Ir al contenido principal

Dave Kusworth & Los Tupper - Cinderella's Shoes (2019)

Crítica: Dave Kusworth & Los Tupper - Cinderella's Shoes (2019)


Kusworth entrega un trabajo construido con los materiales que habitualmente conforman su lírica: rock stoniano, glam deluxe y ese conglomerado sónico que caracterizó a los inmortales Jacobites...

Por Jorge García.


Hace unas cuantas semanas transitaba un servidor por un invierno desprovisto de excitación, en un estado de irritabilidad patente y también con una leve y molesta sensación de pre-depresión que no encontraba una terapia realmente efectiva en los sucesivos discos que iba abordando.

De repente todo cambió: Decidí ponerme en manos de uno de esos animales del submundo rockero, uno de los más barrocos elementos de un glam rock que parecía que iba perdiendo brillo en las aristas más afiladas, y en tiempos doradas, de su silueta, un músico de culto con mil leyendas y otras tantas cicatrices que decoran de malditismo e iconografía su proverbial historia, un súbdito de la entregada visión poética y hedonista del rock and roll venía a sacarme del letargo de sopor y decaimiento que empapaba los días clonados de este invierno que ya se retira.

Dave Kusworth, figura impertérrita, uno de los que siempre mantenían la verticalidad a pesar de todo, venía con su último disco. Y además lo hizo acompañado, una vez más, por la magnífica formación cántabra Los Tupper.


Es posible que un servidor absorba con una facilidad casi genética ciertos sonidos, ciertas atmósferas musicales y ciertas esencias poéticas, pero en su día bastó una escucha de "Cinderella's shoes", que es como se titula el disco en cuestión, para sentir por la columna vertebral ese calambrazo juguetón y trepador que indica que algo está pasando, que algo familiar y añorado vuelve a estremecer meninges y terminaciones nerviosas, a formar nebulosas underground que tiñen el espacio de negro, dorado y rojo; a sintetizar en sonidos, frases y cadencias el romanticismo propio del perdedor perpétuo y noctámbulo. El hechizo sigue funcionando en este invierno plomizo y decadente.

Kusworth entrega un trabajo con estos elementos comentados (o es lo que yo percibo), construido con los materiales que habitualmente conforman su lírica: rock stoniano, glam deluxe y ese conglomerado sónico que caracterizó a los inmortales Jacobites, y con el arcano subyugante que deja tras de sí el que desaparece entre perfumes enigmáticos.

Los Tupper vuelven a ser, como en 2012 con el también excelente "Throwing rocks in heaven", quienes mejor registran los flujos de influencias y necesidades de Kusworth, para dar cobertura sónica a un ramillete de canciones sin sobrantes, melodías sabiamente perfiladas, detalles perennes y decisivos, enriquecedores y que otorgan al conjunto una sobriedad que suena a noche de pasión y abandono, y a fe.

Así queda claro en temas trepidantes y adictivos como "Never" o "Nothing"; y también en soflamas stonianas como "Black lace and silver".

Medios tiempos impecables como "Treasure arms" o la soberbia "Turn back the tears"; incluso cierto tono Dylaniano en la acústica ascendencia de "Maida vale girl".


No faltan baladas encendidas y carnosas como "Broken dishes" o la magnífica "Feel". Sin olvidar el portentoso tema que da título a todo el trabajo.

Finalmente, este fue el testamento musical de Dave Kusworth, que nos dejó unos meses después de este lanzamiento. Consuela que su última criatura tenga la enjundia que caracterizó en vida a este imprescindible del malditismo musical: elegante, nocturno, glamouroso a la vez de underground, victoriano, sofisticado e incomprendido.

Comentarios

  1. Resulta agradable de escuchar, aunque no me transmite demasiada emoción. Como dices, advierto sonidos stonianos y sin ser entendido o con el oído educado en este tipo de música, me parece que aquí hay calidad. Pero no es para mi. Eso sí, por lo menos este viernes el blog no parece una partida entre dos. Saludos y buen finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Al final es evidente que los oídos tienen su propia ecuación ya resuelta no es es fácil empezar a despejar incógnitas, pero desde luego hay calidad y mucho malditismo en la música de Kusworth.
      Gracias

      Eliminar
  2. Cuando en tu entrada anterior (creo) trajiste a The Jacobites, descubrí una banda excelente, un poco maldita, me temo, por su sonido, pero que me gustó, y estas semanas entran de vez en cuando en mis escuchas. Nunca he puesto las orejas en este, así que me pongo a ello. Calidad no va a faltar seguro. Un saludazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que conectarás en la misma forma que con Jacobites, no en vano Kusworth es un 50% de la banda junto a Sudden. Creo que es su disco más redondo de los últimos años, segundo que graba con Los Tupper, que es otra magnífica banda.
      Saludos.

