Amigos del vinilo, la semana pasada publiqué en ZRS una entrada dedicada a 10 álbumes que de una manera u otra han marcado mi vida. Después de este que os escribe, publicaron sus personales listas los señores @DonCrspulo y @FRAILAS y con cada uno de ellos coincidí en uno de los discos comentados. Sin embargo, me hizo ilusión –ya veis, me alegro con cada chorrada- que, pese a no parecerlo porque en el último momento decidí no relacionarlo para hablar de él en este espacio, coincidimos los tres en un único álbum. Este que os traigo hoy.
Mi primer contacto con los Maiden fue el Run to the hills, single escuchado en casa de un compañero de BUP que me hizo entrar ganas de conocer más de esta banda. Eran tiempos de comprarse el Metal Hammer, de descubrir a todos aquellos grupos de los que hablaba la revista, creadores de esa música que había conocido no hacía tanto y que me hacía vibrar, dueños de una estética que me parecía estupenda y llamaba mi atención de manera positiva. Había un vasto territorio por explorar, una lista inmensa de grupos por escuchar y canciones con las que disfrutar. Así que cuando quise poseer algo de los tipos que cantaban aquello de ran tu de jils, ran for yor laifs, lo que cayó en mis manos fue la carátula doble de este álbum –impactante la fotografía interior de Simon Fowler, con esa mesa preparada en la que la banda se dispone a dar cuenta del cerebro de Eddie, la eterna mascota del grupo- y unos temas inolvidables.
Piece of Mind, amigos, el cuarto álbum de Iron Maiden, la obra con la que la formación que debía convertirse en mítica declaraba al mundo que iba a quedarse mucho tiempo entre nosotros, dando a luz temas imperecederos e imprescindibles en la historia de la música rock de todos los tiempos. El inimitable e insustituible -¿eh, Blaze?- Bruce Dickinson a las voces, los inconmensurables Dave Murray y Adrian Smith a las guitarras, el carismático y preciso Nicko McBrain a la batería y el alma de la banda, el hombre cuyos dedos cabalgan sobre las cuerdas de su bajo, Steve Harris.
Y formando parte de la gran familia Maiden, el productor, ingeniero, mezclador y sexto miembro Martin Birch –sí, luego llegaría Michael Kenney a los teclados de gira o Janick Gers como tercer guitarra y posturitas, pero aún faltaban unos años-, el leal manager Rod Smallwood y el largo tiempo diseñador de portadas y universo gráfico Maiden, Derek Riggs. Todos juntos se fueron a las Bahamas y grabaron en los Compass Point el megaexitoso Piece of Mind, que llegaría a ser platino en Gran Bretaña y los Estados Unidos.
El track list, sin desperdicio, era:
A
Where eagles dare
Revelations
Flight of icarus
Die with your boots on
B
The trooper
Still life
Quest for fire
Sun and steel
To tame a land
Amigos del vinilo y amantes del hard rock de los ’80, Piece of Mind es un álbum que sin duda me marcó como a muchos de vosotros, tanto que –en lugar de limitarme a incluirlo en una lista- he preferido otorgarle un espacio en este estupendo blog al que contribuimos tantos seguidores de la buena música. Y como no podía ser de otra manera, no os voy a adjuntar un par o tres temas del álbum, no –eso sería una falta de respeto-, os acompaño el clip del disco enterito. Disfrutadlo y veneradlo.
Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.
Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras. Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...
Ya lo he escrito en este blog: a veces no escucho música, escucho recuerdos. Las canciones se pegan a los momentos en los que vivimos y al volver a ellas es inevitable revisar las imágenes y las emociones que las acompañaron. En otras ocasiones, uno se siente hasta protagonista, como si el músico las hubiera compuesto para nosotros, pensando en "eso" que nos sucede. Y en otras, literalmente, sin tocar ningún instrumento, somos esa canción. Esto último sucede con este Medina Azahara en directo : yo estuve en ese concierto, por lo que, de algún modo, cuando escucho el disco, ahí al fondo, está mi voz. Fan de "los Medina" ni fui ni me considero, pero un concierto de ruido al lado de casa había que disfrutarlo. El álbum se grabó un 30 de junio de 1990 en el anfiteatro Egáleo de Leganés, Madrid, escenario al aire libre mítico aquellos años; allí vi también a Panzer, Burning, Sangre Azul y alguno más. Por cierto, a la banda la presentó aquella noche José Carlos Molina (...
Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero ...
Y tras el hiato estival y la visita de Hetfield & co . de hace quince días, hoy toca reseña de la serie “ Los singles de mami ” en la que, como ya sabéis los habituales, aúno mi amor a la música en formato vinílico con el recuerdo a mi madre –fallecida hace poco más de un año– y a su gusto por la música pop de su juventud. Los protagonistas de hoy son Los Relámpagos , un grupo de rock instrumental que –como muchas bandas e intérpretes en aquella época– surgieron a raíz de un concurso musical en el que coincidieron José Luis Armenteros (guitarra), Pablo Herrero (órgano), Ricardo López Fuster (batería) y los hermanos Ignacio y Juan José Sánchez-Campins (guitarra y bajo, respectivamente). Los cinco darían forma a Dick y los relámpagos , que no tardaron en perder de su nombre a Dick , fuese quien fuese el tipo. En 1962 comienzan a tocar en un club a cambio de vales de consumición y propinas y dedican los domin...
Donde el Eddie perdió su cabellera, jaja. Admirado está, Majestad, y venerado. Buena entrada. Estoy por ponérmelo de nuevo...
ResponderEliminarEl álbum de Maiden al que vuelvo una y otra vez. Tengo piratas de esa gira que adoro. Una entrada fenómena para un álbum fenómeno.
ResponderEliminarGracias, amigos.
ResponderEliminarMuy buena entrada para este discazo de los Maiden!! De mis discos favoritos del grupo
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