Amigos, cuatro años y medio han tenido que pasar para que os hable de una manera medianamente extensa de un vinilo que ya os mencioné en este espacio. Me refiero a Hidden in plain sight, el debut en solitario de Craig Goldy –quien el domingo pasado cumplió años– tras abandonar Dio por primera vez. A este respecto, debo deciros que la relación de Ronnie James con Craig había comenzado mucho antes, a principios de los 80 cuando el añorado vocalista y su esposa pusieron sus ojos en una joven banda llamada Rough Cutt –también os hablé de ella por aquí– de la que formaron parte tanto Claude Schnell a los teclados como un jovencito Craig Goldy que por entonces vivía en un coche y al que Ronnie ayudó en su breve paso por los Cutt antes de que se uniese a Giuffria en su álbum de debut, banda en la que Craig conoció a David Glen Eisley, aunque no participó ya en la grabación de su segundo trabajo porque se unió a las filas de su mentor reencontrándose con su antiguo compañero Schnell. Sin embargo, tras grabar con Dio el fabuloso Dream evil, Goldy fue echado de la banda por un Ronnie James Dio bastante enfadado. Recuerdo entrevistas de la época en las que Ronnie se quejaba de los guitarristas californianos, muy dados a las florituras y al virtuosismo pero incapaces de hacer lo que se les mandaba. Pese a ello, Craig regresó a Dio en dos ocasiones –para Magica y el estupendo Master of the moon– manifestando en todo momento la enorme gratitud que sentía por Wendy y Ronnie.
Pero lo que hoy me ocupa es ese momento a principios de los 90, con Goldy fuera de Dio y su amigo David Glen Eisley echado de Giuffria –que ya habían cambiado el nombre a House of lords por problemas con la compañía de discos– por Gene Simmons. Goldy ya había estado trabajando en una demo con Mike Stone titulada Ritual, así que cogió esas canciones, se metió en el estudio con Eisley y un par de músicos de sesión y dio a luz este Hidden in plain sight bajo el nombre de Craig Goldy’s Ritual que editó en vinilo Music for nations. En general estamos ante una especie de patchwork interesante pero algo inconsistente en el que se advierten calidades de sonido variadas. Soy de la opinión de que con un único cantante y una mejor producción –como mínimo más cuidada– el trabajo se hubiese beneficiado del aporte de una mayor sensación de obra cohesionada. Pero esto es lo que hay.
Así pues, grabado en los Goodnight L.A. studios, los Can-Am studios, los Clearlake studios, los Cornerstone recorders studios y los Echo sound studios con producción de Tom Fletcher, Craig Goldy y David Glen Eisley, con la participación de Mike Stone y Eisley a las voces –y teclados en el caso del segundo–, Tom Rucci y Steph Ellis al bajo, Carl Marelli y Ron Wikso a la batería y Doug Allen a los teclados, Goldy y su guitarra nos regalaron esta colección de canciones.
A
Eye for an eye
Over and over
Hidden in plain sight
Anytime anywhere
Forever more
Rain fall
B
What’s on my mind
In over my head
Hard times comin’
Seein’ double
Right for the wrong reason
Starchaser
Con dos caras bien diferenciadas en cuanto al vocalista, el disco se inicia con Eye for an eye, un hard rock guitarrero con leve toque de teclados junto a la estupenda voz de David y un fantástico solo, todo un inicio a la altura de lo que cabría esperar de este elepé y que –como ya os he dicho– se quedó un poco a medias. Le siguen la notable Over and over y Hidden in plain sight, una instrumental con pinta de demo, tanto en el sonido final como en la estructura, más parecida a los cimientos de lo que tenía que haber sido una canción normal que un tema nacido para ser tocado solo a la guitarra. Eso sí, el bajo de Steph Ellis suena a Billy Sheehan. Anytime anywhere es otro temazo a lo Giuffria, con sus teclados, la característica voz de Eisley y un Goldy estupendo. Y entonces llega el temazo, Forever more, mi preferida del disco y la que justifica la compra del mismo, un baladón fantástico de regusto ochentero. Puro hard melódico del bueno.
Rain fall es otra instrumental que suena a lo que en la segunda mitad de la década anterior había hecho Vinnie Moore, algo que no resta méritos a Goldy aunque sí originalidad. What's on my mind –ya con Mike Stone a las voces– es un hard rock melódico resultón que parece cantado por un Mike Vescera con la voz más carrasposa. In over my head es estupenda, mi preferida de la cara de Mike Stone, y en mi opinion es muy sabbathiana de la época de Tony Martin, lo que es todo un punto a favor. Y a partir de ahí, todo es mediocre amigos. Hard times comin’ comienza con un sonido que parece de la epoca Dream evil que luego adquiere entidad popia sin que eso la haga destacar demasiado, Seein’ double es bastante prescindible, Right for the wrong reason tiene un riff interesante y un bonito solo pero en general se hace algo cansina y el punto final lo pone una rapidita Starchaser que también estaba en la demo Ritual y que deja buen sabor de boca aunque no aporte nada extraordinario a este álbum que –repito– resulta muy interesante y recomendable como documento y muestra del Goldy en solitario, sobre todo por el aporte del amigo Eisley.
Así que, si sois fans de Giuffria y Dio, no dejéis de darle una oportunidad a esta selección.
Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco. ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia. Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas. En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo. Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de
Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero
Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por
A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue. Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono. Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda
Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular. Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura
Buen guitarrista, quizá algo errático, que dio lo mejor con Mr. Ronnie. Le echaremos una oreja a este disco. Saludos.
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