Llegué hace muy poco tiempo a esa música de finales de los setenta y principios de los ochenta que se metió en el saco del AOR, incluyendo soft-rock, pop progresivo, hard rock de sintetizadores y toda una amalgama de bandas que incluye a REO Speedwagon, Boston, Journey y otros grandes nombres entre los que están los protagonistas del vinilo de hoy: Styx.
Este quinteto de Chicago encadenó cuatro discos multiplatino entre 1977 y 1981, entre los que se encuentra Cornerstone. La banda la formaron los hermanos Panozzo, John a la percusión y Chuck al bajo, quienes se juntaron para sus años de gloria con James Young a las guitarras, Dennis de Young a los teclados y la voz cantante y Tommy Shaw a las guitarras y, también, a la voz cantante (en este, cinco canta Young y cuatro Shaw).
Lo curioso es que tras ocho álbumes de estudio, los dos últimos despachando más de tres millones de copias en los USA, en primera línea del rock melódico, alcanzaron, su primer y único número uno en sigles con la balada Babe, adelanto de Cornerstone, una canción meliflua sobre el amor. Se editaron otros cuatro singles, casi nada: la más roquera Borrowed time, con un excelente solo de guitarra; Why me, con buen arreglo de cuerda y protagonismo del saxo, marcándose un solo; la composición con un rollo folk mediterráneo curioso titulada Boat on the river, que incluye un acordeón y un magnífico trabajo del Chuck Panozzo; y Lights, otro ejemplo de pop-rock con protagonismo de los sintetizadores. El resto del disco juega en la misma liga. Navegando en territorio más rock, Never say never, donde las guitarras acústicas guían una canción que contiene otro excelente trabajo vocal de Shaw, y Eddie (en honor a Edward Kennedy), combinando sintetizadores y guitarras con maestría. Y del lado más soft, la previsible pero bien conseguida balada First time y la más elaborada y progresiva Love in the midnight, con un recuerdo a Supertramp interesante.
Un disco que permitió a la banda mantenerse en lo más alto y disfrutar del dinero y la adoración general.
La edición que traigo es la europea de la época fabricada en Holanda. Carpeta doble con las letras, los créditos y unas fotos de la banda, con encarte completo. Una joyita del género.
Disfrutad del fin de semana, gentuza.
¿Gentuza nos llamas?... dónde iremos a parar. No recordaba haber escuchado este disco -entero cre que sólo me he tragado el Kilroy was here-, pero lo oído no está mal del todo... en general. Eso sí, no ha cambiado mi idea sobre el grupo: muy edulcorados y sosainas, exceptuando algunos temas rockeros de su discografía. Una cosa es AOR y otra esto, que parafraseando al Fary, podría calificar de rock blandengue. No mola demasiado, hablando desde el subjetivismo más descarado y una absoluta falta de sentido musical seguramente jajaja. Un abrazo!
ResponderEliminarNo me parecen la bomba tampoco, que conste, y, en general no soy muy amigo de tanto azúcar, pero de vez en cuando tiene su puntillo y me gusta pinchar estos sonidos. Desde luego mejor cuando roquean, clarísimo. Lo de mentar al Fary me ha llegado al corazón. ¡Viva la mandanga!
EliminarNo es que sean muy destacables ni como metal ni como prog ni como hard rock, ni como AOR pero sus discos de mediados de los 70s son muy buenos, este no lo he escuchado pero joder son muy buenos.
EliminarTienen su rinconcito en mis orejas, desde luego, aunque, como dije antes, no es mi estilo predilecto. Un saludo.
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