      Eliminar
  3. Como seguidor de Rock & More by Addison de Witt no le hago ascos a ninguna propuesta de Jorge, hay que escucharlas sí o sí. Como dice King nuestros oídos están educados a otros tipos de sonidos... Buena entrada, como siempre, y le pego esta tarde una buen repaso a Dave y los Tupper. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego no tiene mucho que ver con esos pelotazos rockeros y urbanos del país con que nos sueles deleitar, yo también cabalgo mucho con tus gustos, pero creo que este es un músico maldito e incomprendido que ahora empieza a ser valorado.
      Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Peter Criss - Peter Criss (Casablanca, 1978)

  Todos conocemos a cantantes poco talentosos que han triunfado en esto del rock y sus derivados; por muchas razones: una buena imagen, un carisma arrollador, estar en el grupo correcto con las canciones correctas. También somos conscientes de las limitaciones de algunos músicos que mangonean sus instrumentos en nuestros grupos preferidos, de todo hay, pero subsisten ahí como parte del paisaje: molan sus pelos, sus gestos, son los más guapos o, en fin, por alguna razón que desconocemos. Al menos, si no cantan y no tocan bien sus instrumentos, sabrán componer; pues también tenemos ejemplos a miles de malos compositores, que lo intentan, ojo, le ponen su amor y su inteligencia, pero carecen de gusto, atino o, vaya por dios, conocimientos de solfeo. Y hoy traigo a un artista que combina todos estos elementos. No es un buen cantante. Ni tiene carisma. Ni siquiera aporrea bien su batería. Y, desde luego, ha demostrado ser un compositor mediocre. Pero en unos años de su vida fue uno de los p

Pat Benatar - Live from Earth (1983, Chrysalis)

Pat Benatar > Live from Earth (En vivo desde la Tierra). Edición española del vinilo editado en 1983 por Chrysalis Records. No vienen las letras de las canciones, pero incluye un insert con fotos y el nombre de todas las personas que participaron en la gira, desde los técnicos de luces a los carpinteros, algo digno de alabar. El pasado octubre cumplió 40 años el primer disco en directo de Pat Benatar , “ Live from Earth ”. ¡¡Estamos de celebración!! Nacida con el nombre de Patricia Mae Andrzejewski en 1953, adquirió el apellido Benatar de su primer marido con el que se casó en 1972 y se separó en 1979 (justo cuando su carrera empezaba a despegar). En 1982 se casó con el amor de su vida y pareja musical hasta hoy día, Neil Giraldo , adquiriendo su apellido a nivel legal. Pero a nivel musical continuó con el apellido de Benatar para no confundir al personal. Es lo que tiene cuando vives en un país en el que si eres mujer adquieres el apellido de tu pareja, que quizás tengas que co

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Uriah Heep – Innocent victim (Bronze, 1977)

Os traigo este viernes un nuevo vinilo de los británicos Uriah Heep , una de las bandas que más ha aparecido por estos lares, en una de sus formaciones setenteras con los habituales Mick Box a las guitarras, Ken Hensley a los teclados y guitarras y Lee Kerslake a la batería, con la adición de los entonces recientes fichajes –ambos ya habían grabado el anterior Firefly – Trevor Bolder al bajo y John Lawton a las voces. Me refiero, como veis, a este Innocent victim , su undécimo álbum de estudio, un disco de estilo irregular que bascula entre el rock y el pop y tiene la pinta de una obra de transición hacia unos sonidos más AOR o de hard melódico que cristalizarían en los 80 con Peter Goalby a las voces y que particularmente es la época que más me atrae de la banda. Sea como sea, sólo por esa portada de John Holmes –pintor e ilustrador autodidacta londinense que había trabajado como portero en el mercado de la ca

Judas Priest - Ram it down - 1988

Debo reconocer que las re-ediciones que Back on Black está haciendo del catálogo de Judas Priest me gustan mucho y no dudo en comprar las que no tenía en vinilo. Al llegar la edición de Ram it down no lo dudé. Ya tenía el vinilo pero sonaba tan mal... Y no porque lleve tanto tiempo dando vueltas en mi plato, si no porque la calidad sonora con que editaron esta obra no es digna de las canciones que contiene. La producción fue precipitada, la mezcla mala y el resultado final oscureció innecesariamente el conjunto: todo sonaba apretado, como metido en una caja de cerillas. La remasterización hizo un buen favor a este álbum y la edición en doble vinilo le insufla aire a los temas. Ahora sí que merece la pena pinchar el vinilo y revivir cómo debió sonar desde el principio Ram it down . Y además cuidan mucho los detalles. La carpeta doble contiene las letras además de los créditos. A mi me parece espectacular ese puño aplastando el planeta con esos tonos azules. A juego, los