Hoy os traigo seguramente uno de mis diez discos favoritos nacionales, "Tormentas Imaginarias", el sexto disco en estudio de los granadinos 091.
A los Cero les empecé a prestar atención cuando salieron en el programa de Televisión Española "Plastic", presentando el primer sencillo de su quinto álbum ("El Baile de la Desesperación"), la seminal "La Vida qué Mala Es", un Rock and Roll de aire chulesco que te ganaba por sus riffs repletos de Wah Wah y un estribillo canalla muy bien incrustado entre estrofas semi rapeadas por un estupendo Jose Antonio García. Parecía la canción perfecta para romper en "Los 40 Principales", pero como les había pasado antes, y les pasaría después, 091 nunca serían pasto de las Radiofórmulas, haciendo un simil futbolístico, el balón siempre se estrellaba contra el palo después de jugar otro partidazo.
Con "Tormentas" ocurriría algo similar. Aquí si que caí presa de la fiebre Cero. Un colega se pilló el disco después de escuchar "Otros Como Yo" en "Radio 3", y después de escuchar ese tema a medio camino de unos The Cult embarrancados en medio del Despeñaperros 091 entraron a todo meter en mi vida, llegué a verlos en Avilés presentando ese nuevo disco, en una sala mediada pero entregada, y es que los de Graná de la mitad pa arriba de la península parece como que les cuesta, subir y conquistar, aunque a mi era fácil llevarme a su redil cuando empiezas un disco con algo como "La Casa del Viento".
Los temas de los Cero se rigen siempre por esas letras, ahora enigmáticas, sesudas y casi siempre filosóficas del maestro Lapido (José Ignacio de nombre) guitarrista fan de los Clash y del Punk del 77 entre otras cosas pero con la pluma poética de los poetas del Sur para darle forma a todas las historias que José Antonio García (Pitos) plasma luego entre sus riffs de guitarras y los sincopados ritmos de la engrasada base rítmica de la banda.
"Tormentas" rebosa como una botella de Don Perignon recién agitada pero como si el contenido lo hiciese a cámara lenta, ese momento en el que vas paladeando esa sublime "Zapatos de Piel de Caimán" mientras el subidón no cesa ni con "Huellas" ni con "Todo Comienza a Girar", tan bien contadas ellas, y cantadas! Sobresalientes siguen sonando en "Sin Raíces", un pacharán sonoro que no deja indiferente, como "Cayendo", heavy rockera y que enlaza con la anteriormente celebrada y también dura "Otros Como Yo".
Lapido no es un lápiz afilado para contar sus historias, es un puto estuche, con su escuadra y cartabón y hasta su transportador de ángulos. Por eso ha sido capaz una vez finiquitados 091 comenzar una prolífica aunque entrecortada carrera en solitario, escribir guiones de series para la Televisión andaluza y hasta de hacer post de anuncios; hay que seguir palante.
Por eso no extraña que "Para Impresionante" suene con esa fuerza y que su letra sea tan jodidamente buena, casi que te lo esperas, porque Lapido y Cero lo llevan haciendo desde "12 Canciones Sin Piedad", y ya habían pasado cuatro años desde que cantaron aquello de "Qué Fue del Siglo XX".
"Mi Sombra y Yo" es otra genialidad y "Es Hora de Enloquecer", otra película sonora repleta de metáforas y malabares al viento.
Curiosamente esta última es de la partida en el vinilo original, pero no en la reedición del 16 y del 21 que es la que yo poseo y en la que viene cerrando la amarga "El Cielo Está de Color Vino". Otras canciones que no vienen en la rodaja de 12 pulgadas y si fueron editadas en CD en su momento fueron las necesarias "Es Solo una Señal" y "Tormentas Imaginarias", fantástico medio tiempo este y que afortunadamente si aparece en la edición en vinilo de la que estáis viendo las fotos para esta reseña.
Acompañan a José Ignacio Lapido en este "Tormentas Imaginarias" su hermano, Víctor García Lapido esculpiendo macizos riffs de guitarras, Tacho Gonzalez a las baquetas, Jacinto Ríos sacando notas a las cuatro cuerdas y José Antonio García "Pitos" contando cada historia encolada a este vinilo.
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