior casa de discos y estar todo ese tiempo comiéndose el coco, demostró que le quedaba cuerda para rato, que tenía ganas de incordiar. No soy, ni seré nunca de los que reclaman la vuelta de Leño ¿Para qué si tenemos al Rosendo?
Tras ponerse el disco a la venta, no tardé ni un segundo en ir a pillar este “Loco por incordiar”, y menos tardé en llegar a casa y pincharlo. Fender por aquí y por allá, batería cañera, teclados y ese vacile marca de la casa. Rock & Roll. Todos sus temas se me metieron en la cabeza y hasta hoy. Aún siguen sonando por ahí dentro: en la Cara R (de Rosendo o de Rock) disfrutando con: “Agradecido”, “Corazón”, “… Y dale!” –uno de mis preferidos- y “Callejones”; y ya en la cara M (de Mercado o de Maestro) desenfreno total con: “Loco por incordiar”, “Me gusta así”, “Pan de Higo”, "Crucifixión", y para terminar una nana instrumental -en la que también se sale- deseándonos las “Buenas noches”, qué majete el menda.
Este rock fuerte, sencillo, directo, auténtico, con sentimiento, y todos los calificativos que querramos ponerle a la música de Rosendo, le han llevado a ser uno de los tíos más queridos, creíble, respetado e influyente del rock español.
Y prueba de ello es que no se cuántos discos después, no todos de la misma calidad que este pero ninguno flojo, y miles de kilómetros a sus espaldas, el de Carabanchel sigue en el negocio dando caña, incluso ya en su web se puede leer que está metido de lleno en la grabación del nuevo disco, que se publicará después del verano, y consultar fecha y lugar para algunos conciertos confirmados para este 2013, que seguro serán tan bueno o mejores que el penúltimo de los muchos que hemos tenido la suerte de disfrutar.
Acompañaron a Rosendo para la grabación del álbum, que se hizo en tres estudios en Colonia, Bruselas y Bochum, Sergio Castillo a la batería, Tato Gómez al Bajo, Andreas Schmidgen a los Teclados y Carlos Narea con la percusión y coros, quien también realizó la producción para RCA.
Poco más que aportar, tenía pendiente dejar constancia en el blog de mi admiración por el Rosen y su música, y aquí lo dejo con uno de mis discos preferidos, que con toda seguridad te animará este finde veraniego al pincharlo. Por cierto, hoy más que nunca no os perdáis la selección de vídeos. Sed felices.
De Rosendo -como de todo el hard rock o heavy hispano- no fui nunca muy seguidor. Sin embargo, sus temas son fácilmente reconocibles y se han convertido en clásicos del rock de este país. Adeás, el tipo tiene un aura de obrero del rock y de honestidad -como Lemmy- que, sea verdad o no, le caracteriza desde siempre y me merece respeto.
ResponderEliminarPues eso.... joder dejas poco margen para rebatirle jajaja
EliminarFan absoluto de este disco y de Rosendo. Le veía a menudo en un bar de Oporto (en Madrid) con su botellín de Mahou y su cigarro y siempre tenía un rato para cualquiera que se acercara. Le he visto una docena de veces en concierto. Un imperdible de la música patria.
ResponderEliminarY encima es que en directo es mucho mejor que en estudio. Todo un figura el Rosendo que debería tener una calle en todas las ciudades y pueblos de España. De mis años por Aluche he pasado mucho por Oporto y visitado algunos bares jaja, aunque por desgracia no me he cruzado nunca con el Rosen... Aún podría ser
EliminarTampoco he sido yo un fan de Rosendo pero lo respeto y reconozco el buen trabajo realizado. Me gusta cuando pinchan en la radio en Agradecido. Muy buena reseña!!
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