Ir al contenido principal

Bad English - Bad English (1989) Epic

No quisiera desviarme demasiado de la reseña del disco, pero sería una gravísima falta de educación por mi parte no agradecer la invitación a escribir en este enorme -por calidad y cantidad- blog. De verdad que me siento muy honrado.



No fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto, fue bastante más lejos, en Madrid, concretamente en El Rastro una gélida mañana de invierno. Eso sí, recién acabábamos de abandonar el último bar que vimos abierto cuando de repente, un objeto de color rojizo hizo que las pocas neuronas que aún sobrevivían en mi cerebro tras la cogorza de rigor volvieran a generar la energía suficiente como para poder entornar ligeramente mis párpados y asegurarme que aquel objeto era efectivamente el vinilo de Bad English. De cómo finalmente logré dirigir mi cuerpo casi inerte hacia él y pronunciar las cuatros palabras necesarias para adquirirlo mejor lo dejamos para otro día, merece un capítulo aparte...

Creo que no es necesario hablar de Bad English, quien más quien menos ha oído hablar de este supergrupo formado por el grandioso Neal Schon junto con Jonathan Cain tras una separación temporal de Journey junto con ex miembros de The Babys (el también solista John Waite y el ex Styx Ricky Phillips) más el inquieto baterista Deen Castronovo, aunque me parece que ya lo he hecho ;)


Como he comentado en alguna otra ocasión, desde siempre he tenido la sensación de que, cuando Schon y compañía comenzaron con este proyecto, no imaginaban que llegaría a convertirse en la que quizás sea la gran obra maestra del AOR, en esa joya absolutamente imprescindible para todos aquellos que amamos este género y que, junto a las Power Ballads, tan infravalorado y hasta difamado percibo. Y ojo, que sea un gran disco de AOR no significa que esté exento de calidad o que peque de blandito, pues es un trabajo, a pasar del innegable aire melódico, bastante rockero, una mezcla perfecta entre elaboradas y cuidadísimas melodías y riffs bien potentes. A las pruebas me remito:

Cuando las teclas de Cain junto a la guitarra de Schon comienzan a sonar a modo de trompetas que anuncian un gran espectáculo, nos damos cuenta de que lo que se no avecina es algo grandioso. Y es que no pudieron iniciar mejor este álbum que con Best of what I got, un excelente tema (fue lanzado como single) de Rock melódico que inevitablemente hace que te pongas alerta de lo que te aguarda a continuación. Como curiosidad, aparecía en los créditos finales de la peli Tango & Cash.



Y es que lo siguiente no es moco de pavo. Heaven is A 4 letter word es posiblemente el tema más sólido, más pesado y más consistentemente rockero de toda la nómina de canciones de este álbum. Calidad en abundancia durante todo el tema, el cual también fue destacado como sencillo.





Y como después de la tormenta viene la calma, llegamos ahora a Possession, la primera concesión en forma de balada que tuvieron a bien obsequiarnos estos cinco magníficos músicos. Elegancia por los cuatro costados, un tema muy cuidado con unas preciosas transiciones entre verso, puente y estribillo, inolvidable por la voz doblada de Waite y los delicados coros. Destacable también la alternancia (o intromisión) de Waite y Schon durante el solo de este último. Reconozco que me encanta este corte, aunque no tanto como a  mi chica, que tuvo la letra puesta en la puerta de la nevera durante meses, los mismos que no dejó de sonar incesantemente a todas horas en nuestra primera casa.


Turno ahora para Forgert me not. Ese comienzo del bajo de Phillips parece anunciar una locomotora que se va acercando gradualmente, la guitarra de Schon se asemeja a la sirena de la tractora cuando está ya muy cerca y la entrada de la batera de Castronovo te atropella sin remedio. No hay marcha atrás, ese Rock rabioso te arrolla sin piedad, imposible olvidarlo, no hacia falta que lo repitieran dos veces, es inevitable.

When I see you smile es sin ningún género de duda el mayor éxito y la canción más conocida de Bad English, un baladón con todas las letras; y en mayúscula. Si tuviéramos que mostrar un arquetipo perfecto de lo que es y lo que significa una Power Ballad, esta sería un ejemplo ideal. Comienzo espeluznante de teclado, Waite con ese estilo suyo tan particular especialmente en el puente, bonito y sin demasiados artificios Schon en el solo y un impresionante trabajo de Cain desde la primera hasta la última nota. Tema compuesto por la afamada Diane Warren. Sobresaliente.



