Tras el mega-éxito que supuso el álbum 1984 y la fuga (¿despido?) del cantante David Lee Roth, Eddie Van Halen fichó para la banda a Sammy Hagar en una apuesta arriesgada. Sin entrar en la divina polémica de a quién quieres más (a papá David o a papá Sammy), cabe decir que Sammy poseía unas cualidades melódicas más amplias que las de David y resultó un cantante más versátil, pero, por contra, carecía del carisma y el poder de un tipo tan especial como Mr. Roth. El cambio también se notó en las letras, pues aunque se seguía hablando de sexo y chicas se apartó un poco lo explícito o el sentido del humor macarra y comenzó a hablarse de sentimientos y compromiso.
Pero no fue la única novedad. La banda cambió de productor: abandonó a Ted Templeman (las malas lenguas dicen que por colaborar con DLR) y juntaron a Mick Jones, líder de Foreigner, y a Donn Landee, quien había trabajado como ingeniero en su anterior trabajo. Junto con la propia banda se encerraron en los estudios de Eddie, ya convertido en jefe absoluto del grupo, los famosos 5150 (de hay el nombre del álbum) y acercaron el sonido general del álbum hacia texturas más melódicas dejando de lado (un poco) cierta rabia y espontaneidad. Incluso la guitarra pasa a un segundo plano en favor del uso de sintetizadores. Las voces y las armonías cobran preferencia sobre el lucimiento y la técnica del virtuoso guitarrista.
Para los que no seáis seguidores del grupo, la banda la formaban para la ocasión Edward Van Halen a las guitarras y los sintetizadores, su hermano Alex a la batería, el gran Michael Anthony al bajo y Sammy Hagar a la voz.
¿Qué hay en 5150? Un puñado de buenas canciones. De echo, aunque no siempre resulte significativo, se editaron cinco singles. El más exitoso de ellos fue Why can’t this be love?, una de las perlas de esta nueva andadura musical de la banda. Protagonismo absoluto para las teclas, siguiendo la estela de Jump, sobre la que Sammy hace una de sus mejores interpretaciones. El puente y el estribillo, soberbios. Otros temas de mi gusto son la balada Love walks in, con un solo corto pero de calidad, muy en relación con la melodía y el devenir del tema, Best of both worlds (ahora sí, Eddie se marca una fabulosa línea de guitarra) o Get up, rápido, desbocado y contiene la mejor interpretación de la pareja rítmica.
Intentando no romper de manera traumática con el sonido de los años anteriores algunos temas se quedaron en un limbo particular, como si quisieran emular lo que hubiera sido tener aún a DLR en la banda; Sammy tiene sus virtudes pero no cuela como gigoló. Así, Inside, que cierra el disco, y Good enough, que lo abre, mantienen cierta esencia gamberra y algunos clichés pero desentonan en el conjunto.
El álbum llegó a vender seis millones de copias, el tercero más vendido de Van Halen tras su debut y, cómo no, 1984.
La edición que os traigo hoy es la original española editada el mismo 1986 a cargo de Warner Bros España (esa pegatina de la portada, por favor). Funda interior con letras y créditos y una imagen del logo por el revés. El vinilo aún suena muy bien (he aprovechado esta entrada para escucharlo un par de veces). De la parte visual también se encargó Eddie Van Halen (se metió en todo, ya os digo) junto con Jeri McManus y la fotografía de Aaron Rapoport.
Dadle caña y disfrutad del último fin de semana del 2013. Feliz finde, feliz año 2014.
Van Halen - Best of both worlds
Van Halen - Why can't this be love?
Van Halen - Love walks in
Van Halen - Good enough
Amigo mío, este -junto a los de Maiden y Priest- es uno de los cambios de formación más traumáticos que viví. Tardé años en comprarme este álbum maldito en el que la guitarra de Edward quedó relegada a un segundísimo plano y Sammy tomaba un protagonismo que no merecía. En fin, que por suerte me lo acabé comprando -en vinilo- y me reconcilié con un álbum que no está nada mal si le despojamos de los factores que rodean su lanzamiento (ausencia de Roth, los teclados predominantes, la falta de garra de Eddie...). Por suerte, los tres grupos que he citado tienen de nuevo en sus filas al cantante original. Sin embargo, en Van Halen hemos perdido al estupendo Michael Anthony, quizás no tan valorado como merece al haber evolucionado junto a ese monstruo de la guitarra que es Edward, pero imprescindible en la historia de la banda. Gran entrada amigo y -como has visto- me ha tocado la fibra.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Esperaba tu respuesta, siendo fan de Van Halen y David Lee Roth. Un buen álbum... pero de otro estilo. Eddie se dejó un pellizco de gloria en esta etapa aunque siguió pariendo buenas canciones.
EliminarYo que no me enteraba (ni me entero la verdad) de cambios, cambietes y demás vicisitudes en las bandas, que excepto algunos nombres no se quién es uno ni otro, y que hasta hace poco ni miraba quién componía las bandas, productor, etc... y solo me limitaba a escuchar y disfrutar, lo hice con este álbum,como con todos los de VH. Buena entrada man
ResponderEliminarGracias. Yo sí he sido siempre de seguir nombres, de leerme los créditos de los discos. Y ahora con interné no puedo evitar bucear en toda la información que rodea (muchas veces sin necesidad) a la música.
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