Ir al contenido principal

Stone fury – Let them talk (1986)


Amigos de los viernes, si no hace mucho os hablaba de la reedición en vinilo púrpura del primer álbum de Kingdom Come que acababa de adquirir, hoy regreso a la figura de su líder Lenny Wolf para presentaros este Let them talk. Porque, al igual que el danés Mike Tramp de White Lion tenía un pasado en Mabel, el alemán Lenny inició su carrera en Los Angeles con un proyecto a priori interesante llamado Stone Fury junto al guitarrista Bruce Gowdy. Y digo a priori porque su primer elepé con producción de Andy Johns es muy compacto y hard rockero, bastante cercano a lo que Lenny haría años después imitando a Plant. En cambio, su segundo álbum giró inexplicablemente hacia un AOR edulcorado a más no poder que –como no podía ser de otra manera- fue un completo fracaso comercial. Pero es este el que tengo yo, qué le vamos a hacer. Pese a todo y no siendo el estilo que más me emocione, no tengo ningún problema en afirmar que la calidad de la banda era indudablemente superior a la de los autores de We are the 80’s. Así pues, algo de reconocimiento merecen. Vamos a ello. 

Y es que –si nos olvidamos de su opera prima o no la hemos oído nunca-, este Let them talk es un buen exponente del AOR de los 80 más blando y popero que os podáis encontrar, con algunos ramalazos de hard rock pero más orientado a las radiofórmulas que a captar seguidores entre la parroquia metalhead. Corría 1986, el año del Slippery when wet, Night songs, The final countdown, Inside the electric circus, Trilogy, Master of puppets, True as steel, Turbo, To hell with the devil, Peace sells... o Somewhere in time entre muchos otros –eran los ochenta, amigos, y el hard’n’heavy reinaba sobre la Tierra- así que no fue extraño que a nadie le importase una mierda que Wolf y Gowdy editasen su segundo disco. De hecho, por entonces ni yo mismo me enteré. 


Así que con la dirección musical indiscutible de Lenny Wolf a las voces y guitarra y Bruce Gowdy a las guitarras y teclados –eran los autores de todos los temas-, las aportaciones de músicos de sesión como Vinnie Colaiuta a la batería y Dean Cortez al bajo y colaboraciones de Alan Pasqua y Jim Lang a los teclados y sintetizadores, Mike Fisher a la percusión y Reed Nielsen programando la batería electrónica, Let them talk se puso en las tiendas. 

Producido por Richard Landis y Ed Thacker en The grey room y los Ocean way recording studios para MCA, la portada era de Ron Slenzak con diseño de Ilene Weingard. ¿Y los temas cómo sonaban? Pues Too late es AOR melódico y melífluo, así como suena. Lies on the run es una especie de hard-rock melódico con teclados y batería electrónica. Let them talk es otro pedazo de AOR un poco poppy, pero de lo mejorcito del álbum, lleno de coros y sintetizadores con guitarrazos acompañando esa bonita voz de Wolf. Babe es una balada con más sintetizadores y la voz de Lenny arropada por una elegante guitarra. 


Eye of the storm sigue la tónica que predomina en el disco, la del AOR poppy, con sintetizadores, batería electrónica y esa producción ochentera de guitarras que tanto servían para Power Station como para Robert Palmer, una canción que no me llama demasiado la atención, la verdad. Y Doin’ what I feel tampoco destaca demasiado en mi opinión. Let the time take care es mucho mejor que las dos anteriores, con un sonido de guitarra que recuerda a los trabajos posteriores con Kingdom Come. Pero la alegría dura poco y I should have told you es más de lo mismo, AOR con sintetizadores. Stay es la última canción, con un inicio que Lenny recuperó para la melodía del tema Pushing hard de Kingdom Come y que supone con un tono mucho menos AOR que el que impera en todo el álbum –aunque no tenga nada de hard rock- y un punto final más que digno al álbum y a la carrera de esta banda poco conocida fuera de los Estados Unidos. Después de esto, la banda se disolvió. 

En fin, amigos, que como imagino que muchos de vosotros no habíais oído hablar de ellos, aquí tenéis una breve selección de los temas de este álbum. Eso sí, si tenéis que escoger entre este y su primer trabajo, pillaos el primer Burns like a star sin dudarlo. 




Bonus: y ya que os he hablado de ellos, aquí tenéis una muestra de lo que el señor Tramp cantaba antes de Lady of the valley, Wait o Lonely nights


¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Alucinado me quedo con estos discos que nos tráes colega...
    Vamos aprendiendo.
    Buen fin de semana!!!

