Hoy, en la serie “Los singles de mami” os presento a Ray Conniff y su orquesta. Leed y conoced. Músico, compositor y director de orquesta norteamericano, después de servir en el ejército durante la II Guerra Mundial, Ray trabajó en una Big Band –tocaba el trombón– y más tarde fue contratado por Columbia Records como arreglista para el departamento de R&B. Fueron años ganándose un nombre en la industria, con una carrera viento en popa y unos trabajos como compositor, arreglista y productor tanto para Columbia como para Epic que le posicionaron como uno de los músicos más respetados del momento. Pero hete aquí que, trabajando con Mitch Miller, otra figura de la época, se le ocurrieron unos arreglos que consistían en substituir voces del coro por réplicas instrumentales.
Y el resultado fue tan novedoso que se le ocurrió versionar grandes éxitos de otros con su orquesta, que es por lo que internacionalmente se acabó conociendo a Ray Conniff. En 1958 grabó Hollywood in rhythm, un álbum dedicado a temas que habían aparecido en películas y que fue todo un éxito. Tanto, que en 1963, la filial española de CBS Records editó el EP –no tengo claro si también hizo lo mismo con el álbum al completo– que hoy os traigo y que tenía el siguiente track list:
A
El amor es algo maravilloso
Suave de amar
B
Cheek to cheek
Laura
En la primera cara encontramos El amor es algo maravilloso, interpretación de Love is a many-splendoured thing, de Paul Webster y Samuel Feinberg, que aparecía en la película de 1955 del mismo nombre (en nuestro país se tituló La colina del adiós) protagonizada por Jennifer Jones y William Holden. Y completa la cara A Suave de amar, o lo que es lo mismo, Easy to love de Cole Porter, que salía en Born to dance, de 1936, con Eleanor Powell y James Stewart.
En la cara B está la archiconocida Cheek to cheek de Irving Berlin (no me
preguntéis por qué esta no la tradujeron, quizás porque era demasiado conocida
ya), de la cinta de 1935 Top hat (en España, Sombrero de copa), con los
míticos Ginger Rogers y Fred Astaire. Y finaliza el EP con Laura, de Johnny
Mercer y David Raksin, de la banda sonora de la película del mismo nombre de
1944 protagonizada por Gene Tierney y Dana Andrews.
Te guste o no te guste el género de este vinilo, no se puede negar que los
temas que contiene son icónicos y –sobre todo para el que tenga ya cierta
edad– conocidos por la mayoría de mortales. Sin embargo (y opino lo mismo en
lo que toca a cine, por ejemplo), no estoy demasiado de acuerdo con las
versiones o las reinterpretaciones musicales, mucho menos cuando hablamos de
temas que como he dicho, han dejado una impronta en la historia que no
necesita enmienda. Si algo ya funciona ¿para qué tocarlo? Y más aún cuando
el resultado, sin ser malo, no es otra cosa que música de ascensor, melodía
de fondo de centro comercial. Pero resulta que el bueno de Ray se hizo de oro e
internacionalmente notorio con esto de las versiones orquestales. Así que,
si os van estas cosas, tenéis discografía de sobra para bucear.
Por mi parte –aunque en esta serie dedicada a la memoria de mi madre me
parece que encaja este EP bastante dignamente–, prefiero los temas originales así
que os adjunto a modo de bonus Love is a many-splendoured thing por The four
aces, Easy to love por James Stewart y Marjorie Lane –la Powell no daba
el nivel, así que la doblaron–, Cheek to cheek por el mítico Fred Astaire y
la versión de la banda sonora de Laura. De aquí a quince días, más.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Me encantan estas entradas de músicos que no conozco, aunque en este caso, las canciones si las conocía. No sé donde, pero las he oído. Música de ascensor o de centro comercial, como comentas. 😁😁 He estado escuchando las canciones que has posteado mientras leía tu escrito y lo he disfrutado. La música se saborea diferente cuando hay una buena historia detrás. Un saludo y buen finde!!
ResponderEliminarQué puedo decir... pues que me alegra haberte entretenido, dado a conocer algo nuevo y que hayas disfrutado. Saludos.
EliminarPues otro ladrillito más en tu miniserie de vinilos maternos. Muy curioso este, por cierto. Seguro que he escuchado algunas de sus "reinterpretaciones" y sin embargo no sabía de la existencia de este personaje. Curioso sin más, como bien apuntas. En general, los discos instrumentales me cuestan (desconecto con facilidad), estos de big band, orquestas sesenteras y demás variantes aún más. Adoro el rollo viejuno de esas ediciones, con sus portadas y contraportadas tan ancladas en su época. Un abrazo.
ResponderEliminarNo te preocupes que sólo quedan un par de ladrillitos y ya dejaré descansar la memoria de mi madre en este blog jejeje. Evidentemente conocía desde pequeño a este tipo por mi madre por supuesto igual que a Richard Clayderman, por citar otro que me repatea bastante en lo musical aunque me aporte recuerdos que ahora valoro. Pero ya te he dicho que prefiero mil veces los originales, aunque no entren en mis gustos. Un abrazo y voy a por tus KISS.
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