De nuevo Cain haciendo de las suyas al comienzo y en el estribillo de Tough times don´t last (Dios mio que estribillo!!! Magia pura). Y lo de Schon es que no tiene nombre, desde ese riff del principio que suena antes de que se comience a cantar hasta el furioso y excelso solo. Vaya dos estos Schon y Cain, me traen de cabeza. Y cuando parece que no se podía llegar más alto entonces llega Waite y se marca un final de tema acojonante acompañado por unos maravillosos coros que ponen la guinda final a una canción absolutamente grandiosa. Se nota que me gusta, verdad?

Ghost in your heart es un medio tiempo que a mí personalmente me inspira una atmósfera -inspirada principalmente por Cain y Castronovo- como de misterio, y sobre todo de soledad, de melancolía, de tristeza, de añoranza de lo que pudo ser y nunca fue. La batería de Castronovo adquiere gran protagonismo durante todo el tema, sería imperdonable olvidarnos de él, impecable su trabajo aquí y durante todo el todo el plástico.

Soy consciente que es bastante impopular y sobre todo injusto elegir una sola canción de un álbum, pero si yo tuviera que elegir una, sería esta. Más cerca de la balada que del medio tiempo, Price of love es una joya que te va acariciando a cada palabra que pronuncia John Waite. En este punto he de reconocer que no soy gran fanático de este tipo, sin negar que es un gran vocalista con una gran técnica y un estilo muy particular y distintivo, siempre me pareció que le faltaba algo de garra, no sé, algo más de personalidad. Sin embargo en esta canción se sale, realiza un ejercicio colosal tras el micrófono principal, un tema perfecto (de hecho lo compuso él junto a Cain) para su peculiar manera de cantar. El final de la canción es algo fuera de lo normal, para mí quizá el momento más emocionante de todo el álbum. Ahí es nada.



Volvemos al Rock con Ready when you are, un tema con mucho rollo, y Lay Down, cuyo estribillo me recuerda ineludiblemente a los Bad Company de los 70, incluso también a Van Halen debido a esa ralentización ( parece a 0.9x) del estribillo.

The restless ones, un nuevo medio tiempo bastante guapo, vuelve a sacudirnos y recordarnos que lo melódico y lo rockero pueden convivir perfectamente. Verso tranquilo, estribillo más acelerado sin olvidar el matiz aorero, una mezcla perfecta que aunque no llega a la altura de Possession o de Price of Love mola bastante.

Tras superar un nuevo peldaño rockero con Rockin´ horse, llegamos al último corte del disco con Don´t walk away, una suerte de lenta muy suave y lineal, delicada e intimista, más típica de Waite en solitario que de Bad English en la que el bueno John nos invita a no irnos. Mal haríamos si lo hiciésemos, porque dos años después publicarían Backlash, pero esa es otra historia...



Pues bien, he aquí mi primera contribución a #FFVinilo. Lamento el rollazo al que os he sometido, pero no podía dejar de comentar todos los cortes de este enorme vinilo, uno de mis favoritos. Gracias a los que me invitaron y a todos los que han sido capaces de tragarse mi monserga. Prometo volver (y no enrrollarme de este modo xD), mientras tanto me podéis encontrar en Power Ballads y Musicae Memorandum. Abrazo a todos.

Comentarios

  1. Fantástico álbum -por cierto, me falta en la colección- y estupenda entrada.
    Bienvenido.

    ResponderEliminar
  2. Lo primero bienvenido, sabía que hacíamos un buen fichaje para la comunidad y con tu primera entrada ya lo has demostrado. Ahora solo falta que te suban el sueldo jajaja.
    Fue corto pero intenso el periplo de esta superbanda. Solo por When I See You Smile y Price of Love, merece la pena tenerlo, y que conste que el resto no desmerece. Lo dicho Jake, bienvenido, salud y vinilos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy de acuerdo, dos (grandes) álbumes y el Lost Tapes. Merecen mucho la pena.

      Muchas gracias, es un placer estar por aquí, más aún con vuestras amables palabras. Respecto a lo del sueldo, ¿a quién me tengo que dirigir? ;D

      Abrazo

      Eliminar
    2. Ah pero... ¿había un sueldo? o_O

      Eliminar
  3. Vivisteis mucho la movida madrileña por lo que veo jajaja

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo

CJ Ramone "Last Chance To dance" (2014)

En 1989 poco después de la publicación de   Brain Drain ,  Ramones  se encontraban en un momento de crisis interna. El bajista y principal compositor del grupo, el carismático  Dee Dee Ramone , abandonaba el combo definitivamente. Para cubrir su plaza  Johnny  reclutó al joven  Chris Ward , rebautizado para la ocasión como  CJ Ramone . Al principio, como es normal, costó que los fans del grupo lo aceptasen pero a lo largo de los siguientes siete años  CJ  llegó a tener un fuerte rol dentro del grupo, llegando a grabar hasta cuatro temas en  Adiós Amigos  (1995), el disco póstumo de  Ramones.