    ResponderEliminar
  2. Menudas pintacas, esos pelazos... No había oído nunca a estos. Menos mal que Lenny rehizo su vida y nos regaló a Kingdom Come. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Joer si que me acuerdo de Mabel en Aplauso y creo que participaron en la Eurovisión preLordi. De su nueva banda ni papa. Eso sí, si me atreviera con ellos, que no se lo garantizo, me pillaré ese Burns like a star. Luego me dices a mi con las bandas patrias, pues anda que vd.... Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Rainbow – Down to earth (Polydor-1979)

Sin vinilos raros o exóticos para comentaros esta semana, echo mano de mi fondo de armario vinílico y como en mi anterior visita, dedico la reseña de hoy a otra de esas obras incontestables de finales del siglo XX de las que nadie quiere hablar porque todo cuanto pueda decirse, sobra o es redundante. Pero para eso estoy yo, para redundar en lo obvio. Y para dar a la reseña un enfoque diferente, más que del álbum –que también–, os hablaré de su vocalista. Total, que después de saber de él en Alcatrazz [ aquí ] o MSG [ aquí ], hoy os traigo de nuevo al incombustible Graham Bonnet para presentaros otro enorme disco en el que participó aportando su personalísimo estilo. Poneos cómodos.    Érase que se era el británico Graham Bonnet , un adolescente nacido en una localidad costera del condado de Lincolnshire que se ganaba unas libras cantando jingles para la radio. Su primo Trevor había emigrado con sus padres a Australi...

Helloween - Pink bubbles go ape (1991, EMI)

  Aprovecho la reciente visita a nuestro país de la banda multigermánica Helloween para compartir aquí contigo, lector con orejas inquietas, otro de esos discos que me gusta catalogar con la etiqueta de “síndrome del disco de después”: aquella obra musical editada tras un pelotazo, éxito o gloria en forma de DISCARRAL y que palidece a su sombra independientemente de su calidad o éxito. Discos que han sido “un fracaso” porque vendieron la mitad que su predecesor o porque, simplemente, no respondió a las expectativas. En este contexto, queda claro que casi cualquier cosa que nuestros protagonistas hubieran editado después de “Keeper of the seven keys II” (más aún si lo consideramos un solo disco con su primera parte) iba a ser valorado con el rasero de una(s) obra(s) catalogadas aún hoy como Obras Maestras del Discarralismo (OMD para los entendidos). Si añadimos que las acciones (o inacciones) de algunos de los protagonistas de la banda y alrededores contribuyeron a dificultar la pr...

Megadeth – Peace sells... but who’s buying? (Capitol records-1986) [Resubido]

Hay álbumes que se resisten a aparecer por estos pagos porque son obras tan incontestables y sobre las que se ha dicho y escrito tanto que parece que sobra regresar a ellas. Pero hoy me siento en la necesidad de que eso no me afecte y he venido a expresar obviedades. Creo que no miento si os digo que descubrí a los Megadeth con el So far, so good... so what! [ aquí ] y es un disco que adoro, como otros de la banda. Sin embargo, creo que es en este Peace sells... but who’s buying? en el que se sientan las bases de la carrera de Dave Mustaine y sus Megadeth . Y sí, desde un punto de vista comercial o de calidad compositiva o de sonido, quizás otros álbumes están por encima... pero la importancia de esta obra es capital (sí, yo también utilizo mucho los tres puntos), desde su icónica portada hasta su última nota. Por eso, aunque Omar Sandoval ya comentó [ aquí ] hace más de una década este disco desde una apro...

Asteroid B-612 - "Roads, Stars" (2025)

…guitarras distorsionadas, más sutiles y cromáticas creando un paisaje más amable que el poderoso y furibundo bramido de antaño… Por  Jorge García . Cuatro discos como cuatro soles en la década de los noventa, cuatro toques de queda indispensables para aquellos que gustan del rock de fuerte pegada con ascendentes de Detroit y de su Australia natal. Un cuarto de siglo de silencio discográfico, y ahora podemos  decir con pruebas físicas y sonoras en la mano, que  Asteroid B-612   ha vuelto.   Para este retorno, que según palabras de la propia banda  ha nacido del simple deseo de subirse a un escenario con viejos amigos , publican un nuevo álbum titulado  "Roads, Stars"  que ha sido grabado en Australia y España durante el año 2024 y que ha mezclado  Pepe Gomar  y  Mike Mariconda . Por supesto  Johnny Spittless  en la guitarra y el vocalista  Grant McIver  continuan capitaneando la nave junto al batería  Ben Fo...

Mötley Crüe - Too Fast For Love (Leathur Records,1981)

  Mötley Crüe en los días en los que grabaron " Too Fast For Love " vivían como auténticos vagabundos, de casa en casa de quien tuviese las pocas luces de dejarles entrar, lugares abandonados, furgonetas cutres y un sinfín de cuchitriles a cual peor donde los cuatro solían dejarse caer totalmente colgados de caballo.  No era algo exclusivo de ellos, así coexistían muchas de las bandas de la ciudad de los Angeles justo cuando entraron a grabar su debut en Octubre de 1981. La cosa fue muy rápido, en cinco días ventilaron las canciones en una vieja consola API de 24 pistas con Michael Wagener de ingeniero de sonido, el alemán venía directamente de terminar con Accept su tercer disco en estudio " Breaker" .  La grabación se la costeo el propio manager de la banda, y les costó unos cinco mil dólares. Vince, Nikki, Mick y Tommy no tenían casi ni para comprar hamburguesas, pero se las arreglaron para prensar inicialmente 900 copias de Too Fast For Love y venderlas con ...